El viaje a Siria revelado por el excomisario José Villarejo en su última declaración ante la Audiencia Nacional existió. Pero los resultados de aquellas pesquisas, que llevaron a una vía muerta según algunos protagonistas, nunca se trasladaron a sumario alguno en la investigación del 11-M.
La versión de Villarejo sobre esta investigación inconclusa dejó rastro ya en 2011, cuando el diario El Mundo entrevistó en prisión al traficante de armas Monzer Al Kassal, extraditado a Estados Unidos en 2008. A preguntas del periodista Antonio Rubio, Al Kassar mantuvo que Villarejo le pidió ayuda para investigar las conexiones que los terroristas que atentaron en Madrid con Libia y Siria. En concreto, el entonces inspector jefe Villarejo rastreaba las comunicaciones de Basel Ghayoun y Mouhhannad Almallah Dabas, procedentes de Siria.
"El jefe policial Pepe me pidió ayuda por unos teléfonos del Líbano que tenían relación con los atentados del 11-M y organicé un viaje del jefe Telesforo (Rubio, entonces comisario de Información) y del jefe Pepe (Villarejo)".
"Nunca comprendí por qué al final prohibieron que viajara el jefe Pepe y que el jefe Telesforo dijera en Siria, cuando ya tenía todas las relaciones y todos los contactos telefónicos que esos datos ya no eran necesarios. Tenía información que nadie antes tuvo y no quiso o no supo usarla".
"Además dijo que si se conseguían nuevas informaciones, que se las diera directamente a él, ya que le jefe Pepe no era de fiar ya que era de un sindicato de derechas", declaró Al Kassar a El Mundo en referencia a la pertenencia durante años del excomisario ahora en prisión con el sindicato policial SPP, considerado uno de los más conservadores del cuerpo.
Un estrecho colaborador de Villarejo
Monzer Al Kassar fue durante años un estrecho colaborador de Villarejo, desde que fue detenido en España y puesto en libertad por la Audiencia Nacional y fijó su residencia en Marbella. Así, Al Kassar dejó rastro escrito hace ocho años de la existencia de una investigación en Siria que no está reflejada en el sumario de los atentados.
Fuentes de la cúpula de Interior de aquellas fechas han explicado a EL ESPAÑOL que la información de inteligencia llevaba a "una vía muerta". Por eso no se comunicó a autoridad judicial alguna. Sin embargo, Villarejo otorga una intencionalidad peyorativa a esa ausencia de datos. La misma que deslizaba Al Kassar en su entrevista.
Ahora, queda en manos de la Audiencia Nacional determinar si las revelaciones del excomisario son una maniobra para embarrar el procedimiento que le mantiene en prisión preventiva o de los datos se deduce alguna falta penal que se deba investigar.
En cualquier caso, las palabras del confidente Al Kassar confirman que el viaje a Siria declarado por Villarejo ante el Juzgado de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional existió, pero no uno de los extremos más determinantes para todas las partes: la vinculación que según el comisario tienen estos datos con la investigación participada por él contra miembros del Gobierno Socialista por encargo del BBVA. Una operación por la que permanece imputado y por la que cobró fuertes cantidades de dinero según las publicaciones del portal Moncloa.com.