Pablo Casado es el candidato que más se juega en el debate de este lunes en RTVE. Un pormenorizado análisis de los electores indecisos de SocioMétrica para EL ESPAÑOL indica que, de los que votarán en las elecciones generales del próximo domingo, un 15,4% duda de si hacerlo por el PP o por otro partido.
El PP es el partido con más crecimiento potencial en la recta final en la que los indecisos se aclaran antes de depositar su papeleta en la urna. Por lo tanto, Casado es el que más tiene que ganar en los debates de este lunes y martes. El reverso de la moneda es que si el PP tiene tanto margen es porque tiene un techo de votantes muy bajo.
Un 12,7% de electorado ha decidido ya que votará al PP frente al 26,1% que ya sabe que lo hará por Pedro Sánchez. Esa es una prueba de lo movilizado que está el voto socialista, probablemente alarmado por Vox y la posibilidad de que condicione un posible Gobierno de centroderecha. Todos estos datos se expresan en términos de voto válido; es decir, una vez descontada la abstención. Se trata de los registros que se suelen ofrecer para evaluar los resultados electorales o los que muestran las estimaciones de voto válido, tras el análisis o cocina de la información.
Lo que se juega Albert Rivera
Albert Rivera también se juega mucho en los debates, ya que un 12,7% del electorado duda entre Ciudadanos y otros partidos. En su caso, el suelo (el votante ya decidido por Ciudadanos) es del 10,9%. Uno de cada 10 ciudadanos que votará por uno de los partidos en liza lo hará por Unidas Podemos, con un porcentaje de indecisos del 7,2%.
El porcentaje de indecisos del PSOE es del 13%, pero con un suelo tan alto (del 26,1%), es prácticamente imposible que lo rentabilice al máximo, ya que le situaría potencialmente en un 39% del electorado, en niveles del bipartidismo clásico. Lo mismo ocurre con el resto de partidos, aunque probablemente en menor medida, ya que su electorado está menos movilizado. Ningún partido se llevará todo el voto de los que deciden votarle, ya que los habrá que elijan alguna de las demás opciones.
En cuanto a Vox, su suelo o voto ya decidido está en el 7,2%, llegando sus indecisos hasta el 5,8%. En el mejor de los casos, Santiago Abascal podría pasar del 0,1% de los sufragios obtenidos en 2016 al 14%. El mejor resultado imaginable para el PP estaría en el 28% de los votos, aunque se quedará sin duda considerablemente por debajo ya que parte de sus indecisos votarán a otros partidos, especialmente a Vox y Ciudadanos.
Qué dicen los datos sobre censo
Los datos sobre el censo incluyen la abstención. Un 7,6% de los españoles con derecho al voto ya saben que no lo ejercerá y un 9,6% adicional está dudando entre quedarse en casa y acudir al colegio electoral.
En total, entre los indecisos que saben que votarán y los que dudan entre hacerlo o no, hay un 30,6% de los españoles que no saben qué harán. Ese dato, unido a lo disputados que van a estar muchos escaños, especialmente en provincias pequeñas en las que podrían decidirse por puñados de papeletas, convierte a los debates a un foco de atención notable. Aunque cambien pocos votos, esos sufragios podrían ser decisivos.
Las mayores dudas están entre el PP y Ciudadanos, con un 4,6% de los votos sobre el censo (no sobre el voto válido, analizado en el inicio de este artículo). A continuación se sitúan los ciudadanos que no saben si votar al PSOE o a Unidas Podemos, con un 4,5% del total. A ellos se dirigió Sánchez el fin de semana, apelando al voto útil, y a ellos apela desde hace mucho más tiempo Pablo Iglesias, advirtiendo de que votarle a él lo suficiente es la única garantía de que, después de votar, PSOE y Ciudadanos no sumen de manera que los socialistas sólo puedan pactar con los morados. Un 3,2% dudan entre PSOE y Ciudadanos y un 2,5%.