Las paradojas del periodismo han querido que comience a escribir estas líneas sobre la corta pero prolífica historia de EL ESPAÑOL el día en el que se conoce públicamente que la Fiscalía del Tribunal Supremo ha asumido la investigación de las comisiones del AVE a La Meca, un caso que ha salpicado al Rey Emérito, Juan Carlos de Borbón.
Una información destapada en exclusiva por este periódico en julio de 2018 al revelar las grabaciones de un encuentro entre Corinna zu Sayn-Wittgenstein y el excomisario José Manuel Villarejo. En esa cita, la empresaria acusó al monarca de usarla como testaferro para ocultar patrimonio y propiedades en el extranjero. Sin duda, uno de los mayores escándalos de la historia reciente de España, contado por un diario que por esas fechas sólo tenía tres años de vida.
"Quiero construir el diario digital más importante en lengua española. Y para ello debemos tener la mejor información, pero además una solvencia económica que nos permita ser independientes de cualquier poder político, económico e institucional".
Debo reconocer que cuando Pedro J. Ramírez me confesó en una entrevista sus intenciones de poner en marcha lo que en ese momento -2 de enero de 2015- era el embrión de EL ESPAÑOL, me sonó mucho a marketing y poco a objetivo real. No dudaba de su poderío como editor ni de la calidad del equipo periodístico que pudiese conformar, pero tenía dudas respecto de la solvencia económica que podía tener cualquier cabecera en un momento de crisis generalizada del sector.
Se le veía absolutamente convencido de que quería construir algo grande, incluso más grande que Diario 16 y que El Mundo, diarios que en su momento fueron los más leídos e influyentes de España. Con una redacción de 100 personas -que a mí me pareció desorbitada- ,pero que cinco años después se mantiene casi en el mismo número, me prometió que esta vez el proyecto sería de él y que nadie podría apartarle. Un proyecto que esta vez sería 100% digital.
Pero para entender la historia del nacimiento de EL ESPAÑOL debemos remontarnos a los primeros días de noviembre de 2014, cuando Pedro J. Ramírez abandona definitivamente todos sus cargos en Unidad Editorial. Casi desde el primer momento tenía claro que debía poner en marcha un nuevo diario, pero que no podía hacerlo sin un sólido proyecto estratégico y económico.
A finales de 2014 comenzó a trabajar con Eva Fernández, que fue directora general de Unidad Editorial y posteriormente directora general de la Universidad Camilo José Cela. Junto a ellos también estuvieron María Ramírez y Eduardo Suárez.
Los cuatro conformaron el núcleo duro del equipo fundador del diario. Sin embargo, pese a sus deseos, no pudieron recorrer juntos el camino y avanzar en la creación de un nuevo medio por las limitaciones que Pedro J. tenía por contrato tras su salida de El Mundo.
Su compromiso de no competencia expiraba el 31 de diciembre de ese año, y un minuto después de que caducara el propio Pedro J. publicó sus principios fundacionales en Twitter.
¿Por qué EL ESPAÑOL? Según explicó el propio periodista, la nueva cabecera emulaba "a la que fundó Blanco White en 1810 en Londres para defender la libertad de España; a la que fundó Andrés Borrego en 1835 y publicó los artículos más memorables de Mariano José de Larra; a la que apoyaba a Antonio Maura cuando pretendía hacer "la Revolución desde arriba"; a la de Luis Bonafoux cuando propugnaba la Revolución desde abajo; a la revista España que fundó y dirigió Ortega en enero de 1915 y en homenaje a esa revista España que dirigieron luego el socialista Araquistáin y el republicano Manuel Azaña".
Pedro J. dejó claro desde el primer minuto qué quería construir con EL ESPAÑOL. "Será universal, independiente, innovador, combativo, plural, ecuánime, inteligente... será tuitero, será tuyo", dijo en referencia a la línea editorial del nuevo diario.
Pero también dejó claro qué quería desde el punto de vista del producto. "Sumaos desde el 11 de enero a EL ESPAÑOL como accionistas y suscriptores. Mandad vuestras ideas y propuestas. Hagámoslo juntos". El nuevo diario incluiría la suscripción, un tabú para la industria de los diarios digitales que en 2020 han lanzado sus primeras versiones de pago, pero que en 2015 renegaban completamente de esta estrategia.
Desde el comienzo también dejó claro que las redes sociales serían un pilar de su desarrollo, con Twiter, Facebook y Youtube como canales no sólo para difundir informaciones, sino también para estar en permanente contacto con sus lectores, suscriptores y seguidores.
La idea de Pedro J. era convertir a todos sus seguidores de Twitter -más de medio millón- en fieles prescriptores de EL ESPAÑOL. Esta iba a ser la primera piedra de lo que meses después sería la mayor campaña de crowdfunding de la historia de España y de medios de comunicación a nivel mundial. Pero eso no lo sabía todavía Pedro J. Ramírez.
Antes había que conseguir inversores y asegurarse la independencia económica. Con este objetivo, todo se aceleró a partir del 1 de enero de 2015. "Queríamos salir muy sobrecapitalizados porque Pedro tenía miedo de algún boicot económico inicial -algo que finalmente no se produjo-. Cerramos la ronda de inversión con un espectacular éxito inicial".
Eva Fernández, posterior consejera delegada de EL ESPAÑOL y actualmente directora de comunicación global de Telefónica, recuerda que las dos claves del éxito inicial ante los inversores fue el atractivo de Pedro J. Ramírez y un sólido plan de negocio que finalmente se cumplió a rajatabla. Pérdidas en el primer año de tres millones de euros, un Ebitda de 1,5 millones negativo en el segundo y Ebitda positivo ya en el tercer año.
Se decidió poner en marcha una campaña de crowdfunding con un doble objetivo: tener aún más recursos para comenzar el proyecto, garantizar su independencia y fidelizar lectores en el hábito de pagar por contenidos. La idea era tener a la vez socios, lectores, suscriptores y prescriptores -todo en uno-, en una iniciativa absolutamente pionera para la prensa no sólo en España, sino en todo el mundo.
Como recuerda Javier Cremades, que además fue el primer secretario del Consejo de Administración de EL ESPAÑOL, "fue una época llena de ilusión. Pedro J. supo asumir los consejos que le dimos y escuchar todas las sugerencias para construir un proyecto totalmente disruptor. El tema del crowdfunding demostró que mucha gente quería participar de la construcción de un nuevo diario y de hacerlo junto a él".
"Creo que el éxito del crowdfunding fue que Pedro J. se involucró personalmente desde el primer minuto, haciendo gran publicidad en redes sociales, pero además anunciando que ponía toda su indemnización de Unidad Editorial -cinco millones de euros íntegros- al servicio de la capitalización del proyecto. La gente vio que él era el primero en arriesgar su dinero y muchos comenzaron a entrar", explica Cremades.
Pero no sería hasta el 24 de febrero de 2015 cuando se dispararían los inversores en el micromecenazgo de EL ESPAÑOL. Pedro J. Ramírez asistió al Foro de la Nueva Comunicación donde presentó en sociedad los detalles del proyecto, congregando a todo el sector de la prensa y a un importante contingente político. Nuevamente hizo gala de su poder de persuasión, consiguiendo generar gran expectación.
¿Resultado? Al presentarse en este Foro EL ESPAÑOL contaba con 1,8 millones de euros de recaudación por crowdfunding y 3.110 accionistas. Un mes después, cuando se cerró la campaña, estas cifras se duplicaron con una recaudación final de 3,6 millones y rozando los 5.700 socios.
El primer objetivo estaba cumplido: 18 millones de euros de capitalización del diario, con tres pilares de financiación: la indemnización de Pedro J. Ramírez, el crowdfunding y los recursos de inversores particulares. Pero con el respiro financiero, venía la etapa más dura: la puesta en marcha de una redacción y de un producto periodístico.
Un proceso muy complejo. "Llegaron hasta 6.000 currículos para incorporarse a todas las áreas del periódico. En aquel momento ninguna empresa del sector de medios creaba empleo, eso y el atractivo del proyecto convirtió el proceso de selección en una tarea extraordinariamente laboriosa", afirma Mamen Vázquez, actual Directora General.
Y llegó la primera gran exclusiva. Antes, incluso, de que naciera oficialmente EL ESPAÑOL. En el blog del diario se publicó una larga entrevista con la doctora Elisa Pinto, en la que denunció el acoso y las agresiones de Javier López Madrid, yerno del empresario Juan-Miguel Villar Mir, con la complicidad de miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado.
Esta entrevista puso al diario en el mapa periodístico y dio pistas de lo que estaba por venir. Para esa fecha, el periódico ya tenía redacción en el mismo edificio actual, Avenida de Burgos 16, y estaba en plena búsqueda de su equipo de periodistas.
"Fundar un periódico es lo más maravilloso que puede hacer un ser humano", me dijo Pedro J. en marzo de 2015. No viví el renacimiento de Diario 16 ni la creación de El Mundo, pero el alumbramiento de EL ESPAÑOL fue tan complicado como ilusionante", dice María Peral, periodista histórica de El Mundo, miembro del equipo fundador de EL ESPAÑOL y actualmente adjunta al director y responsable de Tribunales.
"No había suficientes horas al día para entrevistar a los futuros redactores, concretar el diseño de la web, lidiar con la tecnología, pensar productos para los suscriptores, debatir los principios editoriales, adelantar la preparación de contenidos... Pedro J estuvo en todo eso -incluida la elección del color de la redacción o la singular altura de las mesas- y a ello sumó las obligaciones propias de quien es, por primera vez en uno de sus proyectos, accionista mayoritario".
En cualquier caso, hasta su primera Junta General de Accionistas, el 27 de junio de 2015, no se volvieron a conocer grandes detalles del proyecto. En esta Junta montada como un evento de compenetración con los accionistas y crowdfounders, Pedro J. Ramírez volvió a hacer gala de su capacidad como maestro de ceremonias y reveló a su equipo fundador, presentó al Consejo de Administración y desveló el símbolo del diario: el león.
El león de EL ESPAÑOL hizo un guiño a la historia de España. "Indomable y con el objetivo de buscar la verdad antes que cualquier cosa", dijo el propio Pedro J. "Para EL ESPAÑOL no habrá instituciones intocables, ni grandes empresas intocables, los únicos intocables serán los derechos de los ciudadanos", sentenció.
María Ramírez y Jordi Pérez Colomé fueron los primeros en ser presentados, seguidos de Fernando Baeta, María Peral, Ana Romero, Eduardo Suárez, Vicente Ferrer Molina, Javier Muñoz, Daniel Montero, Rubén Lapetra, Pablo Romero, Daniel Basteiro, Ana I. Gracia, Mariangela Paone, María Torrens, Julia Tena, Isabel Mancheño y Antonio Delgado, ellos fueron los primeros veinte fichajes de la redacción de EL ESPAÑOL. Además se presentó al recién formado equipo técnico y de gestión entre los que se encontraban Leticia Lombardero, Directora de Marketing y Mamen Vázquez, entonces Directora Financiera y de RRHH.
Precisamente, el siguiente hito en el lanzamiento del diario fue la incorporación de toda la plantilla. Durante todo el mes de agosto de 2015 se incorporaron las 100 personas del equipo definitivo, más de 60 periodistas y el resto técnicos y equipo de gestión e informática.
A finales de agosto Pedro J. Ramírez dio su recordado discurso ante toda la redacción instándoles a "buscar la verdad y cuidar la sintaxis". "Aseguraos de que lo que publicáis sea la verdad y que esté correctamente escrito".
Un encuentro en el que también advirtió de que diarios de la talla del Financial Times, The Guardian o el Handelsblatt hablaban del nacimiento de EL ESPAÑOL y que en España "los comisarios políticos del poder frenaban" que se hablara de él. "Fuera de aquí se habla de EL ESPAÑOL. Se hace a voces, y aquí dentro (en España) se habla entre susurros. Algunos temen que los pongamos en evidencia", concluyó.
"Nacemos al servicio de todas las personas que utilizan nuestro idioma común", dijo Ramírez, estableciendo los principios fundacionales de la redacción. Los periodistas de EL ESPAÑOL estuvieron comprometidos desde sus inicios con el objetivo de proporcionar a los ciudadanos una información veraz de la más alta calidad.
Se redactaron 26 normas de conducta con el deseo de que los lectores pudiesen controlar su cumplimiento. En su elaboración se tuvieron en cuenta no solo las opiniones de la redacción, también las sugerencias de los accionistas y suscriptores.
Y comenzó el rodaje. Con algún retraso en la puesta en marcha del periódico, la redacción siguió publicando sus mejores historias en el blog del diario y desde octubre de 2015 en La Edición, una de las grandes novedades del diario. Un periódico en una aplicación web con un diseño cuidado y sólo para suscriptores, con las mejores historias y exclusivas del día siguiente. Cuando muchos diarios han sacado posteriormente productos similares con boletines exclusivos, se olvidan de que La Edición fue pionera en adelantar contenidos a suscriptores.
Finalmente, el diario se pone en marcha. El 14 de octubre se publica su primera portada con una exclusiva sobre las cuentas bancarias en Andorra de Jordi Pujol. Uno de los temas que más impacto generó en sus primeras semanas de vida.
"Los primeros meses no fueron fáciles porque había grandes expectativas en el proyecto y las audiencias no fueron todo lo altas que hubiésemos esperado en un comienzo, pero poco a poco fuimos haciéndonos un hueco", reconoce Mario Díaz, fichado como jefe de deportes y responsable de fin de semana y actualmente subdirector, tras quince años en El Mundo.
La primera medición de audiencia fue en noviembre de 2015 con 2,4 millones de usuarios únicos según Google Analytics y 3,8 millones en Comscore en abril de 2016. Cifras que parecen de otra época al constatar los 79 millones de usuarios que este diario registró en mayo en Google y los 22 millones de Comscore de abril.
También por esas fechas comenzaron a funcionar las grandes historias y las exclusivas comenzaron a dar sus frutos. Las historias de interés humano, como la de Pol y Sara en Nepal, la decisión de la alcaldesa de Madrid Manuela Carmena de retirar a los “niños vip” de los sitios privilegiados de la Cabalgata de Reyes para poner a niños discapacitados, la Biblia negra del independentismo catalán, una entrevista a Ángel María Villar que todo el periodismo deportivo llevaba años buscando, las historias del comisario Villarejo, la corrupción del Partido Popular...
En palabras de Vicente Ferrer, miembro del equipo fundador y actual subdirector responsable de las áreas de Opinión y Nacional de EL ESPAÑOL, el diario comenzó a situarse en el panorama periodístico con historias como la exclusiva del whatsapp de Ignacio Cosidó, justificando el pacto con el PSOE para la renovación del CGPJ, en el que decía que controlarían el Supremo, "que causó un gran escándalo y abortó el acuerdo".
Ferrer también recuerda otras informaciones como las cartas secretas de Urkullu a Puigdemont cuando el lehendakari medió para que no se declarase la independencia de Cataluña. O las fotos del dúplex de Juan Carlos y Corinna en los Alpes suizos y el vídeo que grabó El Bigotes en una lancha motora, que reveló las vacaciones en el mar de Correa con Alejandro Agag, la hija de José María Aznar y Alberto López Viejo.
EL ESPAÑOL comenzó a ser protagonista y a marcar la agenda política, social y económica de España. A ello se sumó una innovadora política de fusiones y adquisiciones. A comienzos de 2016 el diario tenía una importante velocidad de crecimiento, pero lejos de las expectativas marcadas en el corto plazo, así que Fernández y Ramírez pusieron en marcha una política de adquisición de portales verticales.
Así llegaron El Androide Libre, Cocinillas, Vandal y Omicrono en áreas especializadas, y Crónica Global, Diario de Avisos y Navarra.com como periódicos regionales que reforzaron la cobertura en estas comunidades. Luego llegarían El Bernabéu, Quincemil e Invertia, para lograr una de las ofertas informativas más completas en español.
Del mismo modo, a mediados de 2016 se incorpora Miguel Ángel Mellado como director adjunto con el objetivo de dar un impulso a las audiencias. "Trajo al proyecto una forma complementaria de entender el diario, porque puso en la cabeza de muchos redactores que había que crecer en usuarios y consiguió que muchas secciones despegaran", dice Eva Fernández.
"Pedro J. me pidió que, en lo posible, injertara el periodismo de historias que había hecho en el papel en el nuevo periodismo digital en EL ESPAÑOL. Y eso es lo que he intentado hacer en estos cuatro largos años. Hemos construido un periódico sólido, compatibilizando la pasión por crecer en lectores con la influencia en sectores políticos y económicos", dice Mellado que tras abandonar El Mundo en 2015 -tras 23 años en la cabecera, más de una década como vicedirector, responsable de los suplementos del periódico y director editorial de las revistas de Unidad Editorial-, acudió a la llamada de Pedro J. abandonando su retiro voluntario.
A finales de 2018 Mellado sería nombrado Director de Información y el diario completaría la última reestruturación de la redacción conocida hasta la fecha, con el nombramiento también de Mario Díaz como subdirector. Las audiencias comienzan a crecer de la mano de la influencia del diario y en verano de 2018 se produce un gran hito informativo para EL ESPAÑOL. Pedro Sánchez presenta una moción de censura contra Mariano Rajoy que descabalga al presidente de Gobierno.
Se cerraba el círculo y tras dos años y medio denunciando la corrupción del Partido Popular de Rajoy, EL ESPAÑOL y Pedro J. Ramírez veían cómo el popular era desbancado, cerrando el círculo que llevó a la destitución de Pedro J. de El Mundo y que indirectamente generó la fundación de este periódico. Para esa fecha el diario tenía 32 millones de usuarios en Google Analytics y 10 millones en Comscore.
Pero lo mejor estaba por venir. Un año después, en julio de 2019, EL ESPAÑOL se convierte por primera vez en el líder nativo digital, uno de los objetivos de Pedro J. Ramírez al fundar el diario. En julio el diario lograba 15,4 millones de usuarios únicos en Comscore, por encima de los 14,9 millones de El Confidencial. Era la primera vez que este diario se aupaba al liderazgo, con unas cifras que nunca habían acercado a un periódico nativo digital tan cerca de sus homólogos tradicionales. Por esa fecha se reestructura la dirección del periódico. Eva Fernández fichaba por Telefónica, Mamen Vázquez asumía la dirección general y Pedro J. la Presidencia Ejecutiva, lo que suponía, según sus propias palabras “que se implicaba en todas las áreas de la compañía, lo que suponía aumentar más aún la integración entre el proyecto editorial y la gestión empresarial”.
En una carta enviada por Pedro J. Ramírez a la redacción de EL ESPAÑOL, el presidente ejecutivo y director de la cabecera indicó que este hito concordaba "con un ejercicio económico en el que, si cumplimos nuestro presupuesto, y todo indica que lo cumpliremos, no sólo conseguiremos un EBITDA positivo muy superior al del año pasado, sino que lograremos por primera vez beneficio neto, después de amortizaciones e impuestos”.
Efectivamente, “el presupuesto se cumplió y se superó ampliamente. El año también se cerró como líder digital, una posición que ostenta esta cabecera en solitario durante los últimos diez meses”, nos indica Mamen Vázquez. Marzo y abril de 2020 -en plena pandemia del coronavirus- se ha cerrado por encima de los 22 millones de usuarios únicos.
Los dos grandes objetivos del diario al nacer se habían cumplido en menos de cuatro años: lograr la rentabilidad económica y el liderazgo de audiencias frente a diarios con casi dos décadas de antigüedad.
"Creo que lo que ha logrado Pedro J. con EL ESPAÑOL es hacer un periodismo de calidad, ecuánime, informativo y sobre todo hacer el periodismo que siempre ha hecho, con un nuevo soporte y sin depender de las ataduras del papel. Una evolución que tiene mucho recorrido en el futuro", dice Mario Díaz.
Según Mellado, internamente "EL ESPAÑOL es un periódico muy equilibrado en cuanto al peso que juegan todas las secciones, cada una con sus especificidades. Hemos sabido innovar con nuevos contenidos y situarnos en el top de los grandes diarios españoles y hacerlo rentable. Con una redacción joven y, sin embargo, muy experimentada".
Por su parte, María Peral cree que "EL ESPAÑOL es un regalo para la libertad de información, para lectores con sentido crítico, para jóvenes periodistas sin límites en el descubrimiento de la verdad... Un equipo excepcional empeñado en sacar adelante un reto maravilloso".
Aunque faltaba la guinda del pastel. En noviembre de 2019, EL ESPAÑOL ganó la subasta convocada por Telefónica para la venta de su prestigioso medio de información financiera Invertia, al haber presentado “la oferta más alta”. Nada más conocer la noticia, Pedro J. Ramírez transmitió a los accionistas del periódico, su propósito de impulsar Invertia hasta convertirlo en "el otro gran diario económico de referencia, capaz de competir de tú a tú con Expansión y las otras cabeceras del sector, igual que EL ESPAÑOL ya compite de tú a tú con El País, El Mundo y ABC".
Invertia se lanzó con EL ESPAÑOL a finales de febrero. "Invertia será un diario económico sereno y ponderado, pero también brillante e incisivo. Un diario económico en abierto, pero también con un modelo de suscripción", apuntó Pedro J. en su presentación en sociedad el 24 de febrero de este año ante lo más granado de los empresarios y políticos de España. Más de tres meses después este diario económico ya tiene cinco millones de usuarios según Google Analitycs.
Invertia encaja perfectamente en la apuesta de EL ESPAÑOL por los contenidos de calidad. En un mercado que llegó tarde al pago por contenidos digitales y en el que este diario fue protagonista desde su nacimiento, el principal objetivo es convertir usuarios únicos en suscriptores. Con más de 12.000 suscriptores y accionistas, este diario está a la cabeza por haber hecho una apuesta que le permite contextualizar la información, dar las mejores exclusivas y aportar valor al periodismo.
La primera gran prueba de fuego la tuvo con la pandemia del coronavirus y el confinamiento. Un periodo en el que han aumentado las suscripciones y se han disparado las audiencias de EL ESPAÑOL: 22 millones de usuarios según Comscore y 79 millones para Google.
Estas cifras confirman la gran cobertura de este periódico desde que comenzara el brote de coronavirus, con contenidos de servicio público para ayudar a los españoles confinados en sus hogares.
Información sanitaria, ciudadana, social, política, económica, tecnológica, cultural y deportiva que se ha volcado en contar esta crisis desde todas sus perspectivas. Un interés que se ha mantenido en el comienzo de la desescalada y que sienta las bases de un crecimiento sin precedentes para un diario europeo. Y esto es sólo el comienzo. Palabra de Pedro J. Ramírez.