El PSOE y el Gobierno han acogido con júbilo el fallo del Tribunal Supremo que da luz verde a los planes del Ejecutivo para exhumar a Francisco Franco. Y el presidente en funciones, Pedro Sánchez, lo celebró anunciándoselo al mundo en la Asamblea General de las Naciones Unidas, que estos días se celebra en Nueva York.
"Ningún enemigo de la democracia merece un lugar de culto ni de respeto institucional. Se cierra simbólicamente el círculo y es la gran victoria de la democracia", dijo Sánchez en su discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas.
Subrayó, asimismo, que se ha cerrado con esta decisión "un capítulo oscuro de nuestra historia" y comenzarán "las labores para sacar los restos del dictador Franco de donde han reposado inmoralmente durante demasiado tiempo".
Sánchez recordó que España no pudo formar parte de los Estados fundadores de Naciones Unidas porque estaba sometida a la dictadura franquista y aislada del resto de la comunidad internacional.
"España salió finalmente de aquellos años sombríos" y los españoles fueron "capaces de construir un país próspero, descentralizado y considerado internacionalmente como una de las democracias más sólidas y garantistas del mundo. Uno de los mejores países para vivir", aseguró Sánchez.
Fuentes socialistas reconocen que el fallo del Supremo, que autoriza la exhumación y, además, el traslado a Mingorrubio-El Pardo de los restos mortales de Francisco Franco, como quería el Gobierno, es un inmejorable arranque de la campaña electoral que ha cargado las pilas de la militancia socialista.
La propia vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, saludó como "dignísima noticia" la decisión del Alto Tribunal, que ella espera ejecutar "cuanto antes". En declaraciones a la prensa, Calvo informó de que llamó personalmente a Sánchez en cuanto se conoció la noticia, despertándolo. En Nueva York era de madrugada cuando se pronunció el Supremo.