El informe del grave incidente aéreo protagonizado por un F-18 y un avión de pasajeros rumano desvelado esta semana por EL ESPAÑOL desapareció de la web de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) días antes de iniciarse la publicación de este especial.
Jornadas antes de que este diario iniciase esta serie de reportajes titulada 'El dossier secreto del control aéreo', los reporteros responsables de la información advirtieron que este y otros informes habían desaparecido de ese apartado virtual, vinculado y dependiente del Ministerio de Transportes Movilidad y Agenda Urbana.
El episodio del F-18 se produjo el 4 de octubre de 2018. Esa aeronave y un avión comercial de la aerolínea estatal rumana Tarom con cientos de pasajeros a bordo estuvieron a punto de protagonizar un trágico suceso en el cielo de Madrid, en las inmediaciones de Torrejón de Ardoz. El primero ensayaba para un desfile aéreo que se celebraría a los pocos días; el segundo iba a aterrizar en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas. Una mala coordinación y la densidad de tráfico hicieron que las dos aeronaves rozasen sus posiciones en una maniobra crítica: apenas 61 metros de separación vertical.
Tras este y otros dos incidentes de extrema gravedad en Pamplona y Santiago de Compostela (todos en aquel mes, todos en días consecutivos) el Secretario de Estado de Transportes, Pedro Saura, convocó una reunión interna y de carácter reservado en su despacho a las cinco de la tarde, un día de principios del mes de noviembre.
A ella asistieron, según relatan a EL ESPAÑOL fuentes ministeriales conocedoras del encuentro, por parte de ENAIRE su Director General, Ángel Luis Arias Serrano, y Enrique Maurer, Director de Navegación Aérea; y por parte del entonces denominado Ministerio de Fomento, la Secretaria General de Transporte, María José Rallo, el Director General de la Aviación Civil, Raúl Medina, la directora de la Agencia Española de Seguridad Aérea (AESA), Isabel Maestre, y el Jefe de Gabinete de Saura, Francisco Ferrer. En la misma, Arias Serrano fue advertido de que ésa era “la última vez” que hablarían de seguridad aérea.
El suceso, al contrario que otros incidentes graves de ese mismo mes, nunca se trató en ninguna reunión del Consejo de Administración de ENAIRE. Cuando este diario comenzó su investigación, localizó en primer lugar el informe preliminar elaborado por la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Aéreos (CIAIAC) el apartado el informe realizado por la AESA en el apartado de su página web. Semanas después, a finales del mes de enero, se localizó el informe en el que la AESA desgrana y analiza lo ocurrido. Fue descargado por los periodistas a fecha de 30 de enero.
Fuentes de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea argumentan a EL ESPAÑOL que lo informes se han borrado de la web de forma provisional porque había algunos que no cumplían las garantías de seguridad, y que contenían determinados errores que permitían leer datos que, a juicio de la AESA, deberían ser privados. Se percataron de esa anomalía hace escasos 20 días, al mismo tiempo, casualmente, que se ultimaba este especial de reportajes.
Desde AESA se aduce que están revisando todos los informes de los últimos tres años porque se tiene que borrar números de aeronaves, referencias o distintas imágenes identificativas.
Incidente de máxima gravedad
El suceso del F-18 pie, en primer lugar, a una extensa investigación para determinar las causas y las medidas de seguridad a implementar. El piloto de la aerolínea rumana expresó su malestar y exigió explicaciones a las autoridades españolas. Según un informe de la AESA el incidente tuvo una “severidad ‘A’” [la máxima en la escala en términos de gravedad, por el riesgo de colisión en el aire].
El piloto rumano expresó tras los hechos su malestar y exigió explicaciones a las autoridades españolas. Se quejaba -su declaración consta en el informe preliminar de ENAIRE al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL- de recibir los mensajes de un “modo no profesional”: “Mayormente en español y con largos retrasos”.
Fuentes operativas de ENAIRE, principal gestor de navegación aérea en España, indican que el director general omitió la información en las posteriores reuniones de su Consejo de Administración. Pese a haberse realizado un informe preliminar y a publicarse el episodio en la página web del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, el incidente entre el F-18 y el avión rumano no figura en los informes de seguridad que se presentan de forma periódica ante este órgano.
Tampoco aparece en el Informe Anual 2018 de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC), organismo dependiente del mismo Ministerio. Otro documento público y disponible en su página web.
El informe ahora "temporalmente" desaparecido era, para los investigadores de que hicieron el informe para la AESA, de una claridad meridiana: estaban ante un incidente de “severidad grave” y las aeronaves sufrieron una peligrosa aproximación que puso en riesgo su seguridad.