Pedro Sánchez asegura estar "emocionado" por el caso de María José Carrasco, de 61 años, que padecía esclerosis múltiple y que tras 30 años de dolores decidió quitarse la vida con la ayuda de su marido, Ángel Hernández. Él fue detenido este jueves por la mañana tras haberla ayudado a morir suministrándole una sustancia letal, proceso que dejó grabado en vídeo junto al consentimiento de su esposa.
"Esto se tenía que haber evitado antes", ha dicho el presidente del Gobierno en una entrevista en Tele5. En caso de que sea condenado, Sánchez está dispuesto a indultarlo, según ha sugerido. "Tengo esa sensibilidad y esa proximidad política de decisión con el marido de María José", ha dicho.
El jefe del Ejecutivo ha defendido "la dignidad también para morir" y ha arremetido contra PP y Ciudadanos por no permitir que la eutanasia sea ya un derecho en España por su "obstrucción" de la tramitación legislativa en el Congreso de los Diputados.
Propuestas del PSOE
El PSOE presentó en el Congreso una proposición de ley en mayo del año pasado cuyo plazo para presentar enmiendas ha sido ampliado por PP y Ciudadanos hasta que la norma ha tenido que decaer automáticamente como consecuencia de la disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones.
"Mi compromiso con los españoles es firme", ha dicho Sánchez. "Si tengo una mayoría parlamentaria a partir del 28 de abril, ese derecho será reconocido y no va a haber una minoría parlamentaria que lo pueda bloquear", ha prometido. En el programa del PSOE, presentado la semana pasada, se incluye de hecho la medida,
Preguntado por si indultará a Hernández, Sánchez ha pedido dejar trabajar a la Justicia, pero ha advertido de que "obviamente" tiene "esa sensibilidad y esa proximidad política de decisión con el marido de María José", sugiriendo que estaría dispuesto a conceder la medida de gracia si es condenado.
Sufrimientos insoportables
A la eutanasia, tal y como la concebía la propuesta del PSOE, podrían acogerse todos aquellos mayores de edad que tuvieran sufrimientos físicos o psíquicos insoportables como consecuencia de una enfermedad grave que no tuviera visos de mejorar sino sólo de empeorar con el tiempo.
También estaría destinado a los discapacitados graves crónicos que se vieran gravemente afectados en su autonomía y vida diaria. El proceso estaría controlado por dos médicos, el que trata habitualmente al paciente (con derecho a la objeción de conciencia) y otro independiente, que revisaría que cumple los requisitos. En caso de desacuerdo, mediaría una comisión de expertos.
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