El escritor y periodista vasco José María Calleja (León, 1955) ha muerto en Madrid a causa del coronavirus a los 64 años. El informador ingresó el pasado 29 de marzo en el hospital con la enfermedad y no pudo superarla, tras más de un mes luchando contra el Covid-19. Se fue demasiado pronto, como muchos de los que se está llevando la pandemia.
Calleja, un gran defensor de la libertad de prensa y de los derechos civiles, nos ha dejado en un momento en el que muchas voces advierten de un retroceso de estas libertades en tiempos de pandemia. Sin duda una gran paradoja.
Tampoco es casualidad que su fallecimiento haya generado un clamor unánime de todas las formaciones políticas lamentado su partida. Calleja fue un periodista con mayúsculas y así lo han reconocido incluso quienes estaban en las antípodas de su ideología.
"Siento mucho el fallecimiento de José María Calleja por culpa del coronavirus. Era un apasionado de la información libre y de la literatura, al que los terroristas de ETA tuvieron en su diana por defender la libertad de todos. Mi sentido pésame y un afectuoso abrazo a su familia", ha indicado Pablo Casado, líder del PP.
"Periodista excepcional, hombre extraordinario. Una persona valiente que alzó su voz contra el terrorismo en los años más duros y defendió por encima de todo la libertad y la democracia. Te vamos a echar mucho de menos", ha dicho el presidente de Gobierno Pedro Sánchez.
Amenazado por ETA
"Conocí a José María Calleja en Las Mañanas de Cuatro cuando las presentaba Jesús Cintora. Siempre me saludaba, irónico, diciéndome “compañero del metal”. Nunca olvidaré las risas (y los cigarros) en la pausa para la publi. Era un buen tipo. Hasta siempre, compañero del metal", ha revelado Pablo Iglesias.
También quiso recordarle Inés Arrimadas."El coronavirus también se lleva la vida de José María Calleja, periodista muy respetado y una de las voces más valientes durante décadas frente al terrorismo de ETA. Mis condolencias a su familia, amigos y compañeros de los medios de comunicación. DEP.".
Y es que hablar de José María Calleja es hablar de libre expresión, pero sobre todo de ejercer esta libertad sin miedos en momentos adversos. Él vivió en primera persona la defensa del periodismo -desde la palabra, la denuncia y los argumentos- enfrentándose sin miedos a ETA.
Durante casi dos décadas recibió amenazas de la banda terrorista y desde 1995 hasta el fin de su existencia tuvo que ir acompañado de escoltas como decenas de informadores en nuestro país. Tras su paso por EFE, estuvo trabajando durante siete años en la Euskal Telebista (ETB) en unas condiciones muy complicadas. Eran los duros años ochenta cuando se produjeron buena parte de los atentados más terribles de la banda terrorista.
Calleja era uno de esos informadores que no tenía miedo a reconocer sus inclinaciones políticas ni a defender sus creencias y sus convicciones. Pero no engañaba a nadie, iba de frente y no ocultaba su simpatía por la izquierda más tradicional y cercana al PSOE.
Tertuliano de éxito
Una simpatía que le llevó a defender sus puntos de vista con la vehemencia que le caracterizó siempre, incluso enfrentándose a sus propios compañeros periodistas. En el recuerdo de muchos está cuando criticó duramente la cobertura que realizó el diario El Mundo y Pedro J. Ramírez del caso GAL.
Y lo hizo del lado del socialismo de aquella época que protegía al Gobierno de Felipe González, anteponiendo su cercanía ideológica a la investigación informativa.
En los últimos veinte años se hizo un nombre como tertuliano de referencia de medios como Antena 3 y Cuatro, las emisoras como la Cadena SER y Onda Cero, y en la Agencia Colpisa, entre otros. Fue uno de esos primeros tertulianos en los albores del debate político y fue director y presentador de El Debate de CNN+, uno de los precursores de este formato televisivo.
Un periodista y un hombre 'duro de pelar' que logró el respeto de todos, pero que no pudo resistir el coronavirus. Nunca tuvo demasiadas complicaciones de salud, pero el Covid-19 le atrapó y ya no le dejó escapar.
Uno de los más de los 21.282 muertos por esta pandemia en España. Nadie es más importante que otro, pero sin duda Calleja se quedará en el recuerdo de todo el mundo del periodismo y la política.