El Partido Popular de Cataluña mira con cierto escepticismo hacia la coalición que los conservadores han firmado con Ciudadanos en el País Vasco. Pese a estar a favor de unir el voto constitucionalista para no fragmentarlo, se muestran reacios a ir en coalición a la próxima cita porque "todas las encuestas nos dicen que juntos no sumamos, restamos".
En el PP catalán son conscientes de que el partido constitucionalista que en el centroderecha domina el tablero catalán sigue siendo Cs. Pero tras manejar esos sondeos apuestan por hacer una radiografía reposada de cada comunidad autónoma, porque cada región tiene su idiosincrasia y las particularidades de Cataluña no son las mismas de País Vasco ni las de Galicia ni las de la Comunidad Valenciana.
"En Cataluña, el PP cubre el flanco derecho, mientras que Ciudadanos es percibido más como un partido de izquierdas", reflexionan.
Además, la ecuación de ir juntos o separados a las elecciones también podría provocar otro efecto: que el partido de Santiago Abascal entrara con más o menos fuerza en el Parlamento catalán, donde todavía no se han presentado nunca.
"Si vamos unidos, los votantes del PP que jamás votarían al partido de Arrimadas apostarían por Vox. Y al revés: hay fieles a Cs que nunca nos apoyarían. Sería regalarle a Abascal gran parte de nuestro electorado, y Vox podría dispararse", añaden. "Además, Lorena Roldán no es Inés Arrimadas ni tiene su empuje", continúan.
En Madrid, los conservadores entienden que el pacto que se firmó con Ciudadanos en el País Vasco es el primer paso de una coalición mucho más amplia que continuará con las elecciones catalanas y culminará con las futuras elecciones generales.
Mutua generosidad
Génova también sabe que aunque en el País Vasco llevó la voz dominante, en Cataluña será al revés: Arrimadas fue la candidata más votada en las últimas autonómicas, aunque el PP catalán recuerda que el 10-N "fue el partido menos votado" tras la salida de la líder naranja y su salto a la política nacional.
El PP y Cs todavía no se han sentado a tejer los mimbres del futuro pacto en Cataluña, pero desde Génova recuerdan que "hay que ser generosos ambas partes". Así, igual que en el País Vasco el PP ha cedido dos puestos de salida a los naranjas para que por fin tengan representación, esperan que los de Inés Arrimadas trabajen con la misma disponibilidad a la hora de ceder puestos relevantes en Cataluña.
En el PP catalán piden templanza y hacer bien las cuentas antes de lanzarse a un pacto que perjudique a todos. "Si las dos marcas juntas no suman, habrá que repensar el proyecto común para que el gran beneficiado no sea Vox", aseguran. La primera prueba para tomar la temperatura al pacto PP+Cs será el 5 de abril en el País Vasco.