Al Gobierno de la Región de Murcia le estalló en la cara la crisis medioambiental del Mar Menor, justo en la víspera de las pasadas elecciones generales, y todo apunta a que el jefe del Ejecutivo murciano, Fernando López Miras, ha aprendido la lección porque en la gestión de la pandemia del coronavirus se está adelantando al presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez. Prueba de ello es que el pasado 13 de marzo emitió una orden que estableció el confinamiento de todos los municipios del litoral -donde residen 500.000 habitantes- tres días antes de que entrase el vigor el estado de alarma.
Ahora el presidente murciano se ha convertido en la punta de lanza de un grupo de comunidades autónomas de varios signos políticos que exigen al Ejecutivo central que endurezca el confinamiento con nuevas restricciones del estado de alarma. “En la videoconferencia con Pedro Sánchez le pidieron que diera un paso más en las medidas restrictivas: Andalucía (PP y Cs), Castilla y León (PP y Cs), Castilla-La Mancha (PSOE), Cataluña (ERC, JxCat, PeDECAT y CNR) y Canarias (PSOE, Nueva Canarias, Podemos y Agrupación Socialista Gomera)”, enumera López Miras en conversación con EL ESPAÑOL.
-¿Por qué defiende usted que es necesario endurecer el estado de alarma?
- Este fin de semana, antes de la conferencia con el presidente Sánchez, el consejero de Salud de Murcia me dijo muy preocupado que la única manera de intentar frenar la propagación de la pandemia y de intentar evitar el máximo número posible de muertes es un mayor confinamiento de la población que solo se puede conseguir a través del cese de actividades no esenciales que se están desarrollando en la Región y en el resto de España. Creo que ahora mismo no es necesario que varios operarios se metan juntos en el hangar de un astillero a construir un barco, ni la construcción es un bien fundamental para la subsistencia de la población y tampoco tiene que haber empleados trabajando en invernaderos en la flor cortada porque las floristerías estás cerradas. No pasa nada si estas actividades cierran durante quince días.
El listado de empresas
El listado de empresas que deben bajar la persiana, según propone López Miras, va desde las carpinterías y cristalerías, al sector de la construcción y la cosmética, la floricultura, la fabricación de alfombras y confección de prendas de vestir, las industrias extractivas, los astilleros privados, el comercio al por mayor de textiles, calzado, porcelana, muebles...
El Gobierno regional, amparado por un informe de los Servicios de Epidemiología, tiene redactada una orden con la lista de actividades económicas a cuyos empleados quiere enviar a sus casas, pero el mando único no le ha autorizado a ejecutar los cierres de las empresas que están en la diana de la Comunidad Autónoma por el riesgo que a su juicio entraña su actividad para la salud pública.
-¿Usted sigue insistiendo en que el mando único le tiene que autorizar a ampliar los cierres?
-Cada mañana salen muchos trabajadores de sus casas, saltándose el confinamiento y arriesgando sus vidas para desarrollar una actividad que ahora mismo no es esencial. Si no se ejecuta será un grave error por parte del Gobierno central porque seguro que tendrá consecuencias para todos.
El discurso reivindicativo de Fernando López Miras no solo está haciendo público el sentir de los presidentes de varias comunidades, sino que está calando entre los barones autonómicos del PP. Prueba de ello es el respaldo que ha recibido del presidente del Partido Popular, Pablo Casado, quien ha asegurado este lunes literalmente que “prefiero que pequemos en exceso”.
Tirando del refranero popular, sacar los pies del tiesto, también le está permitiendo a López Miras ganar enteros entre los populares murcianos para enterrar dos lastres que le impiden tener tirón entre el cien por cien de la militancia. El primero se debe a que llegó a la presidencia de la Comunidad Autónoma en abril de 2017, en mitad de la anterior legislatura, elegido a propuesta del entonces presidente, Pedro Antonio Sánchez, cuando este se vio obligado a dimitir acorralado por los casos de corrupción. Y ese ascenso a dedo nunca ha jugado a su favor a nivel orgánico.
En segundo lugar, tras la era Ramón Luis Valcárcel y el fugaz paso de Pedro Antonio Sánchez, el popular Fernando López Miras dilapidó la hegemonía del PP de los últimos 28 años al convertirse en las pasadas elecciones autonómicas en el primer candidato que perdía unos comicios ante el Partido Socialista de Diego Conesa. Esos dos factores lastran la proyección política de Fernando López Miras (Lorca, 1983), un millennial experto en economía y licenciado en Derecho, al que le gusta la cultura indie, y que aterrizó en el Partido Popular siendo un adolescente.
-¿Qué le diría a aquellos que piensan que usted está haciendo política con la pandemia?
-Este Gobierno regional ha dejado la política a un lado durante esta crisis. Y creo que todos debemos dejarla a un lado. La semana pasada me alababan por mi apoyo y mi lealtad al Gobierno de España y tengo la misma colaboración que he mostrado desde un primer momento, pero yo tengo que guiar todas las decisiones de mi gobierno en función de lo que me digan las autoridades sanitarias. Y lo que me han transmitido es que para evitar el mayor número posible de contagios y de muertes es necesario dar un paso más en esas medidas de confinamiento y cesar actividades no esenciales. Lo que no tendría sentido es que hubiese estado dos semanas acatando a rajatabla sus recomendaciones y ahora no lo haga. No es una cuestión política; esto es una cuestión sanitaria y científica.
Murcia quiere autoabastecerse de material sanitario
La negativa que ha recibido el presidente del Ejecutivo murciano desde el Gobierno de España impidiéndole cerrar más actividades económicas no ha rebajado su discurso reivindicativo con la gestión de la panemia del coronavirus porque López Miras recuerda al Ministerio de Sanidad que están esperando material sanitario: “Este lunes todavía no ha llegado a la Región ni un solo de test rápido de COVID-19, de las 10.000 mascarillas que esperábamos solo hemos recibido 5.000 y también hacen falta cien respiradores, 18.000 botas especiales de protección y 3.000 cajas de guantes”.
-¿Qué opina de la gestión que está haciendo del material sanitario el mando único?
-El tema del material sanitario es urgente y es un drama para todas las comunidades autónomas, yo sé que no es cuestión de voluntad ni de capacidad, ni del Gobierno en su conjunto ni del Ministerio de Sanidad en concreto, la intención es la mejor, y aunque comparto la idea de un mando único para proveer de material sanitario, pero se ha demostrado que el mando único no es eficaz y no hay herramientas suficientes en el Ministerio para poder hacerlo.
-¿Entonces usted me está sugiriendo que está a favor del autoabastecimiento de material sanitario por parte de las comunidades autónomas?
- Creo que mientras no se establezca un sistema eficaz se debe permitir a las comunidades autónomas que adquieran materiales porque de lo contrario no se ganará esta batalla.
-¿Piensa emprender nuevas medidas desde el Ejecutivo murciano para paliar la situación económica, social y sanitaria?
- El estado de alarma no deja demasiado margen de maniobra a los gobiernos autonómicos, pero en el próximo Consejo de Gobierno vamos a aprobar la exención del pago de todas las tasas de los procesos administrativos mientras se prolongue el estado de alarma.
-¿Qué opina de la petición publica que ha formulado Miguel Ángel Revilla, presidente de Cantabria, para que don Juan Carlos I entregue los millones saudíes a la lucha contra el coronavirus y la recesión económica que se avecina?
- Estamos en un momento en el que no nos podemos permitir frivolidades ni populismos: los responsables públicos tenemos que centrar todos nuestros esfuerzos en tomar las medidas necesiarias por duras que sean para frenar esta pandemia y perder al mínimo número posible de compatriotras.
Más de 300 multas en la costa
La otra gran medida que ha tomado hasta ahora por su cuenta el Gobierno regional ha sido la orden de confinamiento de la costa murciana, que emitió el viernes 13 de marzo, y que afectó a medio millón de habitantes distribuidos por San Pedro del Pinatar, San Javier, Los Alcázares, Cartagena, La Unión, Mazarrón y Águilas. La decisión se adoptó ante la llegada masiva de ciudadanos procedentes principalmente de Madrid, así como del País Vasco, con la intención de burlar la pandemia pasando unos días de sol y playa en hoteles y segundas residencias.
El anuncio fue un cataclismo para los madrileños que en masa habían tomado posiciones en La Manga. “En un hotel había 600 turistas de Madrid y estaban asustados porque se pensaban que no podrían salir de la Región tras el anuncio de la orden autonómica”, comentan fuentes de las Fuerzas de Seguridad. “Tras el decreto de López Miras no paraban de salir coches de La Manga”, aseguran.
El sábado 14 de marzo, el domingo 15 y el lunes 16 se produjo un éxodo de vehículos para regresar a la capital de España. El municipio de Águilas fue otro de los puntos del litoral murciano donde el Ayuntamiento dio la voz de alarma por la llegada de muchos madrileños dispuestos a pasar el confinamiento en sus residencias de verano de Calabardina. Desde el Consistorio aseguran que el decreto no tuvo el mismo efecto disuasorio que en La Manga: “No se percibió movimiento de ciudadanos que se marchasen”.
Cuando entró en vigor el estado de alarma se convirtió en papel mojado el decreto autonómico de confinamiento. Desde entonces solo en San Javier, Los Alcázares y Mazarrón, las Fuerzas de Seguridad han multado a más de 300 personas por infringir el confinamiento. El encabezamiento de las sanciones siempre suele ser el mismo: "Desobedecer los mandatos de la autoridad". Los agentes añaden una aclaración entre paréntisis: "Transitar por la vía pública incumpliendo el artículo 7 del decreto del estado de alarma".
El importe de las multas, según la ley de Protección de la Seguridad Ciudadana, puede oscilar entre 600 y 3.000 euros, pero los agentes consultados por El Español coinciden en asegurar que se está tirando por la parte baja de la horquilla: 600 euros. En San Javier se ha sancionado a vecinos por ser pillados en la vía pública cuando iban caminando plácidamente hacia la casa de un amigo a pedirle tabaco.
Incluso se sancionó a varias personas por participar en una fiesta organizada en un piso particular. La celebración fue denunciada por los vecinos de la comunidad por el riesgo de propagación del coronavirus que entrañaba para el resto de residentes.
Fumando 'petas' en Los Alcázares
A 77 kilómetros de distancia, en el municipio costero de Mazarrón se multó a dos hermanos tras ser sorprendidos practicando surf en la playa del Puerto. También se ha sancionado a vecinos que han ofrecido excusas vanas en los controles tras infringir el confinamiento alegando que iban a comprar productos de limpieza para el hogar cuando en la zona no solo no había supermercados sino que además se encontraban a kilómetros de distancia de sus domicilios particulares.
También se ha tenido conocimiento de que durante el puente de San José muchas familias de Madrid y de otros municipios de la Región, como Totana, Alhama de Murcia o Alcantarilla, se han desplazado en varios coches para no despertar sospechas a sus residencias de verano en el Puerto, Bahía y El Alamillo.
En Los Alcázares la labor de la Guardia Civil y la Policía Local ha destapado la conducta incívica e insolidaria de vecinos que han sido cazados haciendo deporte, de tertulia en parques y jardines, incluso fumando hachís y consumiendo litronas. Además se ha multado a parejas por ir de la mano a hacer la compra al supermercado. En los controles a vehículos han sido interceptados varios coches en los que viajaban dos o tres personas, lo que una vez más vuelve a demostrar que la población sigue sin interiorizar algunas de las restricciones del estado de alarma.
Los agentes en ocasiones tienen que hacer pedagogía con la población marroquí porque se amontona en las tiendas alcazareñas sin respetar la distancia de seguridad para adquirir productos.
La presencia de madrileños en el municipio se ha reducido en algunos puntos, como la calle Mar Adriático, donde es habitual que los ciudadanos de la capital de España disfruten del verano en su segunda residencia. Sin embargo, el éxodo que provocó primero el decreto autonómico de confinamiento costero y después el estado de alarma, no ha tranquilizado a los alcazareños después de que trascendiera que en la urbanización Villas de Madrid 1 y 2 tenía su piso el anciano diagnosticado de coronavirus que viajó en tren a Los Alcázares, junto a su esposa.