El excomisario José Manuel Villarejo, en prisión preventiva desde hace más de 15 meses y acusado por la Audiencia Nacional de liderar una presunta "mafia parapolicial", planeó eliminar documentos comprometedores contra el presidente del BBVA, Francisco González. Documentos buscados entonces por la Justicia y que finalmente quedaron destruidos en el incendio que afectó al emblemático edificio Windsor de Madrid, terminando con la investigación por falta de pruebas.
Según publica hoy el portal Moncloa.com, Villarejo anotó en un informe sobre los trabajos que hacía para el BBVA una "acción final" con una frase contundente: "Eliminar rastros documentales de la Firma de Auditoría DEL", es decir, la auditoría que la firma Deloitte estaba realizando sobre la sociedad FG Valores, una empresa controlada por Francisco González.
Meses antes, la cadena Ser publicó varios documentos que probaban presuntas irregularidades contables en la venta de esta sociedad a Merrill Lynch, fechada en 1996.
Fue entonces cuando la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) abrió una investigación y la Fiscalía Anticorrupción comenzó a trabajar por su lado. Como principal pesquisa, los investigadores solicitaron a Deloitte una auditoría realizada sobre la empresa de Francisco González en 1994, dos años antes de esa operación. Unos documentos que Villarejo escribió que iba a destruir.
En aquellas fechas y según las informaciones del portal Moncloa.com, Villarejo estaba en mitad de la llamada Operación Trampa, una investigación privada financiada por el BBVA que trataba de frenar la entrada de la constructora Sacyr en el accionariado del banco.
En el marco de esta operación, Villarejo elabora una especie de resumen sobre sus actuaciones para el banco y lo que tenía pendiente. Según el documento, fechado sobre el papel dos semanas después del incendio, su equipo había realizado una denuncia en la CNMV contra uno de los directivos del banco, seguimientos, persecuciones, pero tenía varias tareas pendientes.
En el apartado "acción final" aparece reflejada su intención de "eliminar rastros documentales de la firma de auditoría Del (en referencia a Deloitte) e "Intento de sustitución de soportes documentales originales o en su defecto eliminación física de los mismos. Sin comunicar ni fecha ni procedimiento del sistema operativo para conseguir su destrucción".
El fuego arrancó dos plantas por debajo
Sin embargo, ese último párrafo, descriptivo sobre la intención de Villarejo de hacer desaparecer los documentos comprometedores, es modificado en un borrador posterior, fechado en marzo y en el que el párrafo anterior se cambia por una "nota final".
El documento reflejaba tras las modificaciones que el parte de actuaciones no puede ser exhaustivo en la descripción de las mismas "por obvias medidas de seguridad". "El objetivo de este proyecto se ha cumplido totalmente", refleja el nuevo documento.
Así, hay un elemento claro. Un hecho indubitado que puede estar o no relacionado con el escrito de Villarejo: los papeles de los que habla el excomisario, la auditoría que afectaba a Francisco González, quedó completamente destruida en el incendio. Y todo 15 días después de que la Fiscalía la pidiera de forma oficial a Deloitte.
El día 26 de enero de 2005, un mes antes de estos escritos, la Fiscalía Anticorrupción reclamó a Deloitte el informe que había realizado en 1994 sobre los estados contables de la sociedad FG Inversiones. Su objetivo era comparar esos datos con los aportados dos años después en la venta de la sociedad a un banco de inversión.
Sin embargo el 12 de febrero, hace hoy 14 años, los documentos ardieron por completo y la investigación quedó parada. Según el informe oficial realizado por el cuerpo de Bomberos, el fuego se inició en la planta 21, en uno de los despachos que la auditora tenía asignados a su sección de productos y servicios. Dos plantas más arriba, en la número 23, se encontraba el lugar donde se custodiaba la documentación que afectaba al presidente del BBVA. El despacho pertenecía a uno de los socios de la firma que quedó completamente calcinado. Todo desapareció.
Ese día, el sistema anti-incendios del edificio estaba desactivado. No era una casualidad, ya que el inmueble estaba en obras, entre otras cosas, para mejorar el sistema de detección del fuego. Los responsables de la reforma pensaban construir dos nuevas plantas en el edificio, reparar la escalera de incendios y cambiarla de lugar, y mejorar el sistema anti-incendios, que por ello estaba sin corriente.
El 8 de marzo de ese mismo año, Deloitte informó a la Fiscalía de que los documentos que buscaban habían desaparecido. Los datos que afectaban a Francisco González eran cenizas y la investigación en su contra quedó archivada. Ahora, si algo queda claro, es el intento del excomisario Villarejo por que ese fuera el resultado, a toda costa.