Con casi el 100% de los votos escrutados, ERC, con el 24,58% y 15 escaños, ha sido el partido más votado en Cataluña por delante del PSC (23,22%, 12 escaños, cinco más que en 2016), ECP-Guanyem el canvi (14,88%, 7 escaños, cinco menos que en 2016) y JxCAT (12.08%, 7 escaños, uno menos que en 2016). ERC, que había conseguido nueve escaños en 2016, se convierte así en la gran ganadora de la jornada en Cataluña.
Ciudadanos no logra replicar su subida en el resto del país ni amortizar su victoria en las elecciones autonómicas de 2017, pero conserva sus cinco escaños gracias a un incremento del voto de medio punto porcentual: del 10,94% de las elecciones generales de 2016 al 11,54% de hoy.
El PP es el gran damnificado de la jornada. Pasa del 13,36% de los votos al 4,84% y se deja cinco escaños de los seis que tenía. Dicho de otra manera. Sólo Cayetana Álvarez de Toledo consigue escaño después de una campaña magnífica, pero que no ha sido suficiente para evitar la debacle del partido en Cataluña ni en el resto del Estado.
Vox consigue un escaño
Vox consigue un 3,59% de los votos y 1 escaño, también lejos de las expectativas generadas por el partido liderado por Santiago Abascal, que en algunos casos incluían el sorpaso al PP e incluso el mismo número de escaños que Cs.
Los resultados arrojan una composición de escenario muy diferente a la de 2016 y confirman el éxito de la estrategia de ERC, poco partidaria de ese enfrentamiento frontal con el Estado defendido por Carles Puigdemont, así como de la del PSC, probablemente percibido por los ciudadanos catalanes como el voto de izquierdas no independentista frente a un ECP-Guanyem el canvi bastante más ambiguo.
Precisamente es ECP-Guanyem el canvi el segundo gran derrotado de la jornada. Su apuesta por un candidato abiertamente partidario de un referéndum de autoderminación como Jaume Asens no parece haber cuajado entre su electorado.
Con los datos actuales, sin embargo, el PSOE no necesitaría ni de ERC ni de JxCAT, ya que podría gobernar junto a Cs o con una coalición de populistas y nacionalistas formada por Unidas Podemos, ECP-Guanyem el canvi, Compromís y el apoyo o la abstención de diversos partidos regionales minoritarios. De su elección, y de la de Cs, dependen los futuros equilibrios políticos en la comunidad catalana. Es improbable, en cualquier caso, que las políticas de posibles pactos se despejen antes de las elecciones europeas y municipales de mayo.
Incremento de la participación
Una de las claves de los resultados ha sido el enorme incremento de la participación en la comunidad y que ya a las 18:00, dos horas antes del cierre de los colegios, era del 64,17% del censo, 17,7 puntos superior a la de 2016. El incremento con respecto a los comicios de 2016 ha sido finalmente de casi catorce puntos porcentuales: desde el 63,42% de 2016 al 77,62% de hoy.
El hecho de que ese aumento fuera incluso mayor en las provincias tradicionalmente independentistas (Gerona y Lérida) que aquellas en las que los partidos constitucionalistas suelen obtener un mejor resultado, hacía prever un buen resultado para los partidos nacionalistas. El resultado confirma el vuelco que vaticinaban las encuestas y arrojan un escenario regional claramente decantado hacia el nacionalismo: 22 diputados independentistas, 7 partidarios de un referéndum de autodeterminación y 19 constitucionalistas, incluyendo en este último grupo al PSC.