El ciclo electoral combinó en España el reparto de casi todo el poder institucional en menos de seis meses. En ese tiempo, todos los municipios, el Congreso, el Senado y el Parlamento Europeo, así como catorce autonomías fueron a las urnas.
Concentrar tantas elecciones en tan poco tiempo hará previsiblemente que se afronten varios años sin apenas comicios. Pero, al mismo tiempo, está haciendo que la formación de gobiernos sea más compleja que nunca porque lo que pase en un ámbito condiciona a los demás.
Si hasta ahora el PSOE se tomó con calma la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno (han pasado 43 días desde las elecciones), la endiablada aritmética y la dificultad para pactar ha hecho que Ferraz ya hable abiertamente de que se repitan las elecciones.
La dinámica hasta llegar a este punto ha sido sencilla. Primero tiene que ir decantándose el poder local y autonómico para que, una vez claro el panorama, se remate la investidura de Sánchez.
Los ayuntamientos se conforman el sábado 15. La ley es taxativa: el candidato que reúna la mayoría absoluta de los concejales será alcalde. Si nadie la logra, automáticamente quedará nombrado el líder del partido con más votos.
En algunas alcaldías los nervios están a flor de piel. En Barcelona, Ernest Maragall (el más votado, de ERC) y Ada Colau (la alcaldesa, de Barcelona en Comú) pugnan por el bastón de mando con alianzas que tienen más pros que contras. En Madrid, Manuela Carmena podría ser alcaldesa si PP, Ciudadanos y Vox no se ponen de acuerdo. De momento, el PP puja por su candidato, José Luis Martínez-Almeida, y Ciudadanos por la suya, Begoña Villacís.
Todo el verano por delante
Pase lo que pase, habrá alcaldes en todos los municipios el sábado. Pero, ¿y las autonomías? La ley permite la repetición electoral, como en el Congreso y el Senado, y en algunos casos los plazos no son claros. Así, en Navarra, la Ley de Amejoramiento (su estatuto) fija que si no hay un candidato que obtenga la mayoría simple del Parlamento en un plazo de tres meses desde las elecciones, las Cortes se disolverán. Navarra tiene, por tanto, hasta el 26 de agosto para elegir presidente.
La Comunidad Foral es una de las autonomías con pactos más delicados, ya que los dos diputados en el Congreso de Unión del Pueblo Navarro (UPN) podrían ser claves para la investidura de Pedro Sánchez. Pero si el PSN sigue negociando un Gobierno al margen de Navarra Suma (UPN, PP, Cs) y llega a término gracias a la abstención de EH Bildu, es poco probable que esos dos parlamentarios faciliten la presidencia a Sánchez.
En Aragón el plazo es hasta el 20 de agosto, dos meses después de la sesión constitutiva de las Cortes. Lo mismo ocurre en Asturias, cuya Junta General (el Parlamento autonómico) celebra su primer día de trabajo el 24 de junio. Baleares también tiene tasado el tiempo antes de la convocatoria electoral.
Murcia, Madrid, Cantabria, La Rioja, Canarias, Castilla y León, que celebran su sesión constitutiva a lo largo de este mes, estarán pendientes de cuándo el presidente proponga un candidato y el reloj comenzará a contar a partir de la primera votación de investidura. Para que cualquiera de esas asambleas autonómicas se disuelva y se convoquen de nuevo elecciones tendrán que pasar dos meses desde esa primera votación.
Los primeros Parlamentos en constituirse serán los de Murcia y Madrid, este martes. El último, el de Asturias, el 24 de junio.
Si la investidura de Sánchez termina siendo en septiembre, como sugieren desde Ferraz, estarían resueltas todas las investiduras autonómicas a menos que en alguna de ellas se repitiesen las elecciones.