Los contactos entre el PSOE y ERC no se han roto nunca. Así lo han reconocido incluso en los peores momentos de esta semana. ¿Por qué seguirían hablando aquellos que en público mantienen una relación de extrema tensión?
Los independentistas aguijonearon cada día a los socialistas, pendientes de la abstención de ERC en la investidura de Pedro Sánchez, que evitaron a la prensa y trataron de ponerse de perfil ante cada dificultad.
Los separatistas arremetieron primero por las palabras de José Luis Ábalos, uno de los negociadores de Ferraz, "convencido" de que ERC había renunciado a la unilateralidad y a incumplir la ley. Después, la bomba de la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea llevó a ERC a decir en público que congelaban las negociaciones hasta que el PSOE asumiera el fallo judicial. Después, los republicanos exigieron a los socialistas que ordenasen a la Abogacía del Estado pedir la libertad de Oriol Junqueras y la nulidad del juicio del procés.
En la mañana de este jueves, Junqueras celebró su "victoria". "Nada de lo que hicimos fue un delito. No solo era legítimo, sino que era legal. Nos hemos ganado el derecho a volver a intentarlo. Y asumimos los riesgos que implicaba intentarlo, y uno de estos riesgos era estar en la cárcel, y aquí estamos", dijo en una entrevista en Catalunya Ràdio.
Y, de nuevo, en el juego del palo y la zanahoria (mensajes duros y blandos) llegó un asidero para el PSOE. "No se debe parar la negociación en ningún caso. Se debe estar dispuesto a dialogar siempre, con todo el mundo, independientemente de que yo esté o no en la prisión". Palabra de Oriol Junqueras.
Dos mensajes de ERC
ERC combinó los dos tipos de mensajes esta semana mientras el manto de opacidad sobre el contenido de la negociación se mantenía, esperando mejores días para buscar o anunciar avances. Pero ERC y PSOE seguían hablando.
Ni una semana de chaparrón hizo perder la esperanza al PSOE. "El Gobierno no ha renunciado, para nada, no renuncia a la investidura antes de final de año. Estamos trabajando para ello", dijo la portavoz del Ejecutivo, Isabel Celaá, en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros. Además, por mucho que reprochara a PP y Ciudadanos que no apoyasen, aunque fuese con una abstención, la coalición de Gobierno entre Sánchez y Pablo Iglesias, la portavoz reconoció que "no hay plan b" a ERC. O ERC... o ya se verá. Pero, de momento, a por todas con ERC.
Un análisis de la situación permite entrever una posible razón para esa llama de optimismo que permanece encendida en Moncloa. Las conclusiones del Abogado General de la UE ya permitían anticipar un fallo así del Tribunal comunitario. La otra sentencia de la semana, que inhabilitó a Quim Torra para cargo público, también podía intuirse como más que probable.
En otras palabras: tanto ERC como el PSOE sabían que los elementos externos a su negociación, que producirían el impacto de un meteorito en la opinión público, se aproximaban. Por tanto, es más que probable que hayan podido prever también una respuesta.
El congreso de ERC
El otro vector clave de la semana es el congreso de ERC, en el que los dirigentes republicanos necesitan un aval de sus bases y no un gran cisma entre independentistas y posibilistas. Pilotar el proceso de manera que se pueda tener controlados a los sectores más duros en favor de la autodeterminación y a los que desean un acuerdo con el PSOE requeriría, pues, de dos tipos de mensaje: la indignación pública y las conversaciones discretas con el PSOE.
Sánchez todavía confía en una investidura la semana que viene. Comenzaría, según las fechas que han hecho fortuna en todas las quinielas, el viernes 27, después de Nochebuena, Navidad y San Esteban, esta última festividad muy importante en Cataluña. La primera votación sería el sábado 28 y la segunda el lunes 30. Todo en días laborables, aunque en medio de las fiestas, para disgusto de diputados y periodistas. Sánchez sería presidente antes de Fin de Año y, probablemente, antes de que el Tribunal Supremo decidiera que Junqueras sigue en la cárcel. Pero eso sería ya materia para otro capítulo. Como insiste el PSOE: el de la "política".