Los nervios le traicionaron y su superior advirtió que algo iba mal. El soldado, destinado en la Base Aérea de Talavera la Real (Badajoz), no quiso dar su propia orina para afrontar el test antidroga rutinario. Así que le pidió a su hermano que le diese la suya. Y para colarla en el examen médico, recurrió a una argucia que ese día quedó al descubierto: un pene de plástico sujeto a la cintura con un orificio para evacuar. Pero le pillaron y ahora ha sido condenado a seis meses.
Los hechos tuvieron lugar el 25 de octubre de 2016, si bien la sentencia de la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo se ha pronunciado recientemente. El militar, del Ejército del Aire, había sido condenado por el Tribunal Militar Primero a seis meses por deslealtad, pero éste había recurrido hasta el Alto Tribunal, que ha desestimado su petición.
Sus iniciales son F.V.A. y su misión principal era la seguridad de la base, según adelanta Hoy.es. Las Fuerzas Armadas -así como el resto de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado- cuentan con un programa antidrogas, que incluye controles rutinarios entre sus efectivos.
El artilugio
El militar de la Base Aérea de Talavera recurrió a esta triquiñuela para intentar pasar los exámenes médicos. Consiste en un artilugio que se puede comprar por Internet, con diferentes precios y modelos. El procedimiento no es ninguna obra destacada de ingeniería: consiste en una bolsa hermética para meter la orina limpia que comunica con un pene de plástico. Al apretarlo, evacua el líquido. El dispositivo se sujeta a la cintura con un arnés.
¿Y qué le delató al soldado? Le había pedido a su hermano orina limpia para pasar el examen. Accedió a una sala privada para llenar el bote de muestras pero iba muy nervioso.
El teniente se olió la situación y pidió al resto de compañeros que les dejasen solos. Al aproximarse al soldado, vio una tira negra que sobresalía de sus calzoncillos. Le pidió que se quitase la prenda y apareció "un pene de plástico que llevaba incorporado un depósito de orina".
El soldado dio positivo en una prueba antidrogas posterior y pasó ocho días en arresto domiciliario. Después fue condenado por el Tribunal Militar Primero a seis meses por deslealtad. El militar recurrió alegando que no había llegado a utilizarlo y que había desistido de recurrir a este truco, pero el Supremo ha rechazado su petición.