La proximidad de la publicación de la sentencia del procés que se espera para principios de la semana que viene ha elevado el tono de confrontación entre la Generalitat de Cataluña y el Gobierno de España.

Lo última chispa, el discurso del jefe de la Guardia Civil en Cataluña en la fiesta del Instituto Armado, ha acabado en una carta enviada por Meritxell Budó a la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, solicitando el "cese inmediato" de Garrido al considerar que sus palabras fueron una "provocación" que "socava" la relación con los Mossos d'Esquadra.

En nombre del Govern, la consellera de Presidencia, Meritxell Budó, ha mostrado el enfado de la Generalitat tras el discurso del jefe de la Guardia Civil el pasado miércoles donde defendió la actuación de su cuerpo durante el 1-O y en la investigación posterior y aseguró que "combatirá sin tregua ni pena" a quienes "recorran el camino a la independencia siguiendo la senda del terror".

"Nos mantenemos firmes en nuestro compromiso con España de trabajar por la libertad y la seguridad de todos los ciudadanos. Lo demostramos hace dos años, lo hemos hecho de nuevo recientemente y, cada vez que sea necesario, lo volveremos a hacer porque tenemos la plena convicción de que la sociedad a la que servimos entiende, y cree, que no hay libertad ni seguridad fuera del marco de la ley", dijo Garrido.

Sin embargo, para Budó y el Govern de Torra, "sus manifestaciones han sido toda una provocación, teniendo en cuenta el momento especialmente tenso que vive la relación entre Cataluña y España, y a las puertas de conocer una sentencia judicial que, nos tememos, no hará más que incrementar el nivel de conflicto".

La consellera añade que "actitudes" como la vista este pasado miércoles "nos recuerdan tiempos pasados que creíamos que, por suerte, en nuestro país habían desaparecido hace ya años".

En este contexto, el Govern pide al Ejecutivo de Pedro Sánchez que emprenda "las acciones oportunas ante la ofensa y el agravio ocasionados, así como el cese inmediato del actual responsable de la Guardia Civil en Cataluña".

Budó señala que esperan del máximo mando de la Guardia Civil en Cataluña "una profesionalidad y una neutralidad fuera de duda en el marco de sus competencias, y un respeto absoluto hacia sus homólogos del cuerpo de Mossos d’Esquadra".

El Govern considera que Garrido, en su discurso, puso "en duda" la actuación de los Mossos d'Esquadra, lo que supone una "ofensa" no solo para los cerca de 17.000 agentes del cuerpo autonómico sino también para "todo el pueblo catalán".

A parte del contenido "desafortunado" en relación con los Mossos d’Esquadra, Budó recalca en la carta que tampoco le correspondería al máximo mando de un cuerpo policial realizar "declaraciones con contenido político, no respetar escrupulosamente la presunción de inocencia" o atribuir a la Guardia Civil competencias "que corresponden a la Generalitat y a la policía que depende de ella".

Grande-Marlaska pide cautela

Por su parte, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en una entrevista en el canal 24 Horas de TVE, ha insistido en que la ciudadanía "tiene que ser muy consciente de que aquí hay instituciones muy solventes en todas las administraciones y que debe de estar totalmente tranquila".

Ha valorado en el momento actual el nivel de coordinación y de cooperación entre Policía, Guardia Civil y Mossos d'Esquadra y ha advertido, respecto a la polémica con Garrido, que "lo importante es la coordinación y cooperación".

En términos de seguridad "hay que ser un poco cautos" ha señalado sobre el operativo previsto entre los tres estamentos policiales destacando que "tenemos unas fuerzas policiales en el ámbito nacional y autonómico totalmente profesionales, con una eficacia acreditada y coordinada".

Margarita Robles, la ministra de Defensa, se ha referido este viernes a la posición del Gobierno respeto al conflicto entre la Guardia Civil y los Mossos, defendiendo que "hay que poner en valor" que la benemérita es "una institución que defiende los derechos y las libertades y que está con la ciudadanía".

"Es una institución de 175 años y va a tener un lugar importante en el desfile del 12 de octubre", ha sentenciado la ministra sin querer entrar en más polémicas.

PP y Cs defienden a Garrido

La candidata del PPC por Barcelona, Cayetana Álvarez de Toledo, ha defendido que el discurso fue "impecable" y ha deplorado la "sobreactuación ideológica" de los mandos de los Mossos d'Esquadra que se marcharon del acto.



"Esto es el mundo al revés: cuando un guardia civil defiende la legalidad y el orden constitucional se considera que es una provocación y, en cambio, aquí suceden cosas como que hay mandos de Mossos d'Esquadra que han participado en un proceso revolucionario, de ataque a las instituciones y al orden constitucional, y eso se puede considerar normal", ha afirmado.

Por su parte, Albert Rivera, ha asegurado que sus palabras son totalmente "constitucionalistas" y no entiende por qué incomodó a mandos de los Mossos. "¿Qué es lo que molestó exactamente del discurso? Yo no lo entiendo. Me parece que es un discurso constitucionalista de una persona que representa al Estado y que defiende mis libertades".

Sin embargo, los partidos nacionalistas catalanes han sido muy contundentes en la petición de medidas disciplinarias contra Garrido. El portavoz de JxCat en el Parlament, Eduard Pujol, ha tachado de "infame, absolutamente indigno y vergonzoso" el discurso del jefe de la Guardia Civil.

Mientras que el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en una intervención en el Parlament, ha calificado de "vergüenza" lo de Garrido.

Aragonès ha criticado que el máximo responsable de la Guardia Civil en Cataluña "tome parte política" mientras la Junta Electoral Central (JEC) pide neutralidad a las instituciones.

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