El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer y cientos de asociaciones feministas que luchan por la igualdad entre hombres y mujeres han realizado el argumentario Hacia la huelga feminista 2019. La Comisión 8-M expone las razones para hacer huelga a lo largo de 29 páginas, en las que argumenta con datos, ejemplifica con casos y, sobre todo, denuncia el acoso sistemático, las violaciones, el techo de cristal y la desigualdad de condiciones entre ellos y ellas.
Pero entre argumento y argumento se han colado la Ley de Extranjería, el ecologismo, el anticapitalismo y otros argumentos que nada tienen que ver con la lucha feminista. De hecho, el movimiento se presenta como "transfronterizo y transcultural", y cuyo objetivo es "plantar cara al orden patriarcal, racista, colonizador, capitalista y depredador del medio ambiente".
Ya en la primera página todas estas cuestiones quedan mezcladas, al definirse este colectivo como "un movimiento internacional diverso que planta cara al orden patriarcal, racista, colonizador, capitalista y depredador del medio ambiente" y afirma que el propósito de la huelga es "subvertir el orden del mundo y el discurso heteropatricarcal, racista y neoliberal", cuestiones en cualquier caso que se alejan de los incuestionables derechos de las mujeres.
1. Extranjería y "cierre de los CIE"
Las fronteras ocupan un apartado destacable en el manifiesto, que aboga por el cierre de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) y la derogación de la Ley de Extranjería, que regula la entrada y estancia de los migrantes extracomunitarios en el territorio español. Para el Colectivo 8-M, "existen las fronteras interiores, construidas a través del colonialismo, el racismo, la islamofobia, el antigitanismo, la aporofobia y el capitalismo, que con una interpretación excluyente de la ciudadanía nos discrimina impunemente mediante la Ley de Extranjería, no respetando los derechos humanos y la libre circulación".
Así, el argumentario acusa a la "tanatopolítica" de "crear vacíos jurídicos de derechos humanos" y de "convertir el Mediterráneo en una de las mayores fosas comunes de la historia". Las redadas policiales racistas, las devoluciones en caliente, la xenofobia y el racismo institucional -motivos por los que pretenden conseguir el cierre de los CIE y acabar "con los agravios de la Ley de Extranjería"- son otros motivos por los que hacer huelga el 8 de marzo. Se convierte así el feminismo en una suerte de cúpula bajo la que amparar todas las políticas de corte izquierdista.
2. "Especulación urbanística"
En el ámbito económico, la precariedad, la vulnerabilidad de las trabajadoras del hogar, la banca capitalista y la venta ambulante se incluyen en el mismo apartado y con la misma importancia. Nuevamente, queda difusa la relación entre la causa feminista y "el castigo de la contratación de migrantes en situación irregular", el objetivo de conseguir "una cultura que facilite lo comunitario" y el problema de que "cada vez más mujeres nos vemos expulsadas de nuestra vivienda por la la especulación, la turistificación y la gentrificación" de los barrios.
3. Anticlericalismo
El apartado Cuerpos del documento, en el que se desarrollan las razones de la convocatoria de la huelga, pone en primer lugar el objetivo de "ser dueñas de nuestros cuerpos, nuestros deseos y nuestras decisiones". Eso sí, enfocándolo en que sea acaptado por la sociedad, garantizado por el Estado y que "la Iglesia y otras confesiones religiosas no se metan".
4. Las corporaciones financieras
"La especulación financiera de bancos y empresas privatiza los beneficios y socializa las pérdidas", sostiene el argumentario, y añade que "se nos criminaliza y se nos persigue cuando practicamos la venta ambulante sin ofrecernos alternativas viables y deseables o de legalización y regularización". Con el objetivo de revertirlo, las asociaciones de mujeres afirman el deseo de "construir un modelo de banca social y pública que nos proteja de la especulación y del libre mercado" y que "se despenalice la venta ambulante".
5. Eco-anticapitalismo
El consumo, el anticapitalismo y el ecologismo van de la mano en el manifiesto y se anima a las mujeres a "no consumir productos fabricados por la industria farmacéutica y cosmética que experimentan con animales", "no realizar transacciones bancarias" y "reducir el consumo y la generación de residuos". Como justificación a estos consejos, el colectivo afirma que "las sustancias tóxicas" comprometen la salud y que "la agricultura y la ganadería intensivas nos imponen productos insalubres (transgénicos, pesticidas y abonos químicos...)".
6. Trueque y "economía vecinal"
Dentro de las reivindicaciones basadas en la estructura económica "neoliberal" que combate este movimiento feminista, convocante de la huelga, está la evolución hacia "una cultura" que "facilite lo comunitario, las relaciones vecinales" y "el uso compartido de bienes". Porque, la Comisión 8-M llama, explícitamente, a "no realizar transacciones bancarias" y conmina a una economía del trueque: "Intercambia, regala".
7. Una "paz anticapitalista"
Cuando el año pasado, la enorme manifestación de Madrid por el 8-M resultó un éxito y la oleada reivindicativa alcanzó el éxito, líderes de izquierdas reprocharon a sus rivales de centro y derecha no haber participado o apoyado la huelga. Tanto Cs como PP alegaron que la amalgama de reivindicaciones poco tenían que ver con el feminismo. Y así, otro de los puntos del argumentario preconiza una política de relaciones internacionales y relaciones exteriores basada en que "la seguridad se construya desde la libertad y no desde la guerra y el negocio", porque la "lucha por la paz" ha de ser "antipatriarcal, anticapitalista y anticolonialista".
8. El 12 de octubre, "día del genocidio"
La huelga también incluye al ámbito estudiantil y los colectivos de mujeres firmantes estimulan a los estudiantes a que se sumen al paro para "cambiar el relato del 12 de octubre, conocido como Día de la Hispanidad, como un día de memoria y reconocimiento del genocidio sufrido por la población del continente americano y la lucha anticolonialista de sus territorios".
La Comisión 8-M es una plataforma de coordinación en la que las asociaciones que conforman el Movimiento Feminista en España se reúnen mensualmente en asambleas en las que coordinan las acciones del 8 de marzo. La Comisión ha crecido mucho en los últimos años y ha pasado de reuniones a las que acudían 20 personas a 250 asistentes en 5 años.