El presidente de Vox, Santiago Abascal, plantea la construcción de un muro en las fronteras de Ceuta y Melilla con Marruecos "que quizá debería pagar" el país vecino, ya que a su juicio envía "oleadas de inmigrantes clandestinos" hacia España para chantajear a la Unión Europea. Una idea calcada a la de Donald Trump y su muro con México.
También cree Abascal que el Ejército tendría que vigilar ambas fronteras hasta que se levante ese muro y recibir "las órdenes necesarias" para defenderlas. Al mismo tiempo, insiste en pedir medidas "contra las ONG que colaboran con las mafias y se van al litoral africano a recoger mercancía humana", y una legislación que levante un "muro psicológico" ante los inmigrantes: "jamás" podrán regularizar su situación, ni tendrán derecho de arraigo, ayuda social ni tarjeta sanitaria.
Así se manifiesta el dirigente político en un libro de Fernando Sánchez Dragó titulado 'Santiago Abascal. España vertebrada', editado por Planeta, una conversación en la que el fundador de Vox aborda distintos temas de actualidad y el nacimiento de su partido.
En sus reflexiones sobre la inmigración, Abascal admite que la llegada a España de forma irregular de personas concede más votos a Vox, "pero no celebremos ese mal". Su apuesta es la expulsión de los inmigrantes en situación ilegal, una de las "tareas pendientes y conflictivas" que el país a su juicio debe abordar y ante la que asegura que a su partido no le "temblará el pulso".
El presidente de Vox explica que las pateras "son la última cara de la esclavitud" y de la trata de personas y rechaza el discurso de que España necesita más trabajadores. Según su relato, son personas que van a recibir "salarios esclavistas" y no pagan impuestos, lo que no mejora el sistema.
"Está ocurriendo en toda Europa y con especial virulencia en Francia. En 2049, con el actual ritmo demográfico, la mitad de la población será musulmana. Eso generará una guerra civil soterrada. Dos culturas totalmente enfrentadas e incompatibles", augura.
Defensa de la conquista de América
Abascal dice en otro punto de la entrevista que él no es racista y que "ser racista es ser antiespañol" y al hilo de esta reflexión defiende que los españoles se deben sentir orgullosos de lo que hicieron en América, un debate resucitado esta semana (la entrevista se realizó en febrero) al plantear el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que el Rey pida perdón a su país por la conquista.
"La política de Isabel la Católica o del Cardenal Cisneros, el impulso de la evangelización y la consideración hacia los indios son cosas que muy pocos pueden reivindicar", añade. Dice Abascal que "en líneas generales" el mestizaje de razas le parece "positivo" aunque a veces provoca problemas de convivencia y de desigualdad, cuando a su juicio "la homogeneidad cultural y moral es beneficiosa para la sociedad".
Esta homogeneidad moral es la que explica según Abascal por qué la inmigración hispanoamericana se "adapta bien" a España: sean católicos o no, argumenta, tienen "un sentido del pecado muy similar al de los españoles". "Ven las cosas más o menos como nosotros", dice.
Contra la exhumación de Franco
El dirigente de Vox también se muestra en contra de la exhumación del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos. "Sacar a Franco de su tumba sin el consentimiento de la familia me parece un atropello. Ese proyecto es sólo un factor de confrontación política, ajeno a la sociedad, que se preocupa por otras cosas", dice.
Otro asunto que aborda es el de la situación de Cataluña, donde "hay un grupo de traidores a España que han incumplido las leyes y tienen que ser detenidos y puestos a disposición judicial". Para ello, no cree necesario enviar al Ejército -"sería un error gigantesco" porque daría una "baza absurda" al independentismo- sino que que actúen Policía Nacional y Guardia Civil.
El vuelo del "gallináceo" del PP
Abascal explica en esta entrevista que su partido no es una escisión del PP sino "algo nuevo" y que aspira a la "transversalidad". Asegura que ha logrado ya votantes en la izquierda en Andalucía (en las elecciones autonómicas de diciembre) y que está seguro de que va a arrastrar a muchos más desde el PSOE y de Podemos.
Entre otras cosas porque ha llegado al mundo rural, al de la caza y al de los toros. "Si me gustan los toros votaré a quien garantice que pueda seguir yendo a los toros. De eso los otros políticos no se dan cuenta", agrega.
En cuanto al PP, el fundador de Vox cree que intenta copiarles pero que se queda corto. "Su vuelo es gallináceo. Sus propuestas son tímidas y mucho menos radicales que las nuestras. Lo que Casado se atreve a plantear un día, al día siguiente lo matiza y lo recorta, o incluso lo retira, porque la vieja guardia se le revuelve", asegura, y concluye que el PP va a ir perdiendo apoyo porque "ha entrado en crisis".
"Defiendo lo que muchos gays que son de Vox"
Santiago Abascal pone en cuestión las adopciones por parte de parejas homosexuales, porque lo "mejor" para los niños es tener modelo masculino y femenino en sus padres. "Yo defiendo lo que muchos gays que son de Vox", apunta, y carga contra el "sectarismo implacable del lobby gay". "Decir que estamos contra lo gays es una falacia idéntica a decir que estamos contra las mujeres porque no somos partidarios del aborto", asegura.
Con respecto a esta última cuestión, dice que muchas personas entienden el aborto como método anticonceptivo y apuesta por ayudar a las mujeres con embarazos no deseados. "El aborto nos repugna, como a cualquier persona decente". Admite que es un debate en el que quien tiene estos argumentos lleva "las de perder" y añade que Vox se ha quedado "solo" en la defensa del no nacido.
Sin vocación política
En la conversación con el escritor, el fundador de Vox explica que él en realidad no tiene vocación política sino de ser "guarda forestal", pero que ha dado un paso "para evitar que vengan a arrebatarnos lo que es nuestro". La política, en realidad, admite que le aburre.
Y explica que de hecho los planes de urbanismo, los horarios escolares o los alumbrados de las calles, como otros asuntos cotidianos, "nunca" le han interesado y le da igual qué se decida sobre ellos, "una cosa o la contraria".
Abascal explica que él apuesta por la política de los sentimientos y de las convicciones, "el honor, el patriotismo y cosas así". Y rechaza que se le considere populista, que según su definición es quien dice a la gente lo que quiere oír. "Populista fue Rajoy, que no cumplió su programa electoral y engañó al pueblo. Populista sobre todo es Rivera (Albert Rivera, presidente de Ciudadanos)", responde.
Sobre cuáles son sus modelos en política, asegura que en Vox no los tienen aunque "picotean por aquí y por allí". "Lo que funciona, funciona y ya está, hágalo quien lo haga. Si es Trump, pues Trump (presidente de los Estados Unidos), y si es Orbán, pues Orbán (primer ministro de Hungría); y si nadie, pues nosotros. Cuando me preguntan por mi modelo digo que Isabel la Católica", concluye.