Los implicados lo niegan, pero el rumbo del barco es claro. Pedro Sánchez negocia con Pablo Iglesias un conocido como Gobierno de cooperación en el que será imprescindible el concurso del PNV y al menos el de alguno de los partidos independentistas con representación en el Congreso: ERC, JxCat o EH Bildu.
En público, el PSOE y el Gobierno sigue apelando a la abstención de PP y Ciudadanos. Pero esa petición no viene acompañada de la voluntad de negociar ningún acuerdo, de ninguna oferta concreta a PP y Ciudadanos para que puedan hacer digerible la abstención.
Al contrario. El primer día del nuevo Parlamento de Navarra ha certificado la entrada de EH Bildu en la Mesa de la Cámara, su órgano de gobierno, algo que aleja no sólo una operación para investir a Sánchez en la que puedan entrar los dos diputados de UPN en el Congreso sino también una hipotética abstención de PP y Ciudadanos, cada vez más lejana.
En realidad, el número de puestos de cada partido refleja bien la importancia de cada una de las cuatro formaciones con arreglo a los votos recibidos: Navarra Suma, PSN, Geroa Bai y EH Bildu. Navarra Suma se lleva dos puestos y los otros tres partidos, uno cada uno. Juntos, los partidos de izquierdas nacionalistas o no suman más que la coalición de Unión del Pueblo Navarro (UPN), PP y Ciudadanos.
Sin embargo, para llegar a esa asignación ha sido imprescindible un pacto a varias bandas que implica al PSN y a EH Bildu y que puede ser el preludio de la aritmética que podría investir presidenta a la socialista María Chivite. "En Navarra no puede haber acuerdos con Bildu, ni por acción ni por omisión", dijo hace unos días José Luis Ábalos. El pacto por omisión fue un hecho este miércoles.
En medio de muchas idas y venidas, PSN y EH Bildu votaron al mismo candidato a presidente y Geroa Bai pactó con ambos para los demás puestos. Las posibilidades aritméticas hicieron posible que ni Bildu tuviera que votar al PSN ni viceversa para sus respectivos puestos. Pero el equilibrio de los puestos y los pactos de ambas formaciones con las demás delatan un acuerdo de facto. Como el PSOE critica a PP y Ciudadanos con Vox para otros Parlamentos y Gobiernos.
Si tras este acuerdo Chivite es investida presidenta, Sánchez difícilmente podría aspirar a una abstención de PP y Ciudadanos ya que habría pactado con los enemigos de ambas formaciones. Con el PNV (uno de los fundadores de Geroa Bai), con Unidas Podemos (que en Navarra concurre por separado con dos formaciones distintas) y gracias a EH Bildu.
"Ya ha habido un pacto y si hay otro, Chivite será presidenta. Si se agrupan los cinco partidos que han perdido las elecciones, pueden conformar una mayoría en esta comunidad", en palabras de Javier Esparza, presidente de UPN, en declaraciones a Radio Nacional.
"Nosotros no vamos a hacer presidente a alguien que es capaz de pactar con EH Bildu. Si Navarra es entregada a los amigos de los asesinos de ETA, si pacta con ellos, que no cuenten con nosotros para nada".
Adiós a la llamada "vía navarra" por la cual UPN podría abstenerse en la investidura de Sánchez para permitirle ser presidente con los votos de Unidas Podemos, PNV, Compromís, y PRC y contando con que los independentistas en prisión no renuncian a sus escaños en favor de compañeros que sí puedan votar en el hemiciclo y tumbar al candidato socialista.
La votación en la Mesa reafirmó a PP y Ciudadanos en su oposición frontal a Sánchez. "Lo que pasa en Navarra es una cuestión de Estado y lo que nos temíamos que podía pasar en Navarra ha pasado, que es que el Partido Socialista, otra vez, le ha regalado esta institución a los amigos de Bildu, al nacionalismo", dijo Inés Arrimadas. . El PSOE, "siempre que puede, pacta con los nacionalistas, siempre que puede les entrega las instituciones", añadió.
En parecidos términos se expresó Pablo Casado, presidente del PP. La abstención de PP y Ciudadanos ante Sánchez, deseada por dirigentes de base y descartada por las cúpulas, se aleja cada vez más.