Sólo falta Justicia por saber. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, leerá este domingo a las 14.00 horas la lista de sus ministros, que ha ido anunciando en los últimos días, por goteo y en su mayoría a través de filtraciones a algunos medios de comunicación. Este sábado, la Moncloa informó de los dos que faltaban.
Carolina Darias, en la actualidad consejera de Economía, Conocimiento y Empleo en el Gobierno de Canarias, será la nueva ministra de Política Territorial y Función Pública, la cartera que inicialmente ocupó Meritxell Batet y que estaba vacante desde que se convirtió en presidenta del Congreso. José Manuel Rodríguez Uribes, hasta ahora portavoz adjunto del PSOE en la Asamblea de Madrid y brevemente delegado del Gobierno, ocupará Cultura y Deportes.
Los dos nuevos ministros tienen fama de competentes, pero ninguno es un fichaje estrella. Así, en Política Territorial, con el importante reto de contribuir a restablecer la lealtad institucional entre administraciones, no habrá un ocupante catalán o, al menos, proveniente de ninguna de las tres primitivas nacionalidades históricas. Ese mensaje, enviado con el nombramiento de Batet en junio de 2018, ha sido sustituido por el de una mujer de partido, con experiencia tanto orgánica como institucional, acostumbrada a la complejidad y las aritméticas escasas que también protagonizan la política canaria.
Darias es funcionaria de carrera del Cuerpo Superior de Administradores de la administración autonómica canaria y en 2015 fue la primera mujer en presidir el Parlamento de Canarias.
Uribes, licenciado en Derecho y profesor de Filosofía del Derecho, es un teórico con obra publicada, más bregado como profesor en áreas como Universidades (ese ministerio lo ocupará el también académico Manuel Castells) o la seguridad y las víctimas del terrorismo. No en vano, fue director general de Apoyo a las víctimas en los Gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero.
Sánchez no ha optado, finalmente por un ministro mediático, procedente de sectores culturales, algo que hubiera aportado un cierto colorido a su Ejecutivo. Ese fue el objetivo con su primer Gobierno, en el que Màxim Huerta ocupó esa cartera. Sánchez se guardó hasta la propia lectura de los agraciados el nombre, sin filtrarlo antes, pero Huerta tuvo que dimitir una semana después tras conocerse algunas interioridades sobre sus finanzas personales.
Menos bonito
El nuevo Gobierno de Sánchez es menos bonito (epíteto utilizado para bautizar a su primer gabinete), más numeroso y más de circunstancias. En él convivirán los cinco miembros de Unidas Podemos, liberales internacionales como la nueva titular de Exteriores, Arancha González Laya, con amplia experiencia en la Organización Mundial del Comercio (OMC), y ortodoxos fiscales como José Luis Escrivá, que ocupará Seguridad Social.
La cartera de Justicia sigue siendo una incógnita. El puesto ha sido, para muchos de sus titulares, una verdadera silla eléctrica política por la falta de competencias y los muchos problemas que suele acarrear. Del departamento depende la Abogacía del Estado, en el centro de varias polémicas políticas por su posición en el conocido como juicio del procés.
Entre los nombres que han sonado en algunas quinielas están Gabriela Bravo, consellera de Justicia en la Comunitat Valenciana, o Félix Bolaños, secretario general de la Presidencia del Gobierno y uno de los asesores más valorados por Sánchez.