España tiene constancia, a través de Servicios de Inteligencia extranjeros, de que grupos yihadistas (Estado Islámico del Gran Sáhara) planean perpetrar "un grave atentado" y "de forma inminente" contra ciudadanos españoles en el Sáhara. Por eso, las autoridades han desaconsejado cualquier viaje a la zona.
Así lo ha reconocido esta mañana Margarita Robles, ministra de Defensa, en declaraciones a La Ser. Asimismo, fuentes del Departamento señalan que se tiene "constancia" a través de informes de "servicios de Inteligencia extranjeros" de las intenciones terroristas en la zona del Sáhara. El "grave atentado" que se podría producir de "forma inminente" estaría dirigido contra ciudadanos españoles.
"Es una amenaza real que está muy contrastada por servicios de Inteligencia extranjeros en la zona. El riesgo de atentado es inminente", ha señalado Robles. Recordemos que en la zona colaboran ONGs españolas, aunque el mensaje de la ministra también se dirige a los ciudadanos dispuestos a viajar a la región.
La idea del Estado Islámico del Gran Sáhara sería la de actuar en los campos de refugiados que salpican Tinduf, localidad argelina que marca la frontera con Marruecos. Se trata de un grupo liderado por Adnan Abu Walid Al Sahraoui y que hace pocos años juró fidelidad al Estado Islámico.
El Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación -cartera que ocupará de forma provisional la propia Robles en sustitución de Josep Borrell- notificó a través de redes sociales el cambio de recomendaciones de viaje en la zona de Tinduf.
El riesgo en la región
Dicho mensaje hace alusión a la "creciente inestabilidad" que se vive en el norte de Mali, donde España mantiene un contingente militar bajo el paraguas de la Unión Europea para formar a las tropas locales en su lucha contra el yihadismo. Esta inestabilidad -que se vive ya en toda África subsahariana- amenaza con extenderse hacia el norte, más cerca de nuestras fronteras físicas.
Un cóctel complicado en términos de seguridad al que hay que añadir la reciente muerte del líder mundial del Estado Islámico, Abu Bakr Al-Baghdadi, en una operación estadounidense al norte de Siria. Tras este episodio, todas las organizaciones que habían jurado fidelidad al grupo en el pasado renovaron sus votos de lealtad.
Una circunstancia de riesgo, teniendo en cuenta que tras estas promesas llegan en muchas ocasiones los atentados terroristas. Los movimientos de Adnan Abu Walid Al Sahraoui, líder del Estado Islámico del Gran Sáhara, pasarían por esta interpretación. Además alcanzan una mayor repercusión internacional si centran sus objetivos contra los intereses españoles.