El aumento de la inmigración registrado en España en el primer semestre de este año ha servido para compensar el descenso demográfico que se ha producido en esos seis meses por la caída de los nacimientos y el incremento de las muertes.
Así, entre enero y junio, el saldo migratorio (llegadas menos salidas) fue de 121.564 personas, suficientes para compensar la caída demográfica (nacimientos menos muertes) de 46.273 personas registrada en ese periodo, con lo que la población española ha aumentado en 74.591 personas hasta los 46,7 millones de residentes.
Según las Cifras de Población (CP) y la Estadística de Migraciones (EM) correspondiente al primer semestre de 2018 difundidas por el Instituto Nacional de Estadística (INE), estos datos consolidan el crecimiento de la población española iniciado en la segunda parte de 2015 tras siete semestres de caídas consecutivas (desde 2012).
El INE explica que el aumento de población entre enero y junio fue fruto de un saldo vegetativo negativo de 46.273 personas (178.939 nacimientos, frente a 225.212 defunciones), que fue compensado con un saldo migratorio positivo de 121.564 personas (hubo 287.882 inmigraciones procedentes del extranjero y 166.318 emigraciones con destino al extranjero).
Es decir, que el crecimiento poblacional, que fue de 100.764 personas hasta sumar 46,7 millones, "se debió en gran medida" al aumento del número de extranjeros, añade. Mientras que, por el contrario, la población de nacionalidad española se redujo en 26.173 personas.
Por nacionalidades, las que más aumentaron fueron la venezolana (18.749 personas más, un 20 %), la colombiana (16.794) y la marroquí (10.356 más), mientras que los descensos más acusados fueron los de Reino Unido, con una caída de 4.318 ciudadanos, aunque en términos relativos solo fue del 1,5 %, Ecuador (3.205, un 2,3 %) y Rumanía (2.364).
Entre los principales países de destino de emigración española, el INE destaca los casos de Ecuador y Colombia ya que en ambos se trata de población no nacida en España o de menores de 16 años, lo que indica el retorno de ecuatorianos y colombianos de origen que han adquirido la nacionalidad española, junto con sus hijos nacidos en España.