El proyecto estrella del Ejército de Tierra está en apuros. Se trata de los vehículos 8x8, también conocidos como Dragones, llamados a constituir el corazón tecnológico de las brigadas del futuro. ¿El motivo? Los continuos retrasos de las empresas que lo fabrican, que han provocado un profundo malestar en la institución castrense. La entrega de los primeros demostradores -que ya deberían estar terminados- se han pospuesto hasta en tres ocasiones, con mayo de 2020 como nuevo horizonte.
Los 8x8 son unos vehículos de ocho ruedas a los que el Ejército de Tierra bautizó con el nombre de Dragones. Constituyen el núcleo tecnológico de un proyecto más ambicioso, la Brigada 2035, con el que la institución castrense revolucionará sus despliegues. Las condiciones de los conflictos cambian y también lo hacen el modo de afrontarlos.
Los Dragones serán unos vehículos que, gracias a sus capacidades, conformarán el núcleo de actuación de los militares. Además del blindaje y su capacidad ofensiva -de mayor o menor envergadura en cada uno de los cinco modelos-, constituirán un núcleo de comunicaciones e información entre los medios humanos y su entorno.
Incumplimiento de plazos
Pero los retrasos lastran los objetivos y preocupan en el seno del Ejército de Tierra. Esa fue la sensación que imperó en el foro 2E+I celebrado en Toledo, al que acudieron representantes de la industria de Defensa y del cuerpo militar, como apunta Defensa.com.
La puesta en marcha de los 8x8 está en manos de una Unión Temporal de Empresas (UTE), que engloba a las firmas GDELS-SBS, SAPA e Indra. Fuentes del Ejército de Tierra detallan que "está pendiente una tercera modificación del contrato, puesto que no se han cumplido los plazos marcados".
Los demostradores tenían que haber sido entregados en noviembre de 2018. Después se pospuso el plazo hasta noviembre de 2019. E incapaces de cumplir con ese objetivo, se ha acordado una nueva fecha límite: el 31 de mayo de 2020. Asimismo, la firma del contrato de producción en serie está prevista para 2019.
Las pruebas
Los retrasos lastran todos los plazos establecidos. Porque una vez recibidos los demostradores, el Ejército de Tierra tiene que llevar a cabo una evaluación operativa. O lo que es lo mismo, someter a los vehículos a todo tipo de pruebas y exámenes durante tres meses para certificar sus características.
Acto seguido, se les someterá a las pruebas de protección antiminas y contra artefactos explosivos, detallan desde el Ejército de Tierra. "El expediente acumula un retraso considerable respecto a la planificación contractual vigente tras la segunda modificación del contrato", lamentan.
¿Cuál es la situación actual de los demostradores? La firma GDELS-SBS tiene en Sevilla dos grupos motopropulsores (GMP), sobre los que se han realizado los pertinentes protocolos de integración en las plataformas. Asimismo, la compañía Rafael ha enviado a la factoría de Sevilla una de las torres de 30 mm.
Al mismo tiempo se están llevando a cabo los proyectos de adecuación de las instalaciones de la base de la Legión Álvarez de Sotomayor y de su campo de maniobras, en Almería, necesarios para la llegada de los futuros 8x8.
Las remodelaciones habrán concluido a final de año y estarán preparadas para acoger unos Dragones que suman más de un año de retraso en su fase inicial de fabricación.