Santiago Lanzuela, el sexto presidente democrático de Aragón, por el PP, y que ha fallecido este jueves a causa del coronavirus, según han explicado a Efe fuentes del PP, se confesaba un hombre austero, y así eran sus políticas, que solo pudo desarrollar una legislatura, puesto que un pacto inédito entre el Partido Aragonés y el PSOE le hurtó la opción de haber sido el primer presidente aragonés en revalidar un Gobierno.
Lanzuela sufrió un grave episodio de ictus cerebral el 26 de agosto de 2019 y estuvo varios días ingresado en un hospital de Madrid, pero había logrado recuperarse, siquiera parcialmente, de este trance. Pero no ha podido superar el COVID-19 que le mantenía ingresado desde hace diecinueve días, según ha confirmado su propio hijo en Twitter.
Lanzuela (Cella, Teruel, 1948) fue presidente del Gobierno de Aragón, el sexto de la democracia, en la IV Legislatura, tras ganar las elecciones de la primavera de 1995 y gracias a un acuerdo con el PAR, y también fue máximo dirigente del Partido Popular en la Comunidad entre 1993 y 2001.
Un pacto inédito que quiso hacer suyo demostrando su compromiso con la plena autonomía y con la consecución, bien dotadas, de las competencias pendientes. Pero la legislatura no estuvo exenta de tiranteces entre los socios, ya que el PAR siempre le exigió más.
Licenciado en Ciencias Económicas y Comerciales, antes había ocupado la consejería de Economía y Hacienda, entre julio de 1991 y septiembre de 1993, en otro gobierno de coalición con los aragonesistas que en ese caso encabezó el también desaparecido Emilio Eiroa, del PAR.
La austeridad marcó la gestión de su Gobierno, al que Lanzuela llegó con el mantra de frenar el gasto público y tras lograr haber concitado en la campaña electoral la ilusión de parte de los aragoneses tras la convulsa legislatura del socialista José Marco, envuelto en turbios asuntos de espionaje, fraude fiscal y corrupción y que fue finalmente condenado.
Catástrofe de 'Las Nieves'
Pero fue la catástrofe del cámping Las Nieves de Biescas (Huesca), en agosto de 1996, el trago más amargo que tuvo que beber como presidente aragonés, con 87 víctimas mortales y 183 heridos, que meses después aseguró que le causó un dolor que iba a permanecer siempre en su memoria, así como la solidaridad con la que reaccionaron todos los aragoneses.
Aznarista convencido, a Lanzuela se le achacó desde la oposición una posición casi sumisa ante el Gobierno de Madrid. Cíclicamente se le recordaba la frase, para algunos desafortunada, con la que cerró su segunda intervención en el debate sobre el Estado de las Autonomías que se celebró en el Senado en marzo 1997: "Mi posibilidad es pequeña, y tú, presidente, lo sabes, pero la de mi Comunidad en su conjunto es grande, siempre ha jugado un papel importante en el proyecto general de España. Si quieres, ahí nos tienes, utilízanos".
El PAR le impidió revalidar un gobierno
Las elecciones siguientes, las de mayo de 1999, las volvió a ganar Lanzuela, pero un pacto entre el PSOE y el PAR, que entonces se consideró contranatura y que luego se reveló como el más longevo de la historia de Aragón, le arrebató la posibilidad de ser el primer presidente aragonés en revalidar el cargo.
Entonces fue nombrado senador por designación autonómica y en la Cámara Alta ocupó la presidencia de la Comisión de Economía y Hacienda, hasta el año 2000, cuando fue elegido diputado en el Congreso por Teruel, escaño que revalidó en las elecciones de 2004, 2008 y 2011.
Lanzuela había tomado la decisión de sustituir la política autonómica por la nacional y el 18 de enero de 2001 presentó su dimisión como presidente del partido en Aragón, decisión que ya había tomado meses atrás y que negó que se tratara de una "huida hacia delante" en un momento especialmente complicado para los populares aragoneses.
Pocos meses antes el PP de José María Aznar había presentado un Plan Hidrológico Nacional que incluía un trasvase de mil hectómetros cúbicos al Levante y que fue duramente contestado en la comunidad.
Ya plena y cómodamente instalado en la política nacional, en julio de 2014 renunció a su escaño en el Congreso para formar parte del Consejo de Administración de Red Eléctrica Española, una decisión controvertida que generó críticas por suponer este fichaje, según sus detractores, un flagrante ejemplo de "puerta giratoria".
Turolense de pro, casado y con dos hijos, Lanzuela impulsó la creación de la Fundación Santa María de Albarracín, durante su mandato se iniciaron las obras de la Autovía Mudéjar y puso la semilla de un plan para las cuencas mineras.
Se confesaba amante de la lectura y del deporte, especialmente del baloncesto, y de viajar con su familia, aunque su lugar preferido era su pueblo, Cella, un pequeño municipio ubicado a 23 kilómetros de Teruel. De Aragón amaba su legado histórico y la iniciativa de sus gentes.