Seis días después de su primer Consejo de Ministros, Pedro Sánchez avanzó en una entrevista su intención de reformar el Código Penal en lo referido al delito de sedición, por el que han sido condenados Oriol Junqueras y otros ocho dirigentes independentistas. Después, la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, admitió que la rebaja en las penas por ese delito en la legislación podría tener un efecto "obvio" en el tiempo que les queda por cumplir a los condenados, aunque decretarlo corresponda en último término a la Justicia.
La polémica estaba servida. PP y Ciudadanos acusaron a Sánchez de intentar un indulto por la puerta de atrás a los condenados, a los que aritméticamente necesita en el Congreso, al menos a ERC, si quiere sacar leyes adelante con la mayoría con la que fue investido. El ex presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero aseguró que liberar a los presos del procés serviría para desinflamar la situación.
La medida, según diversas fuentes socialistas consultadas por este periódico, causa estupor, cuando no fastidio, en amplias capas del partido, especialmente en las zonas más reacias a negociar con partidos independentistas. Y, sin embargo, sólo un dirigente de peso ha alzado la voz contra ella. Es Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha y líder del partido en la región. Para él, el diálogo con Quim Torra es "veneno" y "con el Código Penal no se mercadea". "Aguar la sedición es como invitar a que se haga todos los fines de semana", ha llegado a decir.
Pero, ¿y los demás? Concretamente, ¿qué piensan aquellos barones que no tuvieron reparo alguno en decir lo que pensaban aunque incomodara a la dirección del partido? El PSOE es, tradicionalmente, una formación política en la que ese tipo de opiniones divergentes se han expresado con total nitidez. Pero eso era antes.
Lambán: orden de apoyar a Sánchez
Este lunes, el presidente de Aragón y líder del partido en la región, Javier Lambán, consideró en las Cortes una "anomalía" que el PSOE haya recurrido "por activa o por pasiva" al apoyo del independentismo para la investidura. "No entiendo la fascinación de parte del PSOE por el nacionalismo irredento", dijo.
Lambán defenderá "con contundencia" la Constitución, dijo este lunes. Lambán es Lambán y sigue sin tener pelos en la lengua. Eso sí, a renglón seguido advirtió de que no participará en ninguna polémica "frentista" que pueda "malograr" sus posibilidades de España y el Gobierno.
El presidente regional no ha hecho declaraciones sobre la reforma del Código penal. Un cargo del partido en Aragón asegura que Lambán ha pedido, en reuniones de partido o de representantes institucionales, "apoyo a Pedro Sánchez". "Lambán considera que Pedro ya tiene suficientes problemas para que le generemos más desde dentro", explica.
"Hay preocupación, pero ya no estamos en la etapa de antes, en la que se mezclaba lo orgánico y lo institucional. Lambán será combativo en lo que se refiere a Aragón [por ejemplo, en la reclamación de las transferencias del IVA], pero no utilizará la presidencia para confrontar con Sánchez. Entre otras cosas, porque ya no se debate sobre nada en el plano orgánico. Si hubiera instrumentos para hacerlo, probablemente diría lo que piensa, pero no hay canales para decir nada y Pedro no consulta", explica. "Lambán ya lo ha dicho en su día y todo el mundo lo sabe", según esta fuente.
Susana Díaz: centrada en sobrevivir
El caso de la líder del PSOE andaluz es distinto. Susana Díaz tiene una situación complicadísima dentro de su federación. Aunque su dominio del partido llegó a ser casi absoluto cuando era presidenta de la Junta de Andalucía y optó a liderar el PSOE frente a Sánchez, ese caudal se ha ido debilitando poco a poco.
En el PSOE andaluz, donde su situación sigue siendo preponderante, han comenzado a surgir voces críticas que la acusan de no reconocer la derrota o no aprender de ella y exigen una renovación no sólo del proyecto sino también de caras. Díaz asegura que el partido ya ha sido profundamente remodelado, por ejemplo, para dejar atrás épocas como la de los ERE. Sus cargos han sido rejuvenecidos y ella se vuelca en la oposición a PP y Ciudadanos, que gobiernan con el apoyo de Vox.
En paralelo, desde la pérdida de la Junta de Andalucía, Díaz se ha ido acercando a Sánchez, que ha permitido el surgimiento de voces críticas sin impulsar definitivamente ninguna de ellas. Este mismo lunes, Ferraz anunció que el congreso del PSOE será en 2021. Los regionales van después del federal, por lo que, en la práctica, eso supone retrasar el debate interno en Andalucía sobre si hay que renovar el partido.
Es imposible escuchar una crítica a Sánchez de labios de Díaz y tampoco de sus más directos colaboradores. Ni en público ni en privado. La baronesa asegura confiar en Sánchez y aunque mantiene su distancia del independentismo y su reivindicación de la Constitución, ya no hay rastro de las advertencias al aire o las indirectas rápidamente captadas por los medios de comunicación.
"Susana está centrada en sobrevivir y toda ayuda va a ser poca. Ella está convencida de que puede repetir como candidata a la Junta y tampoco ha diseñado un plan b. Pero si Pedro impulsa a otro candidato, podría tenerlo muy difícil. Así que extrema la prudencia, consciente de que Pedro tiene todo el poder", explica un diputado andaluz.
Vara: no más contaminación
El presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, ve "muy contaminada la situación", según fuentes muy cercanas al presidente de Extremadura y líder regional del partido.
La semana pasada, en unas declaraciones públicas, apoyó la reforma del Código Penal, aunque advirtiendo del principio del derecho que desaconseja legislar ad hoc pensando en casos individuales. "Estoy seguro de que no se cambia con nombres y apellidos", dijo en un encuentro con los medios en Fitur. "A lo largo del proceso se ha visto que un delito que muy probablemente se describió pensando en un (Antonio) Tejero no se ha podido aplicar a casos que a todos nos dolieron mucho", según él.
Cercanos a Vara aseguran que, en realidad, la medida no le gusta, pero cree que oponerse a ella "no serviría de nada" más que para "dar argumentos a la derecha", según estas fuentes. El presidente regional carga las tintas en PP y Ciudadanos, a los que ve en una competición con Vox que impedirá consensos de Estado que serían deseables en otras épocas. Según él, esos dos partidos deberían corresponsabilizarse de la situación de España y, si así fuera, podría pactarse con ellos. Pero Vara considera que intervenir podría debilitar a Sánchez sin que, conociéndolo, el presidente del Gobierno fuese a cambiar de idea, sea como sea cómo se concreten sus planes.
"Las declaraciones de Page están fuera de lugar. Igual que el PP tiene una ansiedad desmedida, a Page le pasa lo mismo, aunque por otros motivos. No se puede decir que tenga socios que le exijan defender esa posición ni elecciones a la vista. Tampoco que haya un congreso interno pronto. Como Vara, tiene mayoría absoluta. La diferencia es que Page tiene ambiciones personales y Guillermo, no. Por eso está centrado en gobernar en Extremadura", según esta fuente, que recuerda que, tras apoyar a Díaz en las últimas primarias del partido y perder, rápidamente apoyó a Sánchez "por cultura de partido".
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