El presidente de la Xunta de Galicia ha encontrado en el coronavirus un obstáculo mayúsculo en su carrera por conseguir la cuarta mayoría absoluta consecutiva. Públicamente, Alberto Núñez Feijóo se muestra prudente ante el escenario inédito y repleto de incertidumbre que ha traído el virus a tres semanas de la cita con las urnas. Sin embargo, fuentes que trabajan en su candidatura reconocen estar preocupados si la pandemia dispara el número de afectados y la gente opta por "quedarse en casa y no salir ni para ir a votar" el 5 de abril. La mayoría absoluta está más en el aire que nunca.
Feijóo abrió este miércoles la puerta a que se cancele la cita electoral, una opción que no ampara en ninguno de sus preceptos la Constitución ni la Ley Orgánica de Régimen Electoral General, la normativa que regula las elecciones que se celebran a todos los niveles: nacional, autonómicas y locales. El presidente gallego aseguró en un acto que lo más importante es "la salud de los ciudadanos. El resto es secundario. En Galicia podríamos celebrar elecciones mañana mismo. ¿Qué va a pasar dentro de cinco semanas? Lo iremos viendo", deslizó en lo que muchos interpretaron que estaría a favor de retrasar la cita con las urnas a cuando la pandemia se controle.
Sin embargo, los expertos consultados por EL ESPAÑOL aseguran que es prácticamente imposible suspender la convocatoria electoral. "Se planteó justo después del 11M y se tuvieron que celebrar elecciones tres días después porque no había ningún precepto legal al cual agarrarse para cancelar la cita", recuerda la politóloga Verónica Fumanal, que reconoce que para conseguir una reforma exprés del Reglamento del Congreso para que el Parlamento accediera a modificar la Ley Orgánica que regula la convocatoria electoral "debería haber unanimidad en todos los grupos parlamentarios. Y es muy raro que a todos los partidos les interese desconvocar una cita electoral", reflexiona la politóloga.
El temor a la propagación masiva del coronavirus y su posible réplica en que los ciudadanos gallegos opten por no ir a votar ese día ha disparado las alertas en todos los partidos políticos. Los trece vocales de la Junta Electoral Central, el organismo que vela por la legalidad de las elecciones, se reunió este miércoles en el Congreso y prácticamente descartó la opción de cancelar porque no existe ninguna disposición legal concreta que lo ampare en la legislación electoral.
El secretario general del PSOE gallego, Santiago Caballero, mostró su escepticismo solo al escuchar la idea de cancelar las elecciones y recordó que en España se celebraron elecciones generales tres días después del 11M y que País Vasco también ha concurrido a las urnas durante muchos años "con la amenaza de una banda terrorista".
Acuerdo casi imposible
El politólogo Pablo Simón se muestra más abierto a "forzar la ley si la situación sigue tan descontrolada" para que se cancele las dos citas electorales. "Si hay acuerdo entre todos los partidos se puede reformar y retrasar", cuenta a EL ESPAÑOL. "Lo delicado es poner a todos de acuerdo, pero no es imposible", alienta. Este es el único resquicio que existiría para poder evitar que los vascos y los gallegos acudan a las urnas el 5 de abril. "Ni siquiera proclamando el estado de emergencia se alterarían los derechos fundamentales de participación o de elección", añade.
En el caso de que sea imposible cancelar las elecciones, Simón reflexiona que "se puede preparar la papeleta en casa e ir al colegio electoral solo a depositar el voto en la urna". Por su parte, Fumanal recuerda la "altísima volatilidad" del voto de los españoles ante unas elecciones en las que no habrá campaña electoral con grandes mítines. "Los partidos tendrán que suplir con organización lo que no van a tener mediáticamente a través de los típicos mítines", recomienda la politóloga. Simón se muestra más optimista y dice que "una abstención alta no necesariamente perjudica a quien esté en el Gobierno, no es una regla matemática".
Voto por correo
Fumanal prevé que el 5 de abril acudirá a votar "aquellos electores que consideren trascendental ir a las urnas: simpatizantes, militantes y votantes que se identifican mucho con un partido determinado y al que tradicionalmente han votado". La politóloga recomienda a las formaciones políticas "hacer un análisis generacional de sus votantes" y prevé que "aquellos que retengan a los votantes más envejecidos pueden tener más dificultades para convencerles de lo importante que es ir a votar: si la población de riesgo son los más mayores no saldrán de casa, tampoco para ir a votar".
El votante más fiel del Partido Popular es precisamente la población más mayor, la más señalada por el efecto del coronavirus. "Deberían hacer un esfuerzo por activar el voto por correo. Pero, sobre todo, que tengan en cuenta que los ciudadanos van a primar su salud a su derecho democrático de votar", concluye Fumanal.