- Atrás, atrás. No te muevas. Dime desde ahí qué quieres.
Lo ordena, muy concienciado, uno de los agentes de la Policía Municipal de Sabadell que custodia el acceso al nuevo (y polémico) hospital de campaña de Sabadell. Hoy no están previstas visitas de los medios; tienen que concertarse previamente con el Ayuntamiento. El hospital provisional va a ser uno de los espacios más importantes de la ciudad en los próximos días y el control es total. Las pistas cubiertas de atletismo se han convertido en pocos días es un espacio destinado a albergar a los enfermos de Covid-19. Se podría decir que lo han hecho en un tiempo récord, pero nada más lejos de la realidad. Se ha perdido un tiempo precioso por una cuestión estética e ideológica.
Por fin se han montado las estructuras para que empiece a funcionar en pocos días el hospital provisional. Decenas de militares trabajaban durante todo el viernes a marchas forzadas para acabar de acondicionar el espacio. Antes tuvieron que desandar el camino. Las instalaciones ya estaban parcialmente montadas el jueves, pero a alguien de la Generalitat le pareció que su diseño era “demasiado militar”. Desmontar y vuelta a empezar, a pesar de los ruegos desesperados de la alcaldesa Marta Farrés.
“Se ha perdido un día”
“Se ha perdido un día y eso siempre es importante. Más en la siuación en la que estamos” cuenta a EL ESPAÑOL uno de los sanitarios del Hospital Taulí de Sabadell, el centro de referencia en la ciudad y uno de los más saturados de Cataluña por la pandemia de Sars-cov-2. Las instalaciones se han quedado pequeñas dados los casi 500 casos de contagiados, y ya se ha habilitado el Verdi, uno de los hoteles más conocidos de la ciudad, para albergar a medio centenar de pacientes más. Sabadell tiene, a día 3 de abril, 154 muertos por coronavirus. La situación es crítica, próxima al colapso, pero a la hora de habilitar el nuevo hospital de campaña, han prevalecido criterios que no tienen nada que ver con los sanitarios.
Los militares de la UME empezaron a montar el hospital de campaña el pasado 31 de marzo. Dispusieron tiendas de campaña de color verde caqui, dentro de las cuales se colocaban 4 camas en cada una de ellas. Pero al día siguiente llegaron órdenes directas desde el Servei Català de Salut (Catsalut) de que el diseño del hospital eventual era demasiado corporativo. No gustaba la estética militar. Exigían, desde la Generalitat, un diseño con paneles desmontables, sin tiendas y, sobre todo, de otro color.
“Estaba todo en marcha pero vino una responsable de la Generalitat que decidió que se parase. Como alcaldesa de Sabadell yo lo que digo es que me da igual que haya tiendas y paneles. Pero que se aclaren, porque nosotros hemos corrido mucho como Ayuntamiento, tenemos aquí al ejército, pendiente de que llegue el nuevo material. Pero lo que no puede ser en ningún caso es una demora en el calendario. Es una situación de extrema emergencia y un cambio de criterios no puede suponer que se alarguen los plazos”, rogaba la alcaldesa Marta Farrés (PSC).
El caso, en los tribunales
El caso ya está en los juzgados El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) informó de que han recibido una denuncia de un particular para que se ejecuten las acciones penales pertinentes contra la persona que dio la orden de paralizar. Un abogado barcelonés ha demandado directamente a Quim Torra y a la consellera de Salut Alba Vergés por “un presunto delito de homicidio y otros que se deriven”. En las próximas 48 horas esperan recibir las pruebas pertinentes para aceptar la denuncia a trámite o archivarla.
Entretanto, en las pistas de atletismo se sigue trabajando a contrarreloj para, según informan a EL ESPAÑOL fuentes próximas al hospital, “abrir en torno al 11 de abril”. Es decir, que tampoco estará funcionando de forma inminente, a pesar de que la cifra de contagiados y fallecidos en Sabadell hace que los tiempos precisen cada vez de una mayor celeridad. En Crónica Global informábamos el día 1 de abril que la previsión pasaba por abrir el 10 de abril. Tres días después estamos en el 11. Las 24 horas perdidas en montar un hospital por su estética, en un contexto de pandemia donde en un día mueren centenares de personas.
Pequeño Ifema
El nuevo hospital, el ‘pequeño Ifema’ de Sabadell, ya tiene sus nuevas paredes. Son paneles de fórmica de color blanco, para alivio de los caquifóbicos o alérgicos al verde militar. Estará destinado a los enfermos leves, por lo que no dispondrá de unidad UCI. Se ubicarán en estas instalaciones entre 210 y 240 camillas, frente a las primeras previsiones que hablaban de 280. Estarán repartidas en unidades de 14 camas, algo que también llama la atención: una de las críticas recibidas por el diseño del hospital inicial de estética militar, es que en cada tienda de campaña se preveía colocar 4 camas, lo que podría estar incumpliendo normas de distancia de seguridad. Ahora juntarán 14 camillas en un mismo espacio.
El nuevo diseño tiene, sin embargo, sus defensores dentro del personal sanitario. Aunque son muchos los que han levantado la voz para protestar por el cambio de planes y pedían a los políticos catalanes “que se dejasen de ideologías hasta que pase la pandemia”, lo cierto es que algunos profesionales de la salud consultados por EL ESPAÑOL creen que “este nuevo diseño es más práctico. Las tiendas son prácticas al aire libre, dentro de un edificio no tienen sentido. Así ganamos en accesibilidad y comodidad. Tienen que pasar camillas, mover oxígeno, tomas de aire...”
En cualquier caso, el personal del hospital de Sabadell afirma que los soldados llegados desde Salamanca trabajan sin descanso, que la relación con ellos está siendo muy buena y especialmente con el Capitán López, que es el militar al mando de la operación. “Aquí hay gente de todas las ideologías y todo el mundo está contento con que vengan a ayudar, no hay ningún problema”.
Indepes aplauden al ejército
Algo está cambiando en la relación Cataluña-Ejército desde que se declaró la pandemia. Hasta unos extremos inimaginables hace solamente un mes: las CUP de Sant Cugat, que forman coalición de gobierno, pidieron formalmente ayuda al ejército, desatando un torrente de críticas entre el independentismo más recalcitrante en redes. Otros municipios como Mollet, Arenys de Mar, Santa Coloma o Sant Joan de Vilatorrada han recibido la ayuda de los soldados de la UME para desinfectar las residencias.
Especialmente llamativo es este último caso. Sant Joan de Vilatorrada es un pueblo ubicado en la comarca del Bages, cerca de Manresa, uno de los bastiones del independentismo de la Cataluña central. A ese municipio acudió el ejército la mañana del viernes y se marcharon entre vítores y aplausos de los vecinos asomados a ventanas y balcones. Los soldados correspondían a la ovación saludando. Una escena impensable en época de lazos amarillos.
Hasta Torra, que empezó la pandemia sembrando bulos contra el gobierno español desde la BBC y bloqueando la desinfección de residencias por parte de militares, ha suavizado su postura. “Si nos puede ayudar el Ejército español, como si nos puede ayudar cualquier médico, yo estaré agradecido. Si es para hacer un trabajo útil y humanitario, no hay ningún problema", declaraba el presidente. Lejos quedan aquellos tiempos de su conseller Miquel Buch desaconsejando la llegada de lo militares: “Desplegar al ejército es del todo innecesario” o de la consellera Alba Vergés asegurando que el brote catalán del virus era distinto al del resto de España.
A pesar de su escorzo, Torra puede verse obligado a responder ante la justicia si la denuncia que le ha impuesto un abogado barcelonés por homicidio prospera y se admite a trámite. Mientras, los soldados llegados desde Salamanca trabajan sin cesar. Han tenido que montar, desmontar y volver a montar, pero lo hacen sin queja. Han recalculado tiempos y el hospital de campaña estará listo el 11 de abril. De momento van 154 muertos en Sabadell y los criterios estéticos con carga ideológica han hecho que se pierda un tiempo muy valioso. El hospital ya no va de verde militar, pero sí las personas que lo montan. Y las 24 horas perdidas no las podrán recuperar.