El PSOE ganaría las elecciones generales con un 29,7% de los votos, seguido del PP, con un 11,6% de los sufragios, según una encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) cuyo trabajo de campo se elaboró entre el 17 de junio y 16 de julio pasados.
La encuesta postelectoral de las pasadas elecciones municipales y autonómicas de mayo, elaborada incluso antes de la investidura fallida del socialista Pedro Sánchez de finales de julio pero que el CIS publica ahora, solo recoge la respuesta espontánea de los ciudadanos, sin estimación de voto por parte del CIS.
No obstante, si a la intención directa de voto se suma la simpatía expresada por los encuestados, el PSOE escalaría hasta el 32,2%, seguido del PP, con el 12,8%.
En tercer puesto estaría Unidas Podemos y sus confluencias con el 9,9%, y ya en cuarta posición Ciudadanos, con el 8,6%.
Continuando con el voto que más simpatía genera, un 3,5% de los españoles se decantaría por Vox, un 3,1 votaría a ERC y un 1,3 a EH-Bildu.
JxCat obtendría según esta encuesta del CIS un 1,1% de los votos, porcentaje idéntico al del PNV, mientras que Compromís se quedaría en el 0,6%.
El PACMA, formación que no tiene representación parlamentaria se mantiene al borde del uno por ciento, con un 0,8%, mientras que un 13,7% de los ciudadanos tiene decidido que no votará si hubiera elecciones generales.
La última encuesta del CIS con intención de voto se hizo pública el pasado mes de julio, apenas unos días después de la investidura fallida.
En aquella encuesta, cuyo trabajo de campo coincidió varias semanas con la conocida este jueves, el PSOE continuaba su escalada y el CIS le sitúa en cifras récord al borde de la mayoría absoluta con un 41,3% en intención de voto directo.
El PP, entretanto, recuperaba la segunda posición por la fuerte caída de Cs, que ya era cuarta fuerza.
Ciudadanos retrocedía más de tres puntos, del 15,8 al 12,3% de apoyos, en tanto que Unidas Podemos y sus confluencias subía ligeramente y pasaba a la tercera posición, del 12,7 al 13,1% de los sufragios.
Vox se mantenía entonces como la quinta fuerza política, aunque bajaba unas décimas, del 5,1 por ciento al 4,6, por delante de ERC, que subía casi un punto (del 3,9 al 4,5).