Pedro Sánchez contra Susana Díaz y Susana Díaz contra Pedro Sánchez. Segunda parte. Una nueva guerra en ciernes en el PSOE. Las elecciones en Andalucía han reabierto la caja de los truenos por la responsabilidad sobre los resultados y el liderazgo del PSOE regional, la federación más importante del partido.
Díaz cree que la política nacional, Cataluña y la gestión del partido de Sánchez le ha pegado un mordisco a su electorado que puede haber acabado con casi cuatro décadas de Junta socialista. "Nos lleva a la ruina", ha dicho en conversación con personas de su confianza, según ha podido saber EL ESPAÑOL. "Ella solita se ha buscado este resultado", explicaba a este periódico un ministro de Sánchez que cree que los motivos del hundimiento (14 escaños y 400.000 votos menos) hay que buscarlos en la "soberbia" de una candidata que venía de ser derrotada en las primarias de su partido, en la corrupción y en la gestión de asuntos como la Sanidad.
En la mañana de este lunes, el PSOE enseñó la puerta de salida a Díaz. "Ella hizo las listas sin incorporar más que a los suyos, ella diseñó la campaña y ella se precia de ser autónoma y todopoderosa", explica una fuente de la Ejecutiva socialista. "Ya está tardando en irse", explica otro miembro de la Ejecutiva federal.
En rueda de prensa, el número tres del PSOE, José Luis Ábalos, lo expresó con más diplomacia pero en el mismo sentido. "Nosotros, como dirigentes, sabemos lo que tenemos que hacer siempre. Tenemos una cuestión muy asumida. Nuestro papel está siempre subordinado al éxito de nuestro proyecto político y siempre estamos a disposición de la organización". El mensaje cayó como una bomba en San Vicente, la sede del PSOE andaluz.
Las primarias del PSOE, en mayo de 2017, se saldaron con una aplastante victoria de Sánchez frente a Díaz que llevó a la presidenta andaluza a volver a centrarse en Andalucía. La moción de censura, que no gustó a algunos sectores del partido por necesitar del apoyo de partidos independentistas, llevó a Sánchez al poder, un gran pegamento y fuente de tranquilidad. Sánchez había superado tantas pruebas y acumulaba tanto poder que nadie podía toserle. El presidente del Gobierno y la de la Junta se necesitaban mutuamente.
Los resultados de este domingo han hecho estallar las costuras. Aunque la cabeza de cartel era Susana Díaz, ni en Ferraz ni en Sevilla ignoran que Cataluña y la cuestión nacional han pesado mucho en el resultado. En parte en la caída del PSOE, aunque haya otros factores, como el desgaste después de tantos años en la Junta o el caso de los ERE. Pero en Sevilla opinan que más que eso ha pesado el rumbo nacional del partido, su cercanía a Unidos Podemos y sobre todo su política hacia Cataluña.
"Nuestros electores ven a Pedro como un oportunista porque no han entendido la moción de censura, que Iglesias se vaya a hablar de Presupuestos con Junqueras a la cárcel, que se hable de indultos para los independentistas o hasta la crisis de la renovación del Consejo General del Poder Judicial", explica un miembro de la Ejecutiva regional de Andalucía próximo a Díaz.
"Vamos a resistir"
"Y ahora dicen que Susana se vaya, cuando ella ha ganado las elecciones con un 28% de los votos y le ha sacado siete al segundo", lamenta esta fuente. "Vamos a resistir, primero porque hemos ganado, pero después porque tenemos que hacerle frente a la extrema derecha", explica.
Otra fuente socialista, en contacto con la presidenta en funciones, confirma que está decidida a dar la batalla. "Cree que toda la culpa es de Pedro y el desastre de su Gobierno y que Cataluña ha sido determinante en la caída. Además, ella es joven, sabe mucho de política y toda la vida ha estado en ella, por lo que no tiene ninguna intención de irse", explica.
"Si hubiera perdido, me habría ido, pero es que he ganado las elecciones. Tengo la obligación de representar a ese millón de andaluces", dijo Díaz en su rueda de prensa en un mensaje que bien vale para el candidato del PP, Juanma Moreno, para el de Ciudadanos, Juan Marín, o para el propio Pedro Sánchez, al frente del PSOE tras lograr los dos peores resultados del partido en el conjunto de España.
"Por lo menos ella no se ha felicitado diciendo que era un resultado histórico", ironiza el citado diputado respecto a la noche electoral de diciembre de 2015, cuando Sánchez se aferró al liderazgo socialista tras perder 20 escaños frente a la marca de Alfredo Pérez Rubalcaba.
Algo muy parecido, sin aclarar el destinatario, tuiteó la candidata al Parlamento de Andalucía y secretaria general del PSOE de Sevilla:
Díaz va a intentar presionar al máximo a Ciudadanos para que la apoye como candidata a la reelección. Como con el partido naranja no es suficiente, espera contar con una abstención de Adelante Andalucía, que ha decretado la "alerta antifascista" por Vox, en palabras de Pablo Iglesias. A Ferraz no le parece mal la estrategia, aunque cree que no dará resultado. Al menos podría servir para que Ciudadanos, con quien el PSOE comparte algunos votantes, se retrate.
Liderar la oposición y volver a presentarse
Si, como parece, Díaz no logra la reelección, pretende liderar la oposición, seguir al frente del PSOE-A y volver victoriosa después de otras elecciones, cuando se haya visto que la derecha no funciona en Andalucía, según explican fuentes cercanas a ella. Sería, salvando las distancias, lo que hizo Guillermo Fernández Vara cuando perdió la Junta de Extremadura a manos de José Antonio Monago en 2011 y la recuperó en 2015. "Con una diferencia: allí ganó el PP y aquí hemos ganado nosotros. Tenemos derecho", explican fuentes del PSOE-A.
En el entorno de Díaz no ocultan su temor a que Ferraz impulse un movimiento de crítica a la secretaria general, llame a celebrar un congreso o que promocione a algún candidato. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, sale en todas las quinielas. "Sería una locura provocar una guerra en el PSOE andaluz a seis meses de las elecciones autonómicas y municipales", explican desde el PSOE-A.
"Si nosotros hemos perdido, que estábamos bien, ¿qué no perderán los otros presidentes socialistas?", explican las mismas fuentes, advirtiendo a Sánchez de que se puede quedar solo con los independentistas a medida que los cargos institucionales socialistas vean peligrar su puesto y se vean obligados a desmarcarse de la línea que pone Ferraz, especialmente en el debate territorial.
El importante avance de la derecha hace temer a más de uno que Sánchez sea capaz de movilizar, pero sólo a la derecha contra sus políticas. En el Gobierno y en el partido creen que el resultado en Andalucía no les viene bien, pero también que tiene puntos positivos: la división de la derecha, un enemigo contra el que luchar en Vox y la posibilidad de renovar el partido en Andalucía deshaciéndose de una de las principales piedras en el zapato de Sánchez.
No son pocos en Ferraz los que creen que, en unas generales, Sánchez sacaría mucho mejor resultado que Díaz al considerar que la imagen de la presidenta está mucho más desgastada que la del inquilino de la Moncloa, que de momento no tiene ninguna intención de llamar a las urnas.
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