La editorial Rubio, con cuyos cuadernos de caligrafía han aprendido a escribir miles de españoles desde su fundación en 1956, ha lanzado sus primeros cuadernos de ortografía porque "todos hemos empeorado a la hora de escribir", afirma su presidente Enrique Rubio, señalando las redes sociales y los autocorrectores como causas del descuido a la hora de respetar las normas de la escritura.
"Todo el mundo piensa que teníamos cuadernos de ortografía, y la verdad es que hasta ahora nunca habíamos tenido", añade a Europa Press el hijo de Ramón Rubio, que hace 60 años creó unas fichas para sus alumnos de una academia de contabilidad que fueron el origen de los famosos cuadernillos de esta editorial valenciana.
Según Enrique Rubio, familias y docentes reclamaban a la editorial desde hace tiempo la publicación de cuadernos de ortografía. "Queríamos hacer algo diferente, que no fuera un mero corrector o una manual de reglas ortográficas, sino algo más lúdico para que el niño aprenda jugando a través de ejercicios y de una forma más divertida", explica.
"Las nuevas tecnologías nos despistan"
El nuevo cuaderno de ortografía, totalmente ilustrado y dirigido al público infantil, contiene ejercicios que también podrían poner en un aprieto a los adultos. "Las nuevas tecnologías nos han aportado muchos beneficios, pero también nos han despistado mucho a la hora de escribir, incluso a las personas mayores", admite Enrique Rubio, recordando ni siquiera su editorial resiste a las dudas ortográficas.
"Nos hicieron un reportaje de televisión, y nos hicieron escribir la palabra 'absorber' a los que trabajamos en la oficina. En ese momento, todos nos quedamos pensando, porque no estábamos seguros de si era con dos 'B' o con una 'V' o una 'B', y nos pillaron a más de uno", reconoce.
Para el responsable de los Cuadernos Rubio, la rapidez en las comunicaciones, casi impulsivas en redes sociales como WhatsApp o Twitter, y la escritura por ordenador han deteriorado el rigor ortográfico. "No es culpa de nadie, pero no se le ha dado la importancia que tenía en su momento y nos hemos encontrado con un problema", añade.
Rubio también señala la visibilidad que ahora tiene la escritura de cualquier mortal con el escaparate permanente de las redes sociales. "Ahora cualquier cosa que escribamos es pública, todos queremos dar nuestra opinión, y quizás antes ya escribíamos mal, pero ahora está a la vista de todo el mundo", apunta el dueño de una editorial que en los años ochenta vendía diez millones de cuadernos al año.