Parecía el pacto más sencillo, pero estuvo a punto de saltar por los aires. El primer acuerdo de coalición electoral entre Partido Popular y Ciudadanos se cerró de una forma mucho más deslucida de la que se había planeado desde las direcciones nacionales de los dos partidos, que querían escenificar con honores la primera unión preelectoral del bloque constitucionalista. Todo se truncó el jueves por la tarde, cuando PP y Cs ya tenían prácticamente cerrado el acuerdo y el PP vasco anunció por redes sociales que ellos no lo firmaban.
El enfado se instaló en la casa de los conservadores, que se acusan mutuamente de haber puesto en peligro un acuerdo que, yendo por separado, perjudica a todos. Alfonso Alonso, el presidente del PP vasco y el candidato que Génova revalidó hace unas semanas para ser cabeza de lista en esa autonomía, se sintió traicionado por el equipo de Pablo Casado, al que acusa de no haber tenido el detalle ni de haber consultado el acuerdo con ellos. Los vascos se quejan de que dar a Ciudadanos dos puestos de salida cuando no tienen representación en la Cámara es algo "inasumible" para el PP. Desde Madrid recuerdan que es la dirección nacional la que tiene potestad para diseñar ese pacto y que una coalición consiste en eso, también en ceder.
El plazo para registrar una alianza electoral finalizaba este viernes a las 23.59 horas, pero no hizo agotar el límite legal. Génova impuso su criterio y no cedió ni un milímetro a las exigencias de su federación vasca. El jueves, casi a medianoche, se convocó a Alfonso Alonso a una reunión en la sede nacional por la mañana para firmar el acuerdo, pero el aspirante a lehendakari alegó que no le daba tiempo a llegar y no acudió. El equipo de Casado aguantó el órdago y anunció que el pacto se cerraba sí o sí como estaba planeado: con dos puestos de salida para los naranjas. Y así se hizo.
Las direcciones nacionales de los dos partidos renunciaron a las fotos y optaron por enviar un comunicado en el que recogían el grueso del acuerdo. En primer lugar, el nombre. Acudirán a la cita electoral bajo las siglas: 'PP-Cs', el modelo con el que quería concurrir el PP. En segundo lugar, el comunicado dice que el número uno de esa coalición será "para el Partido Popular", pero el escrito no recoge en ningún punto el nombre de Alfonso Alonso. A partir de ahora y hasta que se cierre la lista en marzo el vasco tiene que elegir entre encabezar la alianza firmada y pactada en Madrid sin su consentimiento o, si sigue sin aceptarla, marcharse del partido.
De momento, fuentes cercanas al presidente del PP vasco aseguran que Alonso dará la batalla. "No se plantea dimitir en ninguno de los sentidos". El PP vasco sube la apuesta y convoca a su junta directiva para este mismo lunes. Ahí valorarán los pasos a seguir y, sobre todo, arroparán a su líder autonómico tras este varapalo de la dirección nacional.
Una vez pasada la tormenta, el primer apoyo público que ha recibido Alonso ha sido del barón popular con más poder, Alberto Núñez Feijóo, que ha recordado que su compañero merece "todo" el respaldo del partido. "El presidente del partido y candidato a lehendakari es nuestro candidato, es el candidato de todo el PP de España y, en la medida en que podamos, le vamos a apoyar. Yo, en la medida de mis posibilidades, le daré todo el apoyo que me solicite y con la intensidad que él considere oportuno".