La propia Ana Pastor, la número dos del PP por Madrid, acabó reconociéndolo: las candidatas están "cansadas", como Pedro Sánchez tras dar multitud de entrevistas, y probablemente también como los españoles del bloqueo político. La campaña electoral más corta de la historia, sólo una semana, llega tras tantos meses de atonía institucional que ha acabado por parecer eterna.
El debate electoral que este jueves reunió a cinco mujeres de los cinco principales partidos en La Sexta fue presentado como "La última oportunidad", por ser el último entre dirigentes del máximo nivel antes de las elecciones del domingo. Resultó un ejercicio estéril, del que ninguna de las cinco portavoces salió como clara vencedora y con momentos de bronca en los que era difícil entender lo que se decía por las múltiples interrupciones.
No hay atisbo alguno de un desbloqueo institucional por el enfrentamiento entre PP y Ciudadanos, por una parte, y el PSOE, que según todas las encuestas no alcanzará una mayoría sólo con Unidas Podemos y Más País y tiene cada vez más difícil recurrir a los partidos independentistas.
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La cita televisiva, moderada por Ana Pastor, comenzó de manera muy desapasionada, con intervenciones muy largas de cada una de las candidatas. Los perfiles y las actitudes fueron muy diferentes a las del lunes, entre los cabezas de lista, y el viernes pasado, en un debate de portavoces parlamentarios en TVE.
Apenas hubo choques entre María Jesús Montero (PSOE) e Irene Montero (Unidas Podemos), llegando la dirigente morada a alabar la trayectoria de izquierdas de la ministra de Hacienda. "Ojalá le ganes la batalla a [Nadia] Calviño y Pedro Sánchez", le deseó, como dardo envenenado.
La representante de Vox, Rocío Monasterio, portavoz en la Asamblea de Madrid, salió a la ofensiva y también recibió reproches de casi todas las demás dirigentes, incluyendo a Ana Pastor (PP), con serios problemas para articular su discurso en algunos momentos, pero que resucitó el espíritu de su gran amigo Mariano Rajoy. Pastor exhibió experiencia de gestión, mostró la cara más moderada del PP, hasta contó anécdotas de la Galicia rural y habló en pesetas.
Inés Arrimadas, candidata de Ciudadanos, trató de abrirse paso a codazos, interrumpiendo constantemente, con su habitual dominio de la escena, para tratar de reivindicar a su partido como un voto útil frente al declive que dibujan las encuestas. "Con un 2% más de voto a Ciudadanos, podemos subir 20 escaños", dijo en su minuto final. El debate tocó además asuntos como la vivienda o el cambio climático, apenas mencionados en otras citas.
Tensión sin trascendencias
Los momentos de mayor tensión vinieron por asuntos como la Igualdad, las pensiones y la ilegalización de partidos independentistas. Monasterio propuso privatizar en parte las pensiones, que ahora son públicas, e introducir un sistema de capitalización, y fue confrontada inmediatamente por Irene Montero, que le acusó de querer dejar sin pensiones a quienes no se las puedan pagar y querer "privatizar hasta el palo de la bandera".
Monasterio también propuso la "cadena perpetua" para los violadores y maltratadores y reclamó a los demás partidos que se posicionaran, aunque no lo logró. Montero (Unidas Podemos) le explicó que las medidas coercitivas no arreglan el problema mejor que la cultura y la educación y le reprochó "reventar minutos de silencio" en favor de mujeres asesinadas, como hizo en Madrid el portavoz municipal de Vox, Javier Ortega Smith.
Montero (PSOE) exigió sin éxito a Arrimadas explicaciones por la votación en la Asamblea de Madrid, donde Ciudadanos y PP apoyaron una resolución de Vox que pide ilegalizar a los partidos independentistas. Por su parte, la portavoz de Ciudadanos le reprochó a la socialista no haber respondido sobre el supuesto fraude de la Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo (Faffe), que ha motivado la apertura de una comisión de investigación en el Parlamento de Andalucía.
"No han gestionado nunca nada"
Pastor defendió el estado autonómico y la Constitución frente a Monasterio, que aboga por suprimir las autonomías. "Se nota que hay muchas personas que no han gestionado nunca nada", le reprochó.
Además, se desmarcó de Cayetana Álvarez de Toledo, portavoz parlamentaria del PP, que critica el "sólo sí es sí" en cuanto al consentimiento en las relaciones sexuales que PSOE y Unidas Podemos quieren llevar al Código Penal. Pastor ha aclarado que "cuando una mujer no consiente hay agresión sexual y violación", asegurando que es la posición del PP.