El comisario jubilado José Manuel Villarejo dedicó mucho tiempo y recursos a investigar la vida personal del responsable de la oficina económica del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, Miguel Sebastián, en el marco del asalto de Sacyr al BBVA.
Francisco González siempre ha considerado a Sebastián el gran valedor de Sacyr Vallehermoso de cara al gobierno en la operación relámpago que Luis del Rivero y otros directivos como Juan Abelló pusieron en marcha a finales de 2004, y que hubiera podido dejar uno de los grandes bancos del país en manos de una compañía fuertemente expuesta a la burbuja inmobiliaria pocos años antes del estallido de la misma.
Asimismo, González era consciente de algo que después confirmó públicamente el expresidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Manuel Conthe: el ataque que también sufrió por la venta de FG Valores a Merrill Lynch fue instrumentado por Sebastián.
Julio Corrochano, el máximo responsable de seguridad del banco en aquella época, sabía bien qué pensaba su jefe de Sebastián y tuvo claro que el socialista y su vida personal podían ser objetivos válidos en la guerra sucia que planificó junto al excomisario. Por lo tanto, hizo que Miguel Sebastián pasase a formar parte del Grupo Hostil que debía investigar Villarejo, bajo el mote de Miky, según revela este miércoles Moncloa.com. Y su vida privada fue objeto de especial interés.
La sangre, en todo caso, no llegó al río, y probablemente debido a la velocidad con la que se cerró el asalto de Sacyr, la información recabada no llegó a utilizarse como se llegó a sugerir. Sebastián se presentó en 2007 como candidato a la Alcaldía madrileña, una experiencia que se saldó con un fracaso estrepitoso.
Volvió a la Universidad Complutense para enseñar y sus siguientes polémicas ya tuvieron que ver con su influencia sobre el actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y con la parte que le tocó en la polémica sobre la tesis doctoral del actual presidente, de la que se dijo que buena parte había sido realizada en base a información de la oficina económica de Moncloa.
La guerra por Sacyr
La pugna de Sacyr por hacerse con el BBVA fue una de las grandes guerras empresariales de principios de siglo, cuando aún no había estallado la burbuja inmobiliaria.
El expresidente de la entidad, Francisco González, recordaba la situación en una entrevista que concedió a EL ESPAÑOL justo antes de ceder el cargo a Carlos Torres Vila: "El caso de Sacyr, por ejemplo, fue el de una compañía constructora muy pequeña que quería quedarse con el banco. (...) No tuvimos ninguna duda. Oponernos a esto era un tema de principios".
No es la única vez que González, conocido en el sector financiero como FG, ha recordado recientemente esta situación, de la que van a cumplirse ya 15 años. En una presentación de resultados, el expresidente de la entidad afirmaba que, en dicha operación, Sacyr estuvo "apoyada por el Gobierno de turno" -el de José Luis Rodríguez Zapatero, con Miguel Sebastián como director general de la oficina económica del presidente-. Su oposición siempre ha sido, a su juicio, una prueba de que el BBVA nunca se dejó "achantar" ante el poder político.
En otra entrevista, con El País, González recordaba también el caso. “Una pequeña empresa constructora, en medio de la confusión entre lo político y lo empresarial, quiso quedarse con el banco para desmembrarlo y enriquecer a algunos actores. (...) No recuerdo haber tomado una decisión en contra de ellos”.
Sobre los pagos a Villarejo entre 2012 y 2017, destacaba la autonomía de Corrochano: “Ese tema para mí no tiene relevancia. Lo hace el departamento de seguridad con normas muy estrictas (...) Yo sabía que el banco llevaba a cabo trabajos de inteligencia para defenderse. Hasta donde sé, se han hecho las cosas como hay que hacerlas”.
En aquella época, el actual presidente del banco, Carlos Torres Vila, trabajaba todavía para Endesa. Su predecesor, Ángel Cano, era director de Recursos Humanos y Servicios y el consejero delegado era José Ignacio Goirigolzarri, hoy presidente de Bankia.
De hecho, fue a él a quien Luis del Rivero, entonces presidente de la constructora, transmitió en primera instancia -Francisco González estaba de viaje por EEUU-, su interés en convertirse en el principal accionista del banco.
Su objetivo consistía en formar un núcleo estable y hacerse con representación en el Consejo. El plan consistía en, llegado el momento, conseguir la dimisión de FG. Sin embargo, el veterano directivo logró el apoyo unánime del consejo del banco y Sacyr terminó desistiendo.
Más allá de la supuesta guerra sucia de la que habla Villarejo, lo que sí resultó esencial para que Sacyr renunciase a la operación fue que el entonces presidente del Banco de España, Jaime Caruana, advirtiese a la constructora de que si llegaba al 5% del BBVA, el regulador analizaría la "idoneidad" de que una empresa de este sector tomase una posición de tanta importancia en un banco tan importante. También dijo que si llegaba hasta el 10% se le forzaría a lanzar una OPA. Una opción que desde Sacyr no se contemplaba.