El Gobierno ha completado los trámites para transferir al Gobierno vasco la transferencia de la autopista AP-68 a su paso por Euskadi. Se trata de una de las cuatro transferencias al Gobierno autonómico pendientes, a las que se suman otras tres, que aún se negocian: la jubilación ordinaria de los trabajadores afectados por un ERE, la legislación sobre productos farmacéuticos y el seguro escolar.
La transferencia, a la que el Gobierno da carpetazo en plena campaña electoral, llega sólo unos días después de que el PNV aprobase los últimos decretos del Gobierno, manteniendo el suspense hasta casi el último minuto.
A principios de mes, el PSOE vio como sus seis decretos-ley remitidos al Congreso fueron aprobados. Para el Gobierno era vital superar esa prueba parlamentaria y el apoyo del PNV fue decisivo, especialmente en el de las medidas sobre el alquiler.
De esa maratoniana reunión salió el portavoz del PNV, Aitor Esteban, constatando que el Gobierno había "asegurado su buena voluntad" para acometer las transferencias pendientes. "El problema fundamental era el clima que se estaba creando entre el Gobierno español, el vasco y nuestro partido. Había un cierto clima de confianza de que las cosas parece que iban marchando pero se atascaban y lo que necesitábamos aclarar era qué está pensando realmente el Gobierno", dijo entonces Esteban, aclarando que no se refería a nada concreto.
La concreción llegó después, con intenso trabajo entre funcionarios que ha hecho que la AP-68 se incorpore a las competencias del Gobierno vasco (que tiene previsto transferir a su vez a las Diputaciones Forales) como una de las primeras vías de comunicación que se descentraliza hasta ese extremo.
La transferencia, en plena campaña, cumple así un acuerdo político de intercambio de apoyos, aunque en el Ministerio de Política Territorial se asegura que es la culminación de un proceso sin contraprestaciones. En cualquier caso, además de cumplir con el PNV, Pedro Sánchez también puede esgrimir esta transferencia como un gesto de buena voluntad de cara a unas hipotéticas negociaciones de investidura en las que podría necesitar el apoyo del PNV, especialmente si ese le libra de solicitar el de los partidos independentistas catalanes.
Fuentes de Ciudadanos cargaron contra la transferencia. "Sánchez no se corta ni en campaña electoral de seguir haciendo concesiones a sus socios del PNV. Los españoles deben ir a las urnas el 28-A sabiendo que votar a Sánchez es votar un Gobierno con los nacionalistas y los populistas", explicaron fuentes naranjas.
"Sánchez, sin estudios económicos o de eficiencia serios, ha regalado al PNV -que gobierna la segunda comunidad autónoma más rica de España- una autopista que ha sido pagada por todos los españoles y que ya está completamente amortizada, para que los nacionalistas sigan sacando más dinero a costa de todos los españoles. A demás, no habrá un abaratamiento de precios para los ciudadanos porque el Gobierno vasco se subrogará en la posición del Estado hasta el año 2026 (la autopista la gestiona la empresa Abertis)", explican. "A Sánchez no le importa nada la igualdad entre todos los españoles, sólo le interesa llegar al poder, sea al precio que sea. Sin conocer de qué manera cambiará la vida de los vascos la transferencia a toda prisa de la autopista AP-68", abundaron.
El líder del PP, Pablo Casado, aseguró que Sánchez "mercadea" con las transferencias. Así lo dijo en un mitin en Tenerife en el que dejó claro que si gana las elecciones la gestión de las prisiones será estatal porque, ha dicho, no quiere cárceles "a la carta" para los independentistas "y ahora, para los etarras", informa Efe.
"Ellos (el PSOE) tienen que contentar a su socios pero cuando los demócratas sufrimos escraches o amenazas no dicen ni mu" ha añadido el líder del PP. Por ello, ha subrayado que "avisa a Bildu, al PNV y al PSOE" que si es presidente del Gobierno las prisiones serán gestionadas por el Estado y todos los funcionarios de prisiones, para los que ha pedido que tengan categoría de autoridad en la seguridad pública, cobrarán lo mismo.