El 4 de abril de 2004 vivió la que sería, con toda certidumbre, una de sus jornadas más complicadas desde que vistió el uniforme. Dirigía a las tropas españolas acuarteladas en la base iraquí de Al Ándalus, en Najaf, cuando una horda insurgente se precipitó contra ellos. El fuego era constante. El peligro, máximo. Quién iba a decir que aquel coronel que 15 años más tarde, traje y corbata, sería elegido diputado en un Congreso marcado por la fragmentación parlamentaria.
Se llama Alberto Asarta y salta a las trincheras políticas de la mano de Santiago Abascal. Vox ha pasado de 24 diputados a 52; de ser la quinta fuerza parlamentaria en su primer asalto a unas generales -abril de 2019-, a ser la tercera. Un auge que le ha permitido dar cabida a rostros destacados que no encontraron su escaño en las anteriores elecciones. El de Asarta -ahora general de división retirado- es de sobra conocido en esferas castrenses: ha ocupado puestos destacados en misiones internacionales como El Salvador, Bosnia, Líbano o Irak.
Tal es su notoriedad que la actual ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, se ha referido de forma indirecta a sus circunstancias en varias ocasiones. Atendiendo, eso sí, a criterios alejados de lo militar. En una reciente entrevista en EL ESPAÑOL, la titular de la cartera se refería así a la “lluvia de generales” que salpicaba las candidaturas de Vox al Congreso: “Las decisiones personales no puedo hacer otra cosa que respetarlas, no tengo nada más que añadir”.
Robles también hablaba del manifiesto contra la exhumación de Franco firmado por miembros y exintegrantes de las Fuerzas Armadas: “Respecto a los militares que estaban en retiro, son personas que están en derecho a exponer sus opiniones, ahí nada que decir”. Y aseveraba: “Las Fuerzas Armadas se caracterizan por su neutralidad política”.
Porque los militares que están en activo se deben a esa máxima. Sin embargo, los que han pasado a situación de retiro no tienen que cumplir con esa circunstancia. Es el caso del general Alberto Asarta, que a sus 68 años salta al Congreso de los Diputados. En su bancada tendrá a otros miembros de ADN militar, como Agustín Rosety, general de brigada de Infantería de Marina (retirado), o Manuel Maestre, teniente general del Ejército del Aire.
Un general “osado”
Asarta es, probablemente, el más mediático de todos los generales. La batalla de Najaf es uno de esos episodios que se repiten con frecuencia en esferas militares, principalmente en el Ejército de Tierra. Se le conoce como ‘la batalla de todas las batallas del Ejército español’. Este diario ha relatado en varias ocasiones historias vinculadas con aquel episodio.
Una fuerza internacional capturó a Mustafa Al Yaqubi, destacado líder político-religioso de la región, y la insurgencia azuzó a la población local para, en unión, lanzarse contra la base en la que se apostaban las tropas españolas. Alberto Asarta estaba al frente de ese contingente.
Militares españoles que participaron en aquel combate destacan el orden con el que se llevaron a cabo las acciones. También “el punto de osadía” -entendida dentro del planeamiento militar- que demostró Asarta al permitir una misión tan arriesgada como, a la postre, exitosa: EL ESPAÑOL recogió el testimonio del capitán Jacinto Guisado, a la cabeza de un reducido grupo de militares que abandonó la seguridad de la base para atravesar en dos ocasiones las filas enemigas y rescatar a un grupo de soldados salvadoreños que habían quedado atrapados en una vieja cárcel. Una de las intervenciones más destacadas de las Fuerzas Armadas en los últimos tiempos.
Otros militares españoles recuerdan a Asarta con la boina azul de la ONU. 2010-2012, años difíciles para dirigir una fuerza de más de 12.000 efectivos procedentes de 36 países en el Líbano. Por entonces ya era general y rendía cuentas ante la ministra socialista Carme Chacón. Además, ha participado en misiones como El Salvador o Bosnia. Un militar de poner “las botas en el terreno”, como se dice en círculos castrenses.
Un 'paracaidista' en el Congreso
Las mismas fuentes militares aseveran que también le hace falta “un tanto de osadía” para dar el salto al Congreso de los Diputados. Será todo un paracaidista; no por los más de 500 saltos que acumula en el Ejército, sino por ser la primera vez que aterriza en la arena política.
Casado y con dos hijos, se trata de un hombre de inquietudes políticas, a pesar de que su uniforme no le permitía expresarlas abiertamente hasta pasar al retiro. Sus inquietudes le han conducido hasta Vox, donde ha conquistado a Santiago Abascal para encabezar la lista del partido en Castellón.
Su andadura política arranca con el pacto de Gobierno que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias firmaron este martes. Asarta, por su parte, advirtió recientemente cuál sería su papel como diputado: “Voy a servir a España como lo he hecho durante 46 años en las Fuerzas Armadas”. Aunque esta vez librará sus disputas -políticas- lejos de las trincheras que conoció como militar.