El Gobierno de Marruecos expulsó hoy del territorio del Sáhara Occidental a ocho ciudadanos catalanes, entre los que se encontraban diputados del Parlament, concejales de varios ayuntamientos y miembros de una ONG prosaharaui.
Según informó a Efe, David Minoves, miembro de la delegación catalana, el grupo tenía previsto reunirse en El Aaiún con defensores saharauis de los derechos humanos, pero las autoridades no les permitieron ni siquiera descender del avión y les obligaron a tomar el mismo vuelo de vuelta hacia Las Palmas en el que habían llegado.
El viaje había sido organizado por el Intergrupo Paz y Libertad para el Pueblo Saharaui del Parlament catalán y tenía previsto reunirse en El Aaiún con defensores saharauis de organizaciones defensoras de los derechos humanos.
Nada más aterrizar en el aeropuerto de El Aaiún, dos funcionarios marroquíes vestidos de civil subieron al avión, les pidieron los pasaportes y les comunicaron que no podían bajar "sin dar ninguna razón ni argumento", dijo Minoves.
Al poco tiempo, les devolvieron sus pasaportes con ocho tarjetas de embarque expedidas a su nombre para obligarlos a tomar el vuelo de vuelta en el mismo avión, de la compañía canaria Binter, en el que regresaron esta misma tarde al Aeropuerto de Gran Canaria.
La delegación catalana la componían tres diputados del Parlament, representantes de la Agencia Catalana de Cooperación y del Fondo Catalán de Cooperación (de ámbito municipal) y de la Asociación de Ayuntamientos solidarios con el Sáhara.
"Ya vemos cómo el Reino de Marruecos no permite que diputados, concejales y cargos electos puedan visitar el territorio del Sáhara y comprueben si se respetan los derechos humanos. Y lo paradójico es que los organismos catalanes de cooperación tenemos abiertos otros programas de ayuda a Marruecos que desarrollamos sin problema", lamentó en declaraciones telefónicas a Efe.
Ninguna fuente marroquí se ha pronunciado hasta el momento sobre las expulsiones, que por otra parte son frecuentes.
El año pasado fueron expulsados del Sáhara 43 activistas extranjeros simpatizantes del independentismo saharaui, en su mayor parte españoles, según el recuento de Equipe Média, una plataforma de periodistas saharauis.
Aunque Marruecos nunca da órdenes escritas para estas expulsiones, suele justificarlas posteriormente con el argumento de que son visitas que se producen "con una agenda hostil a Marruecos" o porque no han sido programadas de acuerdo con las autoridades marroquíes que administran el territorio.