La investidura está atascada. Pese al blindaje ante la prensa de ERC y (sobre todo) el PSOE, todos los elementos apuntan a que el acuerdo entre ambos partidos ha encallado. No sólo Pedro Sánchez ha perdido la posibilidad de ser investido antes de fin de año, como deseaba intensamente, sino que también pierde enteros la posibilidad de que lo sea antes de Reyes, el 2, 3 y 5 de enero. En teoría, hay tiempo para convocar el debate en el Congreso de los Diputados, pero cada vez parece más complicado que todas las piezas encajen antes de esa fecha.
Este viernes, PSOE y ERC celebraron una nueva reunión clandestina. Tuvo lugar en Madrid, tras 15 días sin reunirse y pese a que ERC había advertido de que no se volvería a sentar con el PSOE antes de conocer el escrito de la Abogacía del Estado para dar cauce a la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que la semana pasada reconoció la inmunidad como eurodiputado de Oriol Junqueras cuando estaba en prisión provisional.
El fallo indica que Junqueras debería haber sido puesto en libertad para que ejerciese como parlamentario europeo al menos hasta que la Eurocámara diese permiso para juzgarle. Pero todo eso ya pasó y Junqueras ya cumple una pena de prisión en virtud de una sentencia firme. Es el Tribunal Supremo quien deberá decidir si cambia su situación una vez oídas todas las partes, entre ellas la Abogacía.
"No saben lo que quieren"
Fuentes socialistas advirtieron este viernes por la mañana de que las negociaciones iban mal por la división en el seno de ERC, que se debate entre su alma más pactista y encauzada en la legalidad y la más radical y partidaria de la autodeterminación, aunque sea unilateral. "No saben lo que quieren y cada día piden una cosa distinta", explicaban estas fuentes.
El mutismo oficial en el PSOE, el PSC y el Gobierno era, sin embargo total. Sánchez ha dado orden de interrumpir toda comunicación de su equipo con la prensa, algo que él mismo lleva a rajatabla, suspendiendo las tradicionales ruedas de prensa de balance del año, que se celebran desde 2006, o la copa de Navidad para periodistas y los empleados de Moncloa. El cerrojazo informativo no es, en sí mismo, una señal de que las negociaciones vayan bien.
Según los independentistas, la reunión de este viernes concluyó "sin novedades relevantes". Así que la investidura no parece muy cercana. Por si fuera poco, la Junta Electoral Central debe decidir el 3 de enero si mantiene a Junqueras fuera de la lista de eurodiputados, algo que en la práctica supone inhabilitarlo, para cumplir la sentencia que el Supremo dictó contra él. Parece poco probable que ERC vaya a apoyar la investidura de Sánchez con un pronunciamiento en contra de la Junta Electoral o, incluso, que esté dispuesta a que la decisión le pille en pleno debate.
Iglesias, el mediador
Por otra parte, este lunes se produjo una reunión entre Pablo Iglesias y los diputados en el Parlament Sergi Sabriá y en el Congreso Carolina Telechea. El líder de los negociadores republicanos, Gabriel Rufián, no sabía que esa reunión iba a celebrarse ese día y se enteró después. Iglesias entraba en escena para tratar de aproximarse al sector más duro en ERC, que no ve nada claras las ventajas de facilitar la gobernabilidad del conjunto de España mientras Junqueras cumple una condena de 13 años.
Mientras, el escrito de la Abogacía se va retrasando al tiempo que los republicanos ponen en ella todas sus esperanzas, más como gesto que como llave de la celda de Junqueras, ya que ésta última está en el bolsillo de los magistrados del Tribunal Supremo.
Presión sobre la Abogacía
La Abogacía defendió en junio que Junqueras debería haber podido salir de prisión para acatar la Constitución y prometer o jurar su cargo, tal y como pudo hacer al convertirse en diputado en el Congreso. Es de esperar que el órgano reitere ahora, con mucha más fuerza, esa posición.
Sin embargo, ir mucho más allá podría ser problemático. Para empezar, porque ante el tribunal de Luxemburgo defendió que aunque la Justicia europea fallara a favor de Junqueras, su situación actual no cambiaría lo más mínimo.
ERC y el abogado defensor de Junqueras piden que se le permita salir de la cárcel para moverse con libertad y ejercer como eurodiputado, que es lo que interpretan que sigue siendo en virtud de la sentencia de Luxemburgo a pesar de que se haya dictado una sentencia firme con pena de inhabilitación. Además, la defensa de Junqueras asegura que si el líder de ERC debe estar en la calle, significa que la sentencia no debería haber sido dictada, al menos hasta que el Parlamento Europeo permitiese al Tribunal Supremo juzgar a uno de sus diputados. Por lo tanto, Junqueras reclama la nulidad de todo el procedimiento.
Está por ver hasta dónde llega la Abogacía del Estado, pero que no se haya pronunciado todavía mientras ERC da muestras de tener unas muy altas exigencias eleva la presión sobre Sánchez. Este viernes, la ministra portavoz, Isabel Celaá, reconoció que el TJUE había "cambiado la doctrina".