La campaña contra los malos tratos impulsada en Andalucía por PP y Ciudadanos, y criticada por la izquierda y grupos feministas, tiene precisamente en una mujer maltratada una firme defensora. Es Nuna L. M. Para ella "no es un error mandar un mensaje de esperanza", ya que "se ha demostrado que las campañas tradicionales no funcionan y se deben probar otras nuevas".
"¡Pues claro que se puede volver a reír!", exclama Nuna, que sufrió hasta los 17 años los malos tratos de su padre. Su madre, que pasó por el mismo infierno, los padeció durante 24. "Hablo de palizas, humillaciones y vejaciones de todo tipo; siempre digo que me hizo hasta tener miedo de escribir delante de él porque él odiaba mi letra", relata.
A raíz de la polémica generada por la campaña contra la violencia de género de la Junta de Andalucía -calificada de "frivolidad" por el PSOE-, que utiliza imágenes de modelos sonrientes, Nuna escribió un hilo en Twitter en el que defiende que "las mujeres maltratadas podemos salir de ese dolor" y cargó contra los "politicuchos, estudiosos de marketing y periolistos", a quienes les espeta: "no nos van a hacer sentir mal por reír, no".
La repercusión del hilo que publicó el domingo le ha pillado por sorpresa: "creo que digo algo muy lógico". Nuna se expresa con elocuencia y, sobre todo, con conocimiento de causa. Ha pasado casi treinta años de su vida intentando superar los malos tratos que vivió en su hogar hasta llegar a esbozar la sonrisa que ahora caracteriza su rostro. Sin embargo, admite que todavía se alerta cuando escucha un grito o un golpe. Le retrotraen a cuando su padre imponía la violencia en casa.
Ahora Nuna tiene 31 años. Trabaja como voluntaria en la clínica de rehabilitación en la que estuvo ingresada tras creer encontrar en las drogas una vía de escape que resultó ser nociva. Vive sola, pero pasa gran parte de su tiempo con su madre, de 66 años, con quien mantiene una estrechísima relación. Y si algo les gusta hacer cuando están juntas es, precisamente, reír.
"No soy una víctima"
“Yo no quiero ser protagonista”, contesta al descolgar el teléfono a EL ESPAÑOL, pero accede a mantener una conversación porque le parece necesario “hablar de esperanza y que llegue ese mensaje”. Siempre que se desvía la atención a otros temas, ella lo centra: “El tema es que se sale, se puede salir”. ¿Cómo? “Trabajando mucho, muchas terapias, mucho trabajo interior, mucha introspección, eliminar creencias erróneas… Hay que construirse desde cero”.
“Escribí el hilo porque sentí que nos intentaban callar, no solo a mi madre y a mí, sino a tantas otras mujeres que conozco. Aunque nos ha costado mucho, porque hemos sido mujeres maltratadas, se puede salir de esa situación de dolor", asegura.
Además, insiste en la idea de que no se considera "una víctima" por mucho que se lo digan "desde los atriles" o desde "sillones acolchonados". "A las que hemos logrado salir, que no nos digan que somos víctimas, porque bastante nos ha costado dejar de serlo". A ella le costó treinta años, pero su vida actualmente "está llena de ilusión": "Tengo ganas de vivir, de disfrutar mi vida de una manera sana. Tengo ilusiones y objetivos".
Mensaje de esperanza
“Fui víctima, ahora soy superviviente. No me condena un pasado, ni tengo un lastre emocional", reflexiona Nuna en conversación con este medio. Como dijo en su hilo en Twitter: "Las mujeres maltratadas, las niñas abusadas y maltratadas, podemos salir de eso. Sé que no todas llegan a poder eliminar ese nudo, ese miedo, a ellas todo mi apoyo, todo, todo y más. Confiad, pedid ayuda, luchad por vosotras: sois lo más importante que tenéis, vosotras mismas".
La vida, reivindica Nuna, no termina con el dolor. Este desaparece cuando empieza a escribir, cuando contempla un amanecer y, sobre todo, cuando escucha música. "Yo todos los días, cuando salgo a correr, me pongo Cantares de Serrat". Y así transcurre su vida. Golpe a golpe, verso a verso. Y siempre, con una sonrisa.