Cambio de estrategia en las filas populares. Los resultados obtenidos el pasado 28-A han puesto a los de Pablo Casado en alerta y ahora se muestran "centrados" -léase el doble sentido del término- en las europeas, autonómicas y locales. Vox no es un partido cómodo. Por eso, el presidente del PP critica a Santiago Abascal por querer "cargarse el Estado autonómico" y le lanza un mensaje: no tiene autoridad para criticar a Carles Puigdemont por ir en contra de la Constitución.
Pablo Casado sugirió que ambas posturas -la de Abascal y la de Puigdemont- son igualmente peligrosas para las estructuras legítimas de España. Lo hizo en un mitin en Valencia, arropado por Esteban González Pons, número dos del partido en las europeas, Isabel Bonig, presidenta del partido en la Comunidad Valenciana, y María José Català, candidata a la alcaldía de la ciudad.
No hizo referencia explícita a Vox, pero su mensaje apuntaba directamente hacia el partido de Abascal. A ellos se refirió como "esos que querían cargarse el Estado autonómico". Porque una de las principales medidas de Vox pasa por la recentralización de las competencias. De ese modo, Casado les acusó de ir "en contra de la Constitución".
"Querer decirle a Puigdemont que se está cargando la Constitución y tú querer cargarte el Estado autonómico... es divertido", sentenció el líder popular con cierta ironía.
Un "contrapeso" a Sánchez
Frente a ese mensaje de distanciamiento respecto a Vox, Casado pidió a los votantes de centro y derecha que sumasen sus apoyos en torno al PP como garantía frente al separatismo: "Lo que no se una en torno al PP se unirá en torno a Puigdemont".
Apuntó además al próximo 26-M como una oportunidad para compensar los malos resultados de las generales: "hace falta que ese domingo haya un contrapeso" para que "Pedro Sánchez no tenga carta blanca para gobernar con los comunistas y los independentistas".
"Somos el centro derecha"
Centro, centro y más centro. El Partido Popular insiste en su mensaje de cara a la próxima llamada a las urnas. "Centrados en tu futuro" constituye su eslogan ante el 26-M. Los dirigentes populares insisten en el mismo mensaje: "De Suárez a Casado, somos un partido de centro derecha [...]. Fijaos que digo primero centro y luego derecha. Primero, centro reformista, y después, derecha moderada", aseveró González Pons, junto a Casado en Valencia.
Entre las filas del partido hay una obsesión, frenar la sangría sufrida en las últimas elecciones. Temen que algunos de sus bastiones puedan caer y ya buscan soluciones de emergencia. Pablo Casado marca el camino: alejarse de Vox y teñir de azul el mapa autonómico y municipal para hacer frente a Sánchez.