El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha reiterado que no se arrepiente de las decisiones tomadas en la crisis del coronavirus y sostiene que tiene "mucha confianza" en el sistema judicial, que examina alguna de las decisiones tomadas por Madrid durante la pandemia del SARS-CoV-2.



Illa efectuó esas declaraciones al diario británico Financial Times,  en una entrevista en la que también participa el director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón.



"No me arrepiento de nada, hicimos lo que tuvimos que hacer", responde el titular de Sanidad al ser preguntado por las críticas que ha recibido su Ministerio y el Ejecutivo que dirige el socialista Pedro Sánchez, "tanto a nivel nacional como regional", según escribe este medio.



El FT también recuerda en el texto publicado este jueves que un tribunal español ha abierto un proceso para determinar si la decisión de permitir en Madrid una marcha multitudinaria el pasado 8 de marzo, con motivo del Día Internacional de la Mujer, fue constitutiva de delito.



Tanto Illa como Simón reiteran que la magnitud de la epidemia solo comenzó a ser aparente a partir del día siguiente. "Tengo mucha confianza en el sistema judicial", apostilla el ministro.

"El confinamiento funcionó"

Una semana después de la celebración de aquella marcha feminista, el Gobierno decretó el estado de alarma e impuso uno de los confinamientos "más duros del mundo", según lo califica el FT, que indica que, por ello, Illa y Simón han estado en el "centro de una enorme controversia", tanto por las medidas restrictivas como por los "eventos que llevaron" a hasta esa situación.



"El confinamiento funcionó", defiende el ministro, quien reconoce que "hemos tomado decisiones muy difíciles" y que "han sido eficaces".



Ambos creen que será inevitable, después del fin del estado de alarma el día 21 de este mes, que aparezcan nuevos rebrotes del Covid-19, pero aseguran que se contendrán más rápidamente gracias a los nuevos instrumentos legales.



En ese contexto, expone Illa, las autoridades podrán responder de una "manera mucho más quirúrgica", imponiendo cuarentenas obligatorias a grupos específicos así como restricciones sobre actividades en áreas afectadas.



"Naturalmente, si hablamos de un brote generalizado volveríamos al mecanismo de confinamiento, pero teniendo en cuenta donde estamos y cómo ha evolucionado la epidemia, no creemos que vaya a ocurrir. Sin embargo, no podemos descartarlo, obviamente", observa el ministro.

Habrá casos importados

De cara a la reanudación de los viajes internacionales, Simón advierte de que habrá casos importados, ya sea por la llegada de turistas o por la vuelta a casa de ciudadanos nacionales. "Estos casos llegarán. Lo importante es detectarlos rápidamente y gestionarlos", señala el epidemiólogo, quien se ha convertido, junto a Illa, en una de las caras más conocidas de esta crisis para millones de españoles.



Los dos afrontan también críticas por las dudas que plantean las cifras oficiales de la pandemia, cuyo recuento total está ahora "congelado" -apunta el FT- mientras se revisan las estadísticas para corregir posibles errores de cómputo cometidos al principio de la crisis.



Después de convertirse en uno de los países con "la mayor tasa de mortalidad en el mundo" -según este medio-, Simón destaca que ahora solo hay brotes dispersos en España, donde el número de reproducción (Rt) -el promedio de casos secundarios que cada infectado puede llegar a transmitir- ha estado por debajo de 1 durante semanas.



Así, precisan que la atención de las autoridades se centra ahora en identificar nuevas fuentes de infección tan rápido como sea posible, a partir de datos individuales en vez de acumulados, de manera que se pueda actuar con celeridad para aislar a los contagiados y a sus contactos.



Ahora mismo, dice Simón, en torno al 50% de todos los nuevos casos están vinculados a otras personas que han dado positivo por coronovirus anteriormente.



El objetivo, agrega, es acercarse todo lo posible al 100% mientras el país se prepara para los tres grandes retos de los próximos meses: el fin del confinamiento, la reapertura del turismo internacional el 1 de julio y la temporada de gripe en otoño.



"Si podemos identificar el origen de todos los casos, podemos asegurar que cualquier rebrote será limitado y controlado. Si no, significará que no sabemos de dónde viene la transmisión y que se nos está yendo de las manos. Todavía tenemos varias semanas para lograrlo", subraya Simón. 

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