La escasez de mascarillas está provocando en muchos puntos de España que los agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil se tengan que proveer de material como puedan para desempeñar su trabajo con todas las precauciones posibles frente al coronavirus.
Por ese motivo, hay agentes que están aceptando las donaciones de mascarillas que llegan a comisarías y cuarteles remitidas por distintas empresas, que las fabrican de forma desinteresada. Pese a ello, los mandos las están empezando a prohibir.
El jueves, en La Línea de la Concepción, Cádiz, el Comité Local del Sindicato Unificado de la Policía (SUP) procedió a repartir algunas de las 300 pantallas faciales donadas por la empresa sevillana Serilasercolor, compañía ubicada en el municipio de El Cuervo. Garantizaron que después de distribuirlas, a lo largo de esta semana y la semana que viene, las seguirán repartiendo entre los diferentes turnos y grupos para que "ningún policía de esta comisaría quede desprotegido".
Sin embargo, este viernes, una orden del Comisario Provincial informaba a los agentes que quedaba prohibido el uso de ese material al no estar convenientemente homologado.
Además del reparto de esa donación, en la comisaría se ha paralizado también la distribución de otro lote de 300 mascarillas, obsequio de una empresa del Puerto de Santa María. "Como tampoco están homologadas no autorizan a que se repartan en la comisaría".
"Indignación tremenda"
"Hay una indignación tremenda", explican agentes de esa comisaría a EL ESPAÑOL. "¿Habrá que ver si están homologadas también las mascarillas que nos ha donado los chinos? ¿Y las que han dado las empresas privadas durante esta emergencia nacional? Ya que nos ponemos en plan estricto...".
La Línea de la Concepción ha sido un punto caliente en los últimos años. Ha sido un centro neurálgico convertido por distintos clanes de narcotraficantes en una de las puertas de entrada más importantes del hachís en Europa. Ni siquiera en pleno estado de alarma han cesado los alijos de droga.
Las fuerzas policiales no descansan allí en las últimas semanas. Las imágenes de múltiples lanchas navegando junto a la costa de Algeciras son la constatación de que quienes introducen el hachís a través de las playas no han cesado en sus actividades. Y eso convierte la labor de los agentes en algo todavía más arriesgado.
Esta misma semana, los representantes del SUP se reunieron por videoconferencia con los grupos parlamentarios del PSOE, PP, Vox y Ciudadanos para dar cuenta a cada uno de ellos, precisamente, de la situación que se vive en la Policía Nacional a raíz de la crisis del Covid-19.
En esa pequeña asamblea, los representantes policiales acercaron a los parlamentarios sus preocupaciones, que pasan sobre todo por un mayor y más ágil acceso a los test de diagnóstico, la compra y distribución de equipos de protección suficientes y de calidad (mascarillas, guantes, gafas, buzos y gel desinfectante) y la consideración como colectivo de alto riesgo con medidas laborales de protección de la conciliación y el teletrabajo como barreras de protección frente al contagio.
Escasez de material
Pese a estas circunstancias, avisan fuentes policiales de la zona del Campo de Gibraltar, el material de protección sigue escaseando. Hasta ahora la mayor parte de los lotes sanitarios en su poder los han conseguido por su cuenta. Muchos han tenido que buscarse la vida para poder salir protegidos a patrullar las calles y a garantizar el cumplimiento del real decreto del estado de alarma, así como el confinamiento de los ciudadanos.
Hace varias semanas, a mediados de marzo, agentes de la Jefatura de la Policía Local del municipio tuvieron que contactar por teléfono con un bazar chino local. Realizaron un pedido de difusores para poder llevar a cabo las tareas de desinfección.
Cuando acudieron a recoger la compra al establecimiento, el dueño del local no les quiso cobrar. También les regaló todas las existencias de guantes, mascarillas y gel desinfectante que tenía guardadas en la tienda.