El Gobierno de Pedro Sánchez no sabe qué hacer ahora con el Open Arms. Hace un año, el 17 de julio de 2018, el presidente en funciones acogió al Aquarius y a los 630 migrantes que estaban a bordo, porque dijo que "es nuestra obligación ofrecer un puerto seguro". Ahora, en cambio, con el 'Open Arms' demandando un puerto seguro desde el 1 y 2 de agosto para las 121 personas que lleva a bordo, José Luis Ábalos, ministro de Fomento, ha desviado la responsabilidad asegurando que "la inmigración es una política de la Comisión Europea".
Ábalos se ha negado a abrir de primeras los puertos españoles, puesto que entonces se podría concluir "la imagen de que España es el único país de Europa con puertos seguros para operaciones de salvamento". El ministro de Fomento mira y pide su colaboración a Italia. El año pasado, recién llegado al Gobierno, no hizo lo mismo.
Mientras tanto, varias comunidades autónomas han decidido apoyar la acogida del Open Arms. Quim Torra (JxCat), presidente de la Generalitat de Cataluña, fue el primero en ofrecer sus puertos. Después, Joan Ribó (Compromís) siguió sus pasos y aseguró que Valencia, de donde es alcalde, "es una ciudad de acogida, abierta y tiene un deber ético y humano con las personas que arriesgan sus vidas huyendo del terror, la guerra y la misera". Así, ofreció al barco de la ONG española atracar en su ciudad "si no encuentra un puerto más cercano o adecuado".
El mensaje de Ribó no era solo a título personal. Ofreció los puertos de la ciudad después de conversar con Mónica Oltra (Compromís), vicepresidenta de la Comunidad Valenciana, y contando con el visto bueno del presidente Ximo Puig. Ese gesto del dirigente socialista ha puesto en un aprieto a Ábalos, puesto que las posturas de los dos líderes socialistas no son exactamente las mismas.
Si bien es cierto que Puig ha afirmado, como el ministro de Fomento, que es el Gobierno italiano "quien debe atender tanto a este barco como a otros que llegan a sus costas y son rechazados", también ha defendido que Valencia puede ser de nuevo una "tabla de salvación" para los 121 migrantes del Open Arms.
El presidente valenciano es consciente de que su Gobierno aún tiene que "calibrar" cuál es su posición "con total claridad", pero ha garantizado que la Comunidad, "subsidiariamente, siempre va a ser una tierra de acogida".
Además de Cataluña y la Comunidad Valenciana, otros dos gobiernos autonómicos han mostrado su apoyo a la ONG española y se han ofrecido para colaborar en la acogida de los migrantes. El primero de ellos fue el del País Vasco. El segundo, el de Extremadura, también presidida por un socialista: Guillermo Fernández Vara.
Seis días en alta mar
El Open Arms permaneció casi seis meses bloqueado en el puerto de Barcelona antes de partir de nuevo al Mediterráneo Central. A principios de año, la Capitanía Marítima de la capital catalana, que depende del Ministerio de Fomento, prohibió zarpar al barco al considerar que en sus últimas misiones había "vulnerado" varias directrices y convenios internacionales, puesto que no había desembarcado a las personas rescatadas en el mar en los puertos seguros más cercanos.
El problema es que algunos países se niegan a acogerlas, como ha sucedido también esta última vez con Malta e Italia. El Gobierno del país transalpino, de hecho, ha aprobado una ley por la cual si un barco humanitario entra en sus aguas sin permiso, tendrá que pagar una multa que puede alcanzar el millón de euros.
A pesar del bloqueo del Gobierno de Pedro Sánchez antes de zarpar y de que, como ha denunciado la ONG española, volver a España podría suponerles una multa de hasta 900.000 euros y una nueva inmovilización del buque, el Open Arms decidió retomar sus rescates a finales de junio.
El 1 de agosto sus tripulantes rescataron a 55 personas. El día 2, a otras 69. Desde entonces han estado pidiendo un puerto seguro que pueda acoger a los 121 migrantes que llevan a bordo (tres mujeres, dos de ellas embarazadas, fueron rescatas por la guardia costera italiana el 3 de agosto). El domingo, la Comisión Europea informó de que no había recibido ninguna petición desde ningún país para coordinar el rescate del Open Arms.
Desde que se conoció el rescate, más de 72.000 personas han firmado una petición en Change.org reclamando al Gobierno español que ofrezca un puerto seguro a los "121 inocentes rescatados en el Mediterráneo" o que, al menos, medie con la Unión Europea para conseguirlo.