Pedro Sánchez vuelve a pedir a PP y Ciudadanos que le permitan gobernar, esta vez en coalición con Unidas Podemos y previsiblemente con Pablo Iglesias como vicepresidente. El presidente ha lamentado que ambas fuerzas se "desentiendan" de la gobernabilidad y les ha reclamado que le faciliten su investidura.
"Me gustaría que otras fuerzas políticas también asumieran su responsabilidad para desbloquear la situación", ha dicho. En ese sentido, el Ciudadanos en el que la figura de más peso es Inés Arrimadas "tendrá que plantearse si quiere seguir siendo un apéndice de la derecha y la ultraderecha, como vimos, por ejemplo, ayer en el Congreso de los Diputados", ha dicho en referencia a la elección de los miembros de la Mesa.
El PP tendrá que "resolver la contradicción de decir que es un partido de Estado y que no quiere que los independentistas condicionen la investidura del presidente del Gobierno pero continúe amarrado a la ultraderecha", según él.
Sin embargo, pese a estos llamamientos, Sánchez negocia en paralelo con ERC, partido clave. Si los socialistas consiguen su abstención, la investidura tenía altas probabilidades de prosperar sin participación alguna de PP y Ciudadanos.
Dos reuniones con comunicados ambiguos
ERC y PSOE se han reunido ya en dos ocasiones y en los comunicados que han seguido a los encuentros no queda claro el fondo de lo que están negociando, de tal manera que los socialistas pueden explicar que se trata de competencias o reformas legales y los republicanos, que dan pasos hacia el derecho a la autodeterminación, su verdadero objetivo.
"No hemos llegado a ningún acuerdo con ERC, pero sí le puedo garantizar dos cosas. El acuerdo va a estar siempre dentro de la legalidad democrática de la Constitución española y en segundo lugar: será público", ha dicho Sánchez para tranquilizar a aquellos que crea que negociará la soberanía nacional.
Encuentro decisivo
PSOE y ERC tienen previsto reunirse de nuevo el martes que viene, 10 de diciembre. El encuentro probablemente llegará en plenas consultas del Rey con los 19 representantes que acudirán a Zarzuela. La semana que viene se sabrá si, finalmente, es viable intentar una investidura antes de Navidad, como ansían PSOE y Unidas Podemos, o deberá dejarse para enero con el riesgo de que entonces sea más difícil.
La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, es quien fijará la fecha del pleno. Según ella, es "complicado, pero no imposible" que llegue a celebrarse antes de Navidad. De ser así, comenzaría el lunes 16 y las votaciones serían el 17 y el 19, siendo esta última la realmente decisiva.