Plan Porcupine: los túneles en los que se refugiará el Ejército español en el Líbano si estalla la guerra
Militares ingenieros españoles excavaron una serie de refugios en previsión de la irregular estabilidad que se vive en la región.
11 agosto, 2019 02:17Noticias relacionadas
"Todo el personal tiene un lugar asignado, 24 horas al día, los siete días a la semana". Un lugar en la vasta red de túneles que recorren el subsuelo de la base Miguel de Cervantes, en Marjayoun. Porque Líbano se sostiene en una paz delicada. De ahí el despliegue de las Naciones Unidas -y de unos 600 militares españoles-, en una misión para controlar que se mantienen las condiciones de paz entre este país e Israel. Pero todo puede cambiar. Y es necesario estar preparado para cualquier circunstancia.
El Ejército español lo sabe. La Historia ha demostrado que una mecha puede prender el polvorín, por mucho que ahora se mantenga en una relativa calma. Hace falta el paso del tiempo y el trabajo de muchos actores para devolver la estabilidad absoluta a la frontera entre Líbano e Israel.
El compromiso de las Fuerzas Armadas en la misión UNIFIL, bajo el paraguas de la ONU, es el de controlar la frágil franja que separa ambos países, conocida con el nombre de Blue Line; su nombre es una descripción de lo que representa, una serie de hitos coloreados de azul que marcan la frontera líbano-israelí.
Además, el Ejército español participa en diversos programas de cooperación con la población civil. Se trata de una región que en tiempos recientes ha sido golpeada por la guerra. Los veranos son calurosos y duros; la nieve y el frío sacuden el invierno. Desde sus posiciones, los militares españoles ven los Altos del Golán, que marcan la frontera con Siria.
'Blue Porcupine'
Pero hay ciertos factores que amenazan esa quebradiza quietud. "Un aumento del conflicto entre Israel y Líbano podría poner en peligro la vida de cientos de militares y civiles", detalla el teniente coronel Gerardo López Iriondo, responsable del área de Planes de la Brigada Líbano en conversación con EL ESPAÑOL. La máxima es la de proteger el despliegue del personal de la ONU, integrado tanto por civiles como por militares de 13 nacionalidades distintas.
Ahí surge el plan Blue Porcupine. Blue, por el color azul de la frontera; porcupine [puercoespín], por la maniobra de recogimiento frente a un hipotético ataque. Militares ingenieros españoles excavaron una intrincada red de túneles en las que el personal puede guarecerse en circunstancias extremas.
El éxito del plan depende de una máxima: tenerlo ensayado y saber cada uno dónde debe ubicarse. "Cuando cientos de militares y civiles ven peligrar sus vidas no hay posibilidad para la improvisación -afirma el teniente coronel López Iriondo-. El plan se ensaya sistemáticamente. Se comprueban las comunicaciones desde el refugio puesto de mando, se actualiza la situación, se comprueba el estado de personal. Nadie se queda atrás".
Espacio para todos
"Nadie". Porque en los refugios excavados hay un espacio asignado para el personal que requiera ser trasladado en camilla, con accesos más amplios. También un lugar específico para los perros especializados en la detección de explosivos que desempeñan un papel destacado en esta misión.
Para acceder a la red de túneles, los militares ingenieros españoles dispusieron varias entradas repartidas por las extensas instalaciones de la base Miguel de Cervantes. El teniente coronel López Iriondo detalla que "las circunstancias del personal en el día a día son muchas" y que por eso es imprescindible que los refugios estén "permanentemente preparados, ya sea de día o de noche".
¿Cómo? Un planeamiento militar "previo y detallado" asigna refugios subterráneos en el caso de activación del plan Blue Porcupine. Los túneles se construyeron "buscando un equilibrio" entre la necesaria protección de la vida y unas condiciones de habitabilidad adecuadas, necesarias si el conflicto se alargase a horas o días.
O lo que es lo mismo, se buscó un encaje a un adecuado nivel de seguridad, el aire, el agua, la comida, los cascos, los chalecos antifragmentos y el armamento, "elementos imprescindibles una vez que el personal alcanza su refugio".
Toda precaución es poca en una región que sostiene su incipiente paz pese a los desequilibrios que se registran en las inmediaciones. Los 600 militares españoles se vuelcan en una misión imprescindible para mantener la paz en el Líbano... sin descuidar su propia seguridad y la del resto del personal de la ONU.