"El PP se muere". Esa es la conclusión a la que llegan asesores próximos a Pedro Sánchez y destacados dirigentes territoriales que comparten su análisis. La llegada al poder en Andalucía no esconde la pérdida de seis puntos en porcentaje de apoyo y más de 300.000 votantes sólo en esa comunidad (Vox obtuvo casi 400.000), un dato que, acompañado de las encuestas que Sánchez sigue con interés, le llevan a concluir que el PP está en caída libre.
"El PP puede seguir jugando a ser un gran partido, pero se está desangrando por la derecha y por el centro", explica una fuente cercana al presidente en referencia a Vox y a Ciudadanos, respectivamente. Según esta tesis, el PP se va a hundir en las próximas elecciones autonómicas y municipales.
En ese contexto, el PSOE volvería a ser la primera fuerza en muchas autonomías y en muchos ayuntamientos, con la excepción de las grandes ciudades, que parecen en general terreno vedado para los socialistas. "La llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa y la descomposición de la derecha va a hacer del PSOE el primer partido de España, el verdadero partido alfa de la política nacional, con capacidad de pactos y de liderar los debates", explica esta fuente.
Pero que el PSOE vuelva a ser primera fuerza, como lo presagian los cercanos a Sánchez, no quiere decir que el PSOE se dispare en intención de voto. Nada volverá a ser como antes. El escenario es otro y el PSOE aspira a subir algunos puntos en apoyo porcentual. La fragmentación de la derecha hará el resto, según este análisis. Pero el PSOE también sabe ya que ganar no significa gobernar y de esa lección de la nueva política se benefició en 2015 para recuperar autonomías en manos del PP desde la gran marea azul de 2011. El gran riesgo, como en Andalucía, es el de la desmovilización. En Andalucía, la izquierda perdió en total 680.000 votos en un contexto de participación a la baja.
"La duda es cuánto voy a ser capaz de movilizar"
"La duda es cuánto voy a ser capaz de movilizar", explica un presidente autonómico socialista. "Dependiendo de eso, tendré más o menos problemas, pero el PP como lo conocíamos se ha acabado. Además, entre el PP y el PSOE ya no se juega ni un voto. Yo me los juego con Podemos y con Ciudadanos y ellos con Ciudadanos y con Vox. Se han ido a la derecha, por el camino ha legitimado a Vox y ahora hacen aguas por un lado y por otro", explica.
Para este barón regional, como para Sánchez y su equipo, la batalla por el centro se juega entre Ciudadanos y el PSOE en un espacio cada vez más constreñido. O, más bien, lo que está en disputa es el espacio de moderación, ya que es imposible analizar el terreno de juego en términos de ideologías clásicas. El debate territorial atraviesa la política española y es un factor determinante en las aspiraciones electorales.
Este sábado, en una entrevista con EL ESPAÑOL, el portavoz parlamentario del PSOE en el Parlamento de Andalucía, Mario Jiménez, lo analizaba así: "Si no hay una respuesta, si no vemos el peligro que el eje territorial tiene para las políticas de izquierdas, podemos encontrarnos con una situación parecida en el resto de España. No sólo ha afectado al partido del Gobierno en Andalucía sino a la otra fuerza, Adelante Andalucía. El conflicto territorial ha provocado una incomparecencia del electorado de izquierda.", según él. Ahí la clave.
Las demás comunidades no son Andalucía
En el entorno de Sánchez aseguran que su discurso sobre Cataluña no variará salvo en algunos matices, aunque si no son aprobados los Presupuestos, el presidente tendrá que endurecerlo. Pero en Moncloa están tranquilos por dos motivos. El primero de ellos, un análisis amplio de lo ocurrido en Andalucía. Según estas fuentes, el debate nacional ha sido un elemento que explica la derrota, pero hay otros, como la decisión de adelantar las elecciones, una campaña de perfil bajo que daba por hecha la movilización socialista y buscaba que la derecha se quedase en casa o el desencanto con la propia Díaz. "Susana tenía Cataluña, sí, pero también siete cosas más. Los ERE, haber perdido las primarias contra Pedro, la inmigración, el cansancio por 37 años de Gobierno...", explica el mencionado barón socialista.
"Las campañas que buscan movilizar poco se han acabado y en el PSOE tenemos a un líder que moviliza", explica uno de los asesores de Sánchez. Pero hay más. El propio presidente ha expresado en algunos círculos que cree que la pérdida de la Junta de Andalucía servirá como doloroso sacrificio y, a la vez, revulsivo contra el transplante de esa foto a otras comunidades o a unas elecciones generales.
La movilización y el hundimiento de Podemos
Hasta ahora, el votante de izquierdas subestimaba a Vox. En el electorado progresista pesaba más la apatía o el cansancio. La irrupción del partido de Santiago Abascal y la posibilidad de que el PP recupere instituciones dependiendo de Vox hará que pocos se queden en casa, confían en el PSOE. Pero la irrupción de Vox, sostienen en Moncloa, produce el milagro de descomponer la derecha, porque los votos se los resta al PP y, en menor medida, a Ciudadanos, haciendo que el funcionamiento del sistema político y la ley electoral merme los escaños del conjunto. Además, Vox puede movilizar más al PSOE como opción útil para hacerle frente. Según el análisis de Moncloa, todo son ventajas.
Además del riesgo de que el PSOE no se movilice, otro gran fantasma acecha a las posibilidades de Sánchez y los barones autonómicos: que Podemos pase de un declive a un hundimiento por sus luchas internas. Ante eso, en Ferraz confían en poder pactar con Ciudadanos, con quien en muchas comunidades tienen una buena interlocución. Así, podría darse el escenario de que se repita el pacto a tres (PP, Ciudadanos, Vox) en lugares donde sumen, como podría ser Madrid, tanto en el Ayuntamiento como en la Comunidad, mientras Rivera permite al PSOE retener autonomías como Castilla-La Mancha, Extremadura o Aragón.