Se cumplió la tradición no escrita. Por rotación entre los diferentes cuerpos, Margarita Robles designó a un miembro del Ejército del Aire como nuevo Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD). Se trata del general Miguel Ángel Villarroya, un veterano de escenarios como Kuwait o Ruanda que tendrá que hacer frente a retos perentorios para las Fuerzas Armadas.
En los últimos años se ha ganado a pulso la confianza de Margarita Robles. No en vano, ha ocupado la dirección del Gabinete Técnico de la ministra de Defensa. Y eso que la designación para el cargo llegó en los tiempos de la predecesora en el departamento, María Dolores de Cospedal.
El general Villarroya (Tarragona, 1957, casado y con dos hijos) mantiene intacto uno de los principios que sostienen a las Fuerzas Armadas: la neutralidad política y el máximo desempeño en la labor encomendada.
De ahí que su nombre se dibujase en las quinielas para ser el nuevo JEMAD, en un relevo natural del general Fernando Alejandre Martínez, quien se ha desempeñado en los últimos tres años en el cargo.
Su entorno le considera un experto en cuestiones de Inteligencia; opinión basada en los años que trabajó como analista en la Célula de Inteligencia para las Operaciones en los Balcanes del Cuartel General de Airsouth, en Nápoles (Italia).
Su expediente -además de un largo historial de medallas y condecoraciones- detalla 9.800 horas de vuelo, la mayoría de ellas a bordo del avión de transporte T-10. En su historial se dibujan escenarios complicados como Kuwait, Ruanda o los Balcanes. También fue jefe del mando aéreo en Canarias y del 45 Grupo del Ejército del Aire.
Experiencia en diversos ámbitos que tendrá que aplicar en los años venideros. Porque las Fuerzas Armadas, tanto de puertas para adentro como en sus misiones en el exterior, afrontan un periodo de transición que requiere un mando firme.
1.Las misiones
De Mali a Irak, de los Países Bálticos a Colombia, España cuenta con una veintena de misiones militares en el exterior. La mayoría de ellas pasan por la instrucción y asesoramiento a las tropas locales o por el mantenimiento y vigilancia de la paz en zonas azotadas por los conflictos.
Se trata de compromisos bilaterales, en algunos casos, o de cumplimiento con instituciones aliadas, la mayoría de las veces. Así, las Fuerzas Armadas responden a los llamamientos de la OTAN, la Unión Europea y de las Naciones Unidas.
Un cumplimiento de equilibrio difícil, teniendo en cuenta que las Fuerzas Armadas disponen de unos recursos limitados.
2.Renovación tecnológica
Los diferentes cuerpos que componen las Fuerzas Armadas se han embarcado en varios proyectos de renovación tecnológica imprescindibles para afrontar los retos futuros. Algunos de ellos atraviesan momentos críticos y requieren del impulso necesario para proseguir su camino.
Los retrasos en la industria de Defensa han lastrado los plazos en el proyecto 8x8 del Ejército de Tierra, el blindado en el que se basará el nuevo concepto de brigada. La Armada Española abraza los avances que por fin llegan en los nuevos submarinos S-80, y también supervisa las nuevas fragatas F-110. Y el Ejército del Aire necesita una renovación inminente de sus aviones de combate y los de instrucción.
Algunos ejemplos que ponen de manifiesto los retos que el general Villarroya tendrá que afrontar como nuevo JEMAD.
3.La Defensa en Europa
En los últimos tiempos, la Unión Europea busca una mayor cohesión en sus estructuras de Defensa. Proyectos comunes que sienten las bases de la seguridad en el Viejo Continente.
Desde la OTAN se insinúa -cuando no se dice abiertamente- que el futuro de la seguridad pasa por la Alianza Atlántica. Pero la Unión Europea considera que ambos proyectos son compatibles; y que la unidad en Europa también servirá para poner el foco en el flanco sur, de especial interés para España.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, asevera su intención de atraer el foco de Europa hacia el Mediterráneo y África. Un empeño en el que los informes militares serán cruciales.
4.El personal
La política de personal de las Fuerzas Armadas depende principalmente del Ministerio de Defensa. Sin embargo, los proyectos relacionados con su seguridad y protección pasan por los diferentes Ejércitos, coordinados por el JEMAD.
"El valor humano es nuestro principal activo", insisten una y otra vez quienes ostentan cargos de responsabilidad en las Fuerzas Armadas. No por antiguo será un empeño que tenga que descuidar el general Villarroya.
5.Las nuevas amenazas
Hemos comentado las amenazas físicas que se ciernen por tierra, mar y aire. Pero las Fuerzas Armadas afrontan el reto de dos nuevos ámbitos en los que tienen que desarrollar su labor de defensa.
Por un lado, el espacio. Se trabaja en el desarrollo y puesta en marcha de satélites que doten de una mayor autonomía en las telecomunicaciones. También se adoptan medidas para protegerse de amenazas que procedan de este ámbito. Desde el Ministerio de Defensa se sugirió la opción de rebautizar al Ejército del Aire para incorporar estas funciones.
Y, por supuesto, las amenazas digitales. El futuro de los conflictos pasa por los escenarios híbridos, con ataques en el plano físico y en el mundo ciber. La defensa del futuro exige protegerse también en estos frentes.