No hay fecha para la conformación del nuevo Ejecutivo, pero sí para una crisis de Gobierno que tendrá que acometer Pedro Sánchez. El ministro de Exteriores, Josep Borrell, es candidato a las elecciones europeas que se celebrarán dentro de dos domingos. En febrero dejó claro que no se planteaba dejar el Gobierno para centrarse en la campaña electoral, pero sí tendrá que abandonar el timón de la diplomacia española para convertirse en eurodiputado.
La legislatura europea acaba el 1 de julio y es posible que, para entonces, Sánchez ya haya sido investido presidente gracias a una aritmética electoral que en principio le es propicia. Aunque así fuera, Borrell necesita un sustituto y es, por ese motivo, el primer Ministerio sobre el que han comenzado a surgir quinielas.
Tres nombres de la absoluta confianza de Sánchez copan las apuestas. Se trata de José Manuel Albares, diplomático de carrera y mano derecha del presidente en las cumbres internacionales en las que ha participado; Irene Lozano, autora de sus memorias y que ya está en el Ministerio de Exteriores como secretaria de Estado de la España Global; y Luis Planas, en la actualidad en Agricultura pero con una dilatada trayectoria europea e internacional que lo capacita para el puesto.
Se trata de tres perfiles muy diferentes y Sánchez no ha aclarado cuál es su opción preferida. En el círculo del presidente hay quien aún no descarta que Borrell siga como ministro. Es lo que él quería seguir siendo, pero Sánchez lo convenció por sus indudables dotes como cabeza de cartel socialista para las elecciones europeas. El político catalán, de 72 años, ya ha sido eurodiputado (incluso presidente de la Eurocámara) y tampoco está claro que vaya a acabar siendo el comisario español, otro nombramiento que depende de Sánchez. Para esa posición también hay otros candidatos y Borrell podría no querer ocuparla.
Albares sería el candidato con más respeto dentro del cuerpo diplomático para dirigir el Ministerio. No hay precedentes de un nombramiento de un consejero presidencial de Exteriores para el cargo, algo que en la manera de entender la política de Sánchez puede ser hasta un aliciente para acabar designándolo. Albares es el secretario general de Asuntos Internacionales, Unión Europea, G20 y Seguridad Global y su perfil se parece al de Jorge Moragas con Mariano Rajoy (aunque con menos anclaje que éste en política nacional) o Bernardino León con José Luis Rodríguez Zapatero. Ambos sonaron para ministro, pero no lo fueron. Moragas es hoy embajador en Filipinas tras serlo ante la ONU. Bernardino León dirige la escuela diplomática de Emiratos Árabes tras ser el enviado especial de la UE para el Mediterráneo Sur.
El nombre de Irene Lozano ha empezado a sonar también con fuerza. A la exdiputada de UPyD le une una lealtad personal a Sánchez que el presidente ha correspondido en varias ocasiones. Primero la incluyó en las listas al Congreso por Madrid meses después de haber intentado liderar su anterior partido y provocó una enorme tormenta interna. Después, la nombró secretaria de Estado de la España Global (la anterior Marca España) y, desde entonces, ultimó las memorias del presidente del Gobierno, presentadas unas semanas antes del inicio de la campaña.
El nombramiento de Lozano tampoco tendría precedente alguno. Si acaso, el que hizo Zapatero al darle la cartera a Trinidad Jiménez, con la experiencia previa de haber sido secretaria de Estado para Iberoamérica. Pero Jiménez ya había ocupado una cartera ministerial y tenía imbricación en el PSOE. Optar por Lozano podría no ser muy bien visto en algunos ámbitos diplomáticos y del PSOE, pero la periodista tiene un fino instinto político y la confianza del jefe del Ejecutivo.
Por último, un recambio obvio dentro del propio gabinete sería la elección de Luis Planas, en la actualidad en Agricultura. Planas tiene una extensa trayectoria institucional que incluye la embajada ante las instituciones europeas y en Rabat. Planas ha sido eurodiputado, pero también diputado en el Congreso, senador y consejero de la Junta de Andalucía.
Con conocimiento de las instituciones y de áreas como Agricultura o Pesca, capacitación no le falta. A pesar de su carrera política, Planas no es muy conocido y, para algunos, un poco gris, por lo que podría ser comparado con Alfonso Dastis, último ministro de Exteriores de Rajoy. Pero Planas es muy político, como saben todos los que lo han visto trabajar.