Gonzalo Araluce Carmen Lucas-Torres

Cinco horas con libertad de movimientos en el interior de la embajada norcoreana. Los diez asaltantes, liderados por el ciudadano de origen mexicano Adrián Hong Chang, golpearon a los trabajadores de la legación y a sus familiares. Se cebaron especialmente con el encargado de negocios, Yun Sok So, al que se llevaron a una habitación aparte y trataron de hacerle renunciar al régimen de Pyongyang, como si de una apostasía se tratase. Se hicieron con material informático y huyeron del lugar para, finalmente, escapar del país.

Los asaltantes habían planificado el golpe al milímetro. Adrián Hong Chang ya se había personado en la embajada norcoreana varios días antes bajo la falsa identidad de Matthew Chao, un empresario que quería verse con el encargado de negocios, Yun Sok So. Tras hacer varias gestiones, Adrián Hong abandonó España y regresó, por fin, el 19 de febrero en un avión procedente de Praga. 

Los tres días posteriores los dedicó a preparar el asalto junto a sus compañeros. Aunque se alojaba en un hotel, las reuniones se celebraban en una casa que habían alquilado para planificar el golpe. 

Así nos plantamos en el 22 de febrero, fecha escogida para el asalto. Por la mañana, el grupo compró armas simuladas, cuchillos de combate y diverso material en una ferretería: desde palancas hasta cintas americanas. Es el momento del ataque y este es el minuto a minuto del episodio de guerra sucia de espionaje que ha desatado un terremoto diplomático en Madrid. Todo ello siguiendo el relato de las diligencias previas elaboradas por la Audiencia Nacional.

16:34.

Adrián Hong Chang se desplaza junto con un acompañante a la embajada norcoreana, en la calle Darío Aparicio, de Madrid.

16:48.

Adrián y su compañero llegan hasta la legación diplomática. El primero se aproxima hasta la puerta y el otro espera en una rotonda próxima.

Pocos minutos antes de las 17.00. Un Seat Alhambra de color blanco de una empresa de alquiler permanece en una rotonda próxima. Se bajan cinco individuos que saludan al acompañante de Adrián Hong Chang.

17:00.

El líder de la banda ha esperado hasta las cinco de la tarde para llamar a la puerta de la embajada. Pregunta por Yun Sok So, encargado de negocios de la legación. Tiene el pretexto de haberse visto días antes con él.

Choe, Yu y Jang realizan labores de jardinería dentro del recinto diplomático cuando escuchan el timbre. Choe abre la puerta y se encuentra con Adrián Hong Chang, quien le pide verse con el encargado de negocios. Choe le invita a entrar en el recinto y a esperar en un banco mientras llama al diplomático.

17.01.

Aprovechando que estaba solo en el jardín, Adrián abrió la puerta de la embajada y permitió el acceso a los compañeros que habían permanecido en una rotonda en las inmediaciones. Van armados con machetes, cuchillos, barras de hierro y armas cortas simuladas. Comienzan a golpear a los dos hombres que se habían quedado cuidando del jardín. También a Choe, quien había ido a buscar al encargado de negocios a petición del líder de la organización.

Los asaltantes entran en el edificio y maniatan con bridas a sus ocupantes. Les trasladan hasta la sala de reuniones de la embajada. Se encuentran con el encargado de negocios -Yun Sok So-, al que golpean y provocan distintas lesiones. Se lo llevan a un baño y le atan los brazos por detrás de la espalda con bridas. También le cubren la cabeza con una bolsa y le amenazan con barras de hierro y las falsas armas de fuego (que a simple vista pasaban por reales).

La mujer e hijo de Yun Sok So se encierran en el dormitorio con llave.

17.30.

Aproximadamente a las cinco y media, los asaltantes se llevan a Yun Sok So a la sala de reuniones de la embajada. También logran reventar la puerta del dormitorio en el que están la mujer e hijo del diplomático. No les reducen ni les maniatan, pero uno de los criminales se queda con ellos para que no huyan.

En la parte de arriba está Cho Sun Hi, la esposa de uno de los hombres que estaban en el jardín. Se encierra con llave y, mientras tratan de echar abajo la puerta, trata de escapar por la terraza. Como ya contó EL ESPAÑOL, cae desde la segunda planta, se rompe la pelvis y logra salir del edificio y dar la señal de alarma. Un ciudadano alerta a un coche de Policía que hay por las inmediaciones.

Entre las 17.30 y las 21.30.

La acción se divide en tres escenarios. El primero, en la sala de reuniones de la embajada, donde permanece la mayor parte del personal diplomático, maniatados todos ellos con grilletes y bridas. Los golpes y las amenazas son constantes. Mientras, los criminales registran las dependencias y se hacen con dos pendrives, dos ordenadores, dos discos duros (uno de ellos de almacenamiento de imágenes de seguridad) y un teléfono móvil.

A Yun Sok So se lo llevan, tras una hora en la sala de reuniones, hasta una de las habitaciones del sótano. Los asaltantes le instan a que abandone Corea del Norte. Dicen ser miembros de una organización contraria al régimen de Pyongyang. Sin lograrlo, le vuelven a maniatar y a cubrir la cabeza con una bolsa negra.

Mientras, en el exterior, una ambulancia del SAMUR atiende a Cho Sun Hi, la mujer que había logrado escapar de la legación. La Policía escucha su historia y tres agentes llaman al timbre de la embajada. Les atiende un hombre perfectamente vestido, con un pin con la cara de Kim Jong Un en la solapa. Dice que es un alto representante diplomático y que todo va bien en el interior. Es, en realidad, Adrián Hong Chang. Los policías insisten y éste dice que, si hay alguna persona de nacionalidad norcoreana herida, deben comunicárselo al consulado.

21.30.

Los asaltantes llevan cinco horas en el interior de la embajada. Se han hecho con el material informático, presionado y golpeado al personal. Es la hora de marcharse. Se hacen con tres vehículos de matrícula diplomática -un Mercedes, un Toyota y un Audi- y la mayoría de ellos se marcha del lugar a gran velocidad.

21.40.

Adrián Hong Chang permanece dentro de la embajada junto a un compañero hasta esta hora. Solicitan un Uber a través de un usuario con el nombre de Oswaldo Trump, pero lo cancelan al ver diferentes indicativos policiales en la puerta de la embajada.

21.46.

El líder del asalto y su compañero piden otro Uber, aunque en la dirección ahora ponen la avenida de Valdemarín 56; exactamente la parte trasera de la embajada. Su plan funciona y abandonan el lugar a bordo del vehículo solicitado. Tiran en un descampado documentación falsa y las armas con las que han dado el golpe.

21.50.

Tres estudiantes norcoreanos llaman a la puerta de la embajada y no tienen respuesta. Uno de ellos, intranquilo por la falta de contestación, salta la valla y se encuentra a las víctimas del asalto. El personal abandona la legación y es atendido por la Policía. El encargado de negocios, Yun Sok So, expide una autorización escrita a los agentes para que entren en la embajada y comiencen sus pesquisas.

Huye rumbo a Nueva York

El resto de la historia es conocida. La Policía encontró los vehículos diplomáticos sustraídos en diferentes puntos de Madrid. Adrián Hong Chan se trasladó a Lisboa y desde ahí tomó un vuelo con destino a Estados Unidos. Su maleta quedó en el hotel que se alojaba y un conocido la recogió el 26 de febrero. El 27, el líder del asalto contactó con el FBI estadounidense y facilitó información sobre el suceso.