El Partido Popular se citaba este martes a primera hora en el madrileño hotel Palace en un intento de cierre de filas un día después del adiós definitivo de Alfonso Alonso de la política. La excusa era un desayuno informativo ofrecido por Alberto Núñez Feijóo, el único presidente autonómico que ofreció su apoyo público al vasco en medio de la tormenta. El gallego comenzó su intervención reconociendo que la "política de bloques" no le gusta y habló mucho de Galicia.
El gallego criticó abiertamente al partido de Santiago Abascal, al que ni siquiera llega a nombra. "Esta formación política, que no tiene ni un solo concejal, creo que va a repetir el resultado" el 5 de abril "Si quieren que Feijóo se vaya de la Xunta pueden votarle", dijo irónicamente. "Porque el objetivo de esta formación política es que Feijóo no sea presidente de Galicia".
La cúpula nacional del PP al completo cerró filas en torno al único barón azul que tiene mayoría absoluta en una comunidad autónoma, pero evitó a toda costa entrar de lleno en la profunda crisis que ha partido en dos al Partido Popular. A pesar de que había casi una treintena de preguntas sobre el conflicto entre Génova y el PP vasco, el barón gallego se limitó a decir que mantiene su opinión sobre su ya excompañero Alonso, un político "de primer nivel" al que le pidió que "reconsidere" su retirada de la política.
Sobre su sustituto, el presidente de la Xunta se limitó a decir que es incuestionable "su compromiso con el constitucionalismo y su compromiso con la Constitución. Las cosas son como son y están como están", dijo para volver a hablar de los problemas de los gallegos.
Feijóo aseguró que la "política de bloques" instalada en Madrid "ni me gusta ni me representa". Además, dijo tener un "muy buen concepto" de Inés Arrimadas y confió en que a medio plazo "fructifiquen acuerdos sólidos, leales y sinceros entre Ciudadanos y PP". El barón gallego recordó que "nuestra puerta siempre está abierta a los votantes de Ciudadanos".