Juan Manuel Moreno Bonilla (Barcelona, 1970) es un hombre afable. Desde que asumió la presidencia de la Junta de Andalucía, que cambiaba de manos por primera vez en casi 40 años, el aura presidencial no se le diluye. Su no victoria en las últimas elecciones andaluzas, que, sin embargo, le aupó al Gobierno regional, fue una carambola inesperada y un augurio de lo que estaba por venir.
Con un partido detrás que acababa de sufrir el primer proceso de primarias de su historia y una contrincante socialista que parecía aferrada a la presidencia andaluza, Moreno se erigió como el César popular. La ovación con la que le recibió el PP en la convención así lo atestiguó. En unos tiempos viscerales, y en la mayor encrucijada que los populares han vivido desde su refundación, él hace una llamada a la moderación. Parece que le van los retos.
Moreno Bonilla es un hombre de partido, criado en sus juventudes y que ha pasado por todos los escalafones del poder. De origen malagueño, comenzó la carrera de Psicología, aunque la cambió por Magisterio. Finalmente, se licenció en Administración y Dirección de Empresas.
¿En qué consiste el andalucismo para Juanma Moreno?
El andalucismo significa coincidir y sintonizar con nuestras raíces, sentirte andaluz, sentirte orgulloso de tu tierra. Y además los andaluces tenemos la suerte de que nos podemos sentir profundamente orgullosos de la tierra sintiéndonos profundamente orgullosos de ser españoles. El andalucismo es nuestra manera de entender Andalucía y de sentirnos españoles.
Adriana Lastra habla de la España interior y la plurinacionalidad. ¿Usted cree que España es plurinacional?
No. España tiene una nación y nuestra única nación es España: la nación española. Una nación medio milenaria de más de quinientos años una nación que ha sido una referencia en el mundo. El mundo tal como lo conocemos no es concebible sin la nación española. Por tanto no estoy de acuerdo con esa teoría especialmente de izquierda a la que se ha abonado el Partido Socialista desde hace años.
Andalucía no es una nación, según usted, pero sí es una nacionalidad.
Andalucía, en términos constitucionales y estatutarios, es una nacionalidad. Andalucía tiene personalidad propia y es evidente. Pero, a pesar de tener una manera de ser diferente, somos una parte esencial de España. España no se concibe sin Andalucía. En Andalucía precisamente se culminó el proyecto de España con la conquista de Granada. Una cosa es tener singularidades -que Andalucía las tiene, al igual a otros territorios de España- y otra cosa es que haya 17 naciones. Eso no existe.
El CIS le da al PP un revolcón bastante fuerte en Andalucía. ¿Cómo es la situación del partido ahora mismo en la comunidad?
El PP de Andalucía es un partido sólido, fuerte. Un partido acostumbrado a trabajar contra la adversidad. Llevamos 40 años luchando contra la mayor maquinaria político administrativa que hay junto con Cataluña y ha sido muy difícil, un David contra Goliat. Pero con humildad, cercanía y colaboración hemos conseguido doblegar ese aparato político y hoy en día somos un partido fuerte. Una referencia.
De hombre de Rajoy a barón de Pablo Casado. Son muy extrañas las parejas que forma la política.
Siempre he sido coherente: yo he trabajado con el presidente Rajoy en la Secretaría de Estado de Servicios Sociales e Igualdad y estoy orgulloso. Pero eso no quita que comparta una larga amistad con Pablo Casado. Nos unen muchas cosas: la ambición generacional -somos parcialmente de la misma generación- y una sintonía personal y política en materia fiscal, económica y de integridad territorial.
¿Qué opinión le merece que se le considere el nivel más moderado en el PP junto a Feijóo?
Yo vengo de una familia de tradición centrista e incluso de izquierda. Mi abuelo paterno era jornalero y en mi familia hay mucha diversidad ideológica. Eso hace que yo tenga cierto grado de ponderación y de equilibrio, porque no todo es blanco ni todo negro, sino que hay matices. Me gusta quitar esta carga de prejuicio. Me gusta empatizar incluso con aquellos que no tienen mi misma opinión y respeto al que no opina como yo. Si eso es centrismo moderado, pues será necesario que lo diga.
¿Echa de menos a personas como Sáenz de Santamaría en el partido actual?
Sáenz de Santamaría ha sido vicepresidenta del Gobierno de España y una persona con una enorme solvencia intelectual y política. Ha hecho una gran labor y un gran sacrificio por España y a mí me hubiese gustado que Soraya Sáenz de Santamaría siguiera en política activa, porque creo que era un activo. Hay que respetar las decisiones personales. Ella tomó la decisión de abrir una nueva etapa en su vida profesional, tiene capacidad para hacerlo y le deseo el mejor de los recorridos.
¿Ha salido ya todo lo que escondían las alfombras de Susana Díaz? ¿Qué han encontrado?
Estamos pendiente de concluir la auditoría que estamos haciendo, pero sí están saliendo ya muchas cosas que nos sonrojan. Ese medio millón de pacientes que estaban ocultos, simplemente maquillados. Al más puro estilo de los países como Grecia durante la crisis económica y el rescate: aquellas cifras que no me gustan, directamente las quito, las oculto. Nos avergüenza la dejación y la indolencia que ha habido por parte del Gobierno socialista.
Que usted tenga tres mil millones de euros de deuda pendiente con la Junta de Andalucía y la Junta de Andalucía no haya sido capaz de cobrarlo. Que haya cinco mil millones de euros bajo la lupa de la justicia. Que tengamos seis mil millones de euros de fondos de inversiones que van con un retraso en inversión y que pueden generarnos un problema y una pérdida de ellos. Nos tiene que preocupar. Podríamos estar así una hora contando esa indolencia, esa falta de ambición y esa dejadez que ha habido en el Gobierno socialista y que ha propiciado un menoscabo de fondos públicos absolutamente lamentable. Desgraciadamente para Andalucía, veremos más cosas.
¿Para usted qué es lo más sangrante?
Ver cómo hemos tirado miles de millones de euros. Durante los últimos diez años se ha dejado de invertir 26.000 millones de euros en una comunidad que tiene una tasa de desempleo de la más altas. Que el año pasado se dejó de invertir 2.600 millones de euros. Es que todos los días nos encontramos con situaciones de esas y es tirar el dinero. Por soberbia, por dejadez, por incapacidad en la gestión. Es como si abriéramos una ventana todos los días y cogiéramos medio millón de euros y lo tiráramos por la ventana. Son recursos que nos faltan para la sanidad, para la educación, para crear empleo.
¿Cómo se encuentra su matrimonio con Ciudadanos? ¿Acabarán la legislatura o hay elementos de inestabilidad?
Ha sido una de las sorpresas agradables. En tan sólo 70 días, la empatía, la coordinación y la fluidez en el seno del Gobierno andaluz es del cien por ciento. Estamos trabajando codo con codo, hay un solo gobierno y de manera muy natural. A veces, ahora en campaña, todavía se nos olvida de qué partido venimos, porque estamos muy centrados. Creo que eso es positivo para Andalucía y es positivo también para los futuros pactos políticos que podamos tener entre estas fuerzas políticas.
¿Cómo es su relación con Vox? ¿Qué tal su intermediación entre Ciudadanos y Vox?
A veces tengo esa sensación de que estoy en medio y es verdad que estoy en medio. El PP ocupa esa centralidad entre Ciudadanos, que está a nuestra izquierda y haciendo política socialdemócrata, y Vox, que está a nuestra derecha. Nosotros hacemos de puente entre dos formaciones políticas que no se quieren entender. Las relaciones con Vox son unas relaciones de respeto, pero desde la diferencia. Intento todos los días encapsular y buscar lo que nos une: política económica, integridad territorial de la nación española. Eso son las cosas que nos unen y después hay cosas que nos separan.
Andalucía ha sido Grecia durante la crisis económica y el rescate: aquellas cifras que no me gustan, las oculto
Usted siempre ha abogado por una repetición del pacto andaluz a nivel nacional. ¿Qué aprendizaje saca de este matrimonio?
Creo que es una opción viable y posible frente a la izquierda desnortada, sumisa de Sánchez, del PSOE capaz de pactar con Podemos, con independentistas, con filoterroristas. Hay una alternativa posible de centro derecha y tenemos que actuar con sentido de responsabilidad, frente a esa izquierda indolente que nos va a llevar a una nueva crisis económica, social y probablemente a una cesión. Ese posible pacto hay que hacerlo con mucha generosidad, con mucha inteligencia y con mucha responsabilidad.
Su línea roja siempre ha dicho que es el Estatuto de Autonomía. Vox pide la desaparición del sistema autonómico. ¿Hasta qué punto pueden bailar ustedes en los grises?
El acuerdo de investidura, en su primer punto, es el respeto a la Constitución Española y por tanto, al estatuto de autonomía. Hay algo que yo creo que se equivocan. Lo digo así. El problema no son las comunidades autónomas, que generan progreso y bienestar. Reto a cualquiera que mire los datos de hace 35 o 40 años con una posición de desconcentración del poder y de acercamiento de la administración del administrado. El problema no es de nuestra España constitucional autonómica, sino que viene cuando se gestiona mal, cuando el Estado hace dejación de funciones.
El Gobierno de España tiene la obligación, primero, de liderar a las comunidades autónomas. Segundo, de coordinar. Y tercero, de planificar las grandes políticas. Si el gobierno de la nación no hace ninguna de esas tres cosas evidentemente vamos a modelos que no son coordinados. Un modelo hacia 17 heterogéneos. Eso es lo que tenemos que evitar y eso es responsabilidad del Gobierno. Y además hay medidas como la que está impulsando Pablo Casado que pueden propiciar eso.
¿Considera a Vox de extrema derecha?
Se tienen que calificar a ellos mismos. Son un partido nuevo así que sus acciones políticas dirán cómo se determinan desde el punto de vista ideológico. Todavía no tienen trayectoria política prácticamente, porque son extraparlamentarios en las Cortes Generales, y el tiempo dirá dónde se quieren situar. Si quieren situarse como partido conservador, pero un partido al estilo Tea Party o al ala del Partido Conservador británico, o si quieren parecerse al PP. Es una decisión que tienen que tomar ellos. Yo lo que siempre recomiendo es que, en el ámbito de la Constitución, en el ámbito de las normas del juego, es donde realmente se puede ser útil a la sociedad. Yo nunca he creído en radicalismos.
¿Qué le parece que les llamen derechita cobarde?
Creo que es fruto más de la pasión de la campaña electoral. Se dicen muchas cosas y a veces cosas más agradables, a veces menos. Las decimos todos. Es parte del anecdotario de campaña electoral.
Pero el término lo acuñaron después del mitin de Vistalegre, a principios de octubre, cuando ni se vislumbraban las generales.
Cuando Vox haga lo que ha hecho el Partido Popular, podrá darse cuenta de que nosotros nunca hemos sido ninguna derechita cobarde. Este partido ha creado casi ocho millones de puestos de trabajo -en los Gobiernos de Aznar y Rajoy-, ha puesto la vida de muchos compañeros, igual que otras fuerzas políticas, y la vida de muchos funcionarios públicos al servicio de proteger la unidad y la integridad de España. Ha sido el único que ha aplicado el 155, que ha cesado en pleno a un Consejo de Gobierno. Este partido es la columna vertebral de España y hemos tenido muy poco complejo. Decir eso es no conocer la historia del Partido Popular y no conocer la historia del PP al servicio de España.
Vox tendrá que ver si quieren ser un partido al estilo Tea Party o si quieren parecerse al PP
Usted, como Griñán, nació fuera de Andalucía. Concretamente, en Barcelona. ¿Mantiene contacto con la Ciudad Condal?
Mantengo un contacto afectivo y sentimental, pero también el contacto familiar. Como presidente de todos los andaluces, siempre me acuerdo de que casi un millón de andaluces -andaluces y catalanes de origen andaluz- que viven allí y que un gobierno totalitario, como es el gobierno independentista del señor Torra, quiere marginar simplemente por no hablar en catalán o por no pensar como ellos. La Junta de Andalucía y su gobierno van a estar firmes y determinantes en la defensa de los intereses de los andaluces residentes en Cataluña.
¿Sigue habiendo charnegos en Cataluña?
Sigue habiendo limitaciones mentales, yo diría, del independentismo totalitario catalán. ¿Eso de charnego, eso de poner límites de un ciudadano a otro, eso qué es? Me parece un disparate segregar. Ese es el independentismo, que es racista, y tenemos que combatirlo con todas las normas democráticas y el Estado de derecho.
Todo apunta a que desde las cloacas del Estado se buscaron trapos sucios de Pablo Iglesias y que pudo haber instrucciones del Ministerio del Interior en tiempos de Rajoy, ¿qué opinión tiene de este caso?
Se tiene que investigar. Se está investigando, hay un proceso judicial abierto y los españoles nos merecemos saber toda la verdad.
Acaba de comenzar a aplicar sus medidas económicas en Andalucía. La rebaja del IRPF es por tramos de menor a mayor renta. El mayor descenso es para las rentas más altas, las de más 120.000 euros al año. ¿Esto significa que los andaluces más pudientes estaban desvalidos, que necesitaban más protección?
Es baja para todos los tramos. Los grandes beneficiados, especialmente en el impuesto de sucesiones y donaciones, son la clase trabajadora y la clase humilde. Pero hay una cosa importante: hay miles de andaluces que están censados en Madrid buscando el calor de una tributación más flexible. Nosotros no podemos perder que decenas de miles de andaluces no tributen, no tengan su domicilio fiscal en Andalucía, por tener una presión fiscal más alta. Hacemos un llamamiento a todos esos andaluces para que retornen, para que coticen en Andalucía. Para que muchas empresas inviertan en nuestra tierra. Es una llamada de inversión, una llamada a la normalidad, una llamada a poder competir.
Los andaluces tenemos el derecho a poder competir con comunidades que progresan de una manera ingente como la Comunidad de Madrid y por tanto para competir tenemos evidentemente que bajar la presión fiscal. Por eso hemos bajado el impuesto de sucesiones y donaciones. Hemos bajado los tramos del IRPF, de manera progresiva a lo largo de estos cuatro años. Los vamos a dejar de los más bajos de toda España. También el impuesto de transmisiones. Lo que queremos hacer es una apuesta por una bajada de impuestos para decirle al mundo y a España que en Andalucía se puede vivir, se puede trabajar y se puede invertir y generar riqueza y empleo, que es lo que necesita.
La historia de Ángel Hernández y María José Carrasco ha sacudido España en los últimos días. ¿Cuál es su postura respecto a la eutanasia?
La eutanasia es el fracaso de los cuidados paliativos. Dentro de nuestro sistema público de salud, quizás no hemos trabajado bien toda la franja -no solamente el adulto, también la pediátrica- de los cuidados paliativos y tienen que extenderse. He pedido al consejero de Sanidad que haga un plan intensivo y progresivo para que los cuidados paliativos de calidad lleguen al conjunto de la población. Después hay una figura, el testamento vital, que da una posibilidad de tomar decisiones sobre su futuro personal cuando uno está sano, en plenitud de sus facultades -tanto físicas como psicológicas-. Terceras personas no pueden decidir de manera unilateral sobre algo tan importante como es la vida.
El AVE se ha convertido en su gran aliado en estos tiempos. El Corredor Mediterráneo no está muy allá. ¿Qué va a hacer? ¿En qué punto se encuentra la conexión ferroviaria de Granada y Almería, aunque no sea su competencia?
No es de mi competencia y, por eso, hemos pedido al Gobierno que esté cuanto antes. El Corredor Mediterráneo es muy importante, en él se concentra la mitad del PIB de España y una parte importantísima de nuestra población. Lo necesitamos para que nuestra mercancía, nuestro producto, nuestra economía, fluya. Es fundamental que llegue desde Francia, pasando de Cataluña, hasta Algeciras. Y en eso vamos a pedir una conexión: tenemos a Granada aislada ferroviariamente desde hace casi cuatro años.
No podemos entender cómo una obra, la inauguración del AVE en Granada, que estaba ya prácticamente finalizada y que estaba prevista para principios de 2019, ahora nos digan que a finales del 2019 y ya veremos. Vemos la incapacidad del gobierno de Sánchez para ni siquiera sacar adelante un proyecto que ya estaba prácticamente hecho.
¿Qué va a pasar con el Día de Andalucía?
El día de Andalucía es el 28 de febrero porque así lo decidieron los andaluces en referéndum y por tanto nosotros somos primero un partido, y como gobierno, que cumplimos y hacemos cumplir la ley. Eso significa que hay una ley que es la ley más importante que tenemos, la del Estatuto de Autonomía. El 28 de febrero, salvo que los andaluces digan lo contrario, seguirá siendo el Día de Andalucía. No está ni entre las grandes preocupaciones ni del gobierno ni de la mayoría de Andalucía.