Uno de los puntos críticos en el sumario de la Guardia Civil sobre la operación Judas pasa por responder una cuestión: ¿habían preparado explosivos los CDR detenidos para perpetrar atentados? Y si es así, ¿tenían capacidad operativa para cumplir sus objetivos, sean cuales fueren?
Las imágenes en el interior de uno de sus "laboratorios" -así llamaban al espacio en el que manipulaban los precursores de explosivo- ofrecen algo de luz. En ellas, se pueden ver los elementos que empleaban para confecciones Termita, un elemento explosivo capaz de fundir metales pesados. Además, los investigadores incautaron anotaciones en las que se describía cómo fabricar Goma 2.
El laboratorio de mayor envergadura se ubicaba en la localidad de Sant Fost de Campsentelles. Allí almacenaban la mayor parte del material químico. Hablamos de elementos que, en su mayoría, sólo se venden con fines industriales y es necesario presentar los datos de una empresa del sector para adquirirlos.
De acuerdo a las investigaciones de la Guardia Civil, habían comprado o estaban dispuestos a adquirir una cantidad ingente de estos elementos: más de 100 litros repartidos entre ácido sulfúrico, ácido nítrico, ácido clorhídrico, amoniaco y formol, 200 kilos de parafina, un kilo de carbonato de potasio, virutas de hierro, bolas de acero...